SEMANA: Se le ha visto dispuesto a no dejar títere con cabeza. ¿A qué se debe tanta opinadera?
Rudolf Hommes: Hay mucho tema de qué opinar. Estamos ante un cambio de gobierno, hay una cantidad de propuestas y he sido una persona que ha estado en la vida nacional, siempre preocupado por la economía y la política. Tengo mi Twitter con una audiencia que ha venido creciendo. Siento que tengo una responsabilidad. Decidí tratar de ser un participante serio en redes sociales, hablar de temas económicos. Es lo que estoy haciendo.
SEMANA: Usted fue del Gobierno de César Gaviria y asesoró a Uribe. ¿Cómo llegó a las toldas políticas de Petro?
R.H.: Estuve un mes muy angustiado porque no me gustaba Federico Gutiérrez, y el ingeniero me parecía simpático, pero creo que no hubiera sido buen presidente. Vi, entonces, que había un movimiento grande que estaba con Petro y me dije: este es el momento de un cambio, así que me fui con la decisión popular.
En la última fase de las elecciones, manifesté que estaría dispuesto a trabajar con ellos, no buscando puesto, simplemente, le di mi apoyo. Fui a esa famosa reunión de la unidad nacional y allá hice pública mi intención. Estoy muy contento de haberlo hecho porque creo que es un gobierno que va a tener mucha legitimidad. Toda esta opinadera es con el propósito de que le vaya bien al gobierno y, por esa vía, a Colombia.
SEMANA: ¿Políticamente en qué fila está?
R.H.: He sido liberal desde chiquito, pero el Partido Liberal me quedó chiquito. Hoy soy más de izquierda.
SEMANA: Y cuando pasó por el gobierno de Uribe...
R.H.: Pues yo creía que Uribe era liberal. Me sorprendió después. Me retiré de su Gobierno. En el segundo periodo lo apoyé, pero ya no era del equipo, ya no estaba de acuerdo.
SEMANA: ¿Desde cuándo es de izquierda?
R.H.: Yo soy muy neoliberal, pero también de izquierda. Y muchos dicen que es imposible, pero el neoliberal es el coco, la izquierda también. Uno puede ser de los dos lados.
SEMANA: En sus trinos dice que el nuevo Gobierno tiene derecho a cambiar la Junta Directiva de Ecopetrol, a la que le extendieron la permanencia de dos a cuatro años. El Gobierno actual sostiene que es una recomendación de la Ocde...
R.H.: La Ocde no recomendó al Gobierno actual dejar atornillados a esos señores en la junta, lo que recomendó fue una mayor permanencia de los integrantes. Pero, si yo hubiera sido del Gobierno actual, le habría dejado esa decisión al entrante. Cualquier argumento va en contra de nuestra Constitución. Si se elige un gobierno, es para dejar que tome las decisiones, no para que el anterior siga con las riendas.
SEMANA: El problema es que las propuestas iniciales de Petro en materia de petróleo y minería sonaron a que tenía la intención de acabar de tajo con Ecopetrol, hubo miedo.
R.H.: El miedo lo pueden tener, pero el señor resultó elegido. Va a ser el presidente desde el 7 de agosto, entonces, no pueden ponerle zancadillas para que no gobierne.
SEMANA: ¿Estaría de acuerdo con que vendieran Ecopetrol?
R.H.: Estaría de acuerdo con que vendieran más acciones. No sé para qué quieren el 88,5 por ciento si con el 70 por ciento seguirían con el control y al obtener recursos no tendrían que hacer tantas reformas tributarias.
SEMANA: Ha dicho en redes que el nuevo minhacienda Ocampo “es terco y caprichoso”. ¿Por qué no lo aprueba?
R.H.: Es una opinión personal. Yo lo conozco hace mil años, es enemigo mío desde hace tiempo. No creo que haya sido buen ministro porque el Gobierno en el que participó terminó en una recesión, la peor del siglo pasado.
SEMANA: Él mismo ha dicho que fue por una coyuntura, una fuerte crisis.
R.H.: Él ha tratado de echarme la culpa a mí. Tanto él como el expresidente Ernesto Samper. Decidieron borrarse del mapa. Dijeron que los culpables fueron los gobiernos de Gaviria y después los de Pastrana. También digo yo: solo nos tocó estar ahí.
SEMANA: Usted dice que Ocampo quiere retomar el control cambiario para regular la entrada y salida de divisas. ¿De dónde salió esto y por qué sería malo?
R.H.: Eso es lo que ha dicho gente que conoce a Ocampo. Me parecería una burrada. Nos quieren mandar atrás, al Gobierno de Carlos Lleras Restrepo. Uno oye por ahí que quieren revivir la industria metalmecánica y estaría bien, pero hay cosas más modernas e interesantes que hacer, y salen con una cantidad de ideas viejas. El control cambiario impedía tener cuentas en el exterior, el Banco de la República imponía un cupo de dólares al viajar para comprar en el exterior. Eso lo acabamos, no quisiera que volviéramos a tenerlo. Ocampo es muy proteccionista.
SEMANA: Pero entonces, ¿cómo hacemos para llegar al balance entre importaciones y exportaciones si no se protege la producción local?
R.H.: Exportar. Por eso estábamos preocupados porque fueran a parar la producción de petróleo, pero afortunadamente ya aclararon eso, no se detendrá tan pronto. Ahora están mirando si hacen o no exploración. Ahí no me meto yo a opinar, pero lo ideal es que sigamos la exploración, porque Colombia no va a tener ningún impacto en el mundo en el calentamiento global por muchos años. Aquí hay que hacer toda una política de exportaciones, porque tenemos que ser un país exportador de otras cosas.
SEMANA: ¿Se puede hacer todo eso en cuatro años? Una política exportadora lleva tiempo...
R.H.: Es como sembrar un árbol. Si dura 20 años para crecer, hay que plantarlo rápido antes de que sigamos perdiendo tiempo. Elegir lo que podemos exportar pronto, lo que necesitamos desarrollar, aprender a hacer cosas nuevas. No es fácil ni es gratuito. Muy pocos países lo han logrado, y en América Latina, ninguno. Tailandia, Vietnam e Indonesia están en ello. Nos están dando sopa y seco los asiáticos. Y nosotros acá comparándonos con Argentina, ¡qué oso!
SEMANA: Usted atribuye el alza del dólar al legado del Gobierno saliente y no a la incertidumbre por Petro. ¿Por qué?
R.H.: Pues si. Dejan un déficit de la cuenta corriente y un déficit fiscal grandísimos. Eso es un lío por falta de recursos hacia futuro. La reforma tributaria que están anunciando se necesita porque no se hizo la tarea completa, solo para pasar el año, y ahora hay que hacer otra.
SEMANA: Se dice que la que van a hacer es parecida a la de Carrasquilla, que generó un estallido social.
R.H.: Es la reforma que se necesita. Tal vez no fue oportuno el momento en el que la trataron de hacer, pero es indudable que se necesita una reforma de esa categoría. Duele, y más a la gente de ingreso medio alto.
SEMANA. Usted está entre los que pagarán más impuestos.
R.H.: Claro nos van a clavar impuestos de todo.
SEMANA: Apoya cancelar el proceso para nombrar contralor y aplaudió el fin de la Procuraduría. ¿Quién haría entonces control?
R.H.: La Contraloría no puede seguir como está porque le hace un enorme daño al país. Debería ser auditora, no perseguidora de supuestos criminales que no lo son. Aparte, repite funciones con una auditoría general que no hace nada. La Contraloría tiene la muela, asusta, chantajea y hace política, esa es la manera como tiene poder. De eso no se trata. Debe ser una entidad que controle el buen desarrollo del gobierno, entonces, tiene que admitir que se toman riesgos, que pasan accidentes, una cantidad de tropiezos. Y la Procuraduría es una entidad absolutamente inútil. Hay que combatir la corrupción, pero eso no se hace nombrando unos tipos para hacer política y dar puestos. Ojalá Petro se interese en las ‘ías’, pues hay que cambiar esas entidades. La Fiscalía también.
SEMANA: Se fue lanza en ristre contra la ministra de Salud designada (Carolina Corcho) por la idea de acabar con las EPS. ¿Por qué ese cambio no le gusta?
R.H.: Antes no había sistema de salud. Seguramente era más humano, como dijo un opinador hace unos días, pero es que eran solo siete gatos los que se atendías. El resto de la gente no tenía acceso. Creo que hay que reformar el sistema para que la financiación fluya, que los hospitales tengan recursos, que la gente tenga el derecho a la salud. Comparto los objetivos del Gobierno nuevo, pero me da temor que acaben con las EPS y todo quede en manos del Estado, que no se destaca por ser efectivo ni por tomar decisiones correctas. Como usuario, veo en peligro mi futuro en la atención en salud. Quisiera tener la certeza de que hasta que me muera va a haber un esquema de atención. Las EPS hacen auditoría, garantizan que a donde vaya la persona le presten el servicio. Todas esas funciones en manos de una entidad estatal en Colombia, manejada por políticos, no quiero imaginarlo.
SEMANA: Le teme a que el Estado controle a las EPS, porque dice que no funcionaría, pero Ecopetrol es la petrolera estatal y funciona. ISA también
R.H.: ISA, sí funciona; Ecopetrol, no sé. Es tan grande que de golpe no funciona y no nos hemos dado cuenta. Puede tener muchas ineficiencias. Pero, en general, es de lo mejorcito que tenemos en el sector público. Y ha cumplido una función de formar gente.
SEMANA: ¿Alguna vez temió por las ideas de Petro, que asustaban a todos?
R.H.: Eso fue lo que me angustió de la decisión que tomé. Fue poner mi bolsillo contra mi corazón. Ganó el corazón. Nos va a tocar pagar por el cambio. No podemos seguir con tanta pobreza. Todos tenemos que matar el miedo. Yo lo hice.
SEMANA: Habló de riesgo de hambruna al reemplazar productos importados por nacionales, pero Petro quiere promover la producción nacional. ¿Entonces?
R.H.: Creo que hay que reemplazar productos importados, pero no subiendo aranceles o prohibiendo la importación de alimentos. Lo que ellos dicen es: subimos el arancel del maíz para que a la gente le cueste mucho traer maíz de fuera. Esa es una mala política. Lo que se requiere es expandir la frontera agrícola, tenemos los Llanos mal utilizados, hagan una carretera hasta Puerto Carreño. Ahí se va la gente, van inversiones, ganadería, producción de maíz, arroz. Podríamos reducir la importación a la mitad en cinco años si desarrollamos la altillanura.
SEMANA: ¿Está de acuerdo con la reforma agraria? ¿Cómo le parece que la haga Cecilia López?
R.H.: No sé cómo la va a hacer ella. Ha dado algunas declaraciones y asustado a todo el mundo. Si tengo una finca y me la van a quitar, pues la vendo rápido. Eso es precisamente lo que uno no quiere. Que se haga la reforma agraria, pero bien. Es necesaria y probablemente no tenga el impacto económico que mucha gente espera, pero lo que sí tiene es un impacto de retribución que la gente se merece. Es mucho mejor que matar campesinos durante 200 años, no hemos hecho más que eso. Es la hora de darles algo bueno.
SEMANA: Ha lanzado dardos casi contra todo el gabinete conocido. ¿Le gusta alguno?
R.H.: Me gusta Patricia Ariza. Cecilia López, creo que es buena, pero se le fueron las luces en algunas declaraciones. Ocampo y yo somos enemigos. Me gusta Susana Muhamad (ministra de medio ambiente), no la conozco, pero me ha parecido interesante. Alejandro Gaviria va a ser un buen ministro de Educación.
SEMANA: Como exministro de hacienda usted sabe que pasar tributarias no es sencillo, pero el nuevo director de la Dian dice que esta vez sí se hará...
R.H.: Si la reforma tributaria no la puede hacer Petro, no sé quién pueda. Y a propósito del director de la Dian, está hablando mucho, es mejor que esperen a llegar al Gobierno y hablen en ese momento. De lo contrario, el tema se vuelve un teléfono roto.
SEMANA: De los nombramientos que faltan, ¿cuál le parece clave?
R.H.: El ministro de Comercio Exterior, es el que va a producir el salto productivo. El de Defensa y el del Interior. Ahí va a haber sorpresas.
SEMANA: ¿Qué sabe de eso, tiene algunos nombres?
R.H.: No soy parte del equipo. Solo tengo mucha curiosidad por saber a quiénes puedan poner. En Defensa, principalmente, tiene que ser alguien que los militares respeten.