En horas de la tarde del pasado sábado, el Ejército Nacional confirmó que tropas del Batallón de Artillería de Campaña para el Combate N.°4 Coronel Jorge Eduardo Sánchez se vieron sorprendidas por un grupo de cerca de 150 personas, quienes les hurtaron sus pertenencias.
Según reportó la institución, los hombres se encontraban en desplazamiento para adoptar el dispositivo de seguridad de los comicios electorales en las veredas El Roblal, Travesías, Los Naranjos y Cucurucho, del municipio de Briceño, en el departamento de Antioquia.
En esos desplazamientos fueron sorprendidos y rodeados, según informó la unidad, por cerca de 150 personas, quienes, mediante asonada, les hurtaron parte de sus pertenencias y les impidieron cumplir con la misión que se encontraban desarrollando.
El hecho ocurrido en el municipio de Briceño, en el departamento de Antioquia, por un grupo de personas miembros de la comunidad de esta zona del país, deja serías dudas en las autoridades, quienes consideran que estarían siendo instrumentalizados por miembros del Estado Mayor de Farc.
Este domingo fuentes del Ejército confirmaron que a los uniformados les fueron arrebatados sus teléfonos celulares y los alimentos de su mercado, como granos, enlatados y pastas.
“El robo fue tipo TransMilenio, en medio de los empujones se los fueron sacando”, señaló una fuente a SEMANA.
Los militares, tras ser agredidos física y verbalmente, fueron acorralados por la comunidad, que los rodeó y en medio del hostigamiento les arrebataron parte de sus pertenencias, como los celulares entre otras cosas personales.
La situación ha generado una oleada de críticas desde diversos sectores políticos contra el Ministerio de Defensa, por la falta de acciones para proteger la vida e integridad de los integrantes de la Fuerza Pública y de Policía. Igualmente, consideran que este hecho afecta el panorama para las próximas elecciones.
Este hecho se sumó al secuestro de 18 militares en la vereda San Jorge, de San José de Guaviare, quienes fueron liberados este domingo después de cerca de 24 horas en poder de la comunidad, quienes también se encontraban adelantando el dispositivo de seguridad para las elecciones del domingo 29 de octubre.
“Por medio de una asonada, en la que se evidenciaron agresiones verbales y físicas hacia el personal uniformado, una sección de la unidad fue retenida de manera ilegal y fue conducida con dirección hacia Puerto Cachicamo”, informó el Ejército en un comunicado.
El Ejército también anunció acciones legales ante las autoridades competentes y resaltó que, a pesar de las agresiones, los uniformados han actuado en el marco del Derecho Internacional y conforme a los principios y valores institucionales.
“La Fuerza de Tarea Conjunta Omega, en cumplimiento de la misión constitucional, continuará realizando tareas de estabilidad que permitan garantizar el correcto desarrollo de la jornada electoral en el departamento del Guaviare”, finalizó la institución.
El hecho más reciente que se presentó contra uniformados de la fuerza pública retenidos por la comunidad fue el pasado 21 de junio, cuando al menos 30 soldados fueron secuestrados en los Farallones de Cali, zona rural de la ciudad.
Los uniformados fueron retenidos por un numeroso grupo de personas que impidieron un operativo contra la minería ilegal. Sin embargo, la operación se salió de control cuando las tropas fueron interceptadas por una multitud que no las habría dejado desarrollar su trabajo.
Los soldados llegaron hasta la vereda Peñas Blancas, corregimiento de Pichindé, para incautar seis mulares que llevaban elementos para la extracción ilícita de yacimientos mineros. Los mulares estaban a cargo de cuatro personas.
“Siguiendo los protocolos establecidos, la situación fue puesta en conocimiento de la Policía Nacional para la realización de los actos urgentes. Es en ese momento, las tropas informaron que fueron rodeadas por más de 100 personas, quienes, de forma tumultuaria y agresiva, con palos y piedras, impidieron que se llevara a cabo el procedimiento”, asegura un comunicado emitido por el Ejército.
La institución aseguró que en la asonada no solo hubo intimidaciones con objetos contundentes, sino con disparos, por lo que los soldados reaccionaron y abrieron fuego, ocasionando la muerte de por lo menos una persona.