En un taxi y en compañía de su abogado, se presentó a las instalaciones de la Fiscalía de Cali Claudia Jimena Orozco, quien reconoce ser la coordinadora del narcoviaje en bus a Ecuador, en el que perdieron la vida 24 personas. Una vez terminó la diligencia, y como no tenía requerimientos judiciales pendientes, la mujer continuó en libertad. Por ser un hecho que ocurrió en Ecuador, las autoridades colombianas están a la espera de que se expida por parte del vecino país circular roja de Interpol, que permita adelantar la detención mientras se adelantan los procedimientos judiciales.  El accidente del pasado 14 agosto, cerca de Quito, destapó una nueva modalidad de tráfico de droga entre Colombia, Ecuador y Perú. Desde que se conoció la verdad sobre los hechos, varias personas han sido señaladas por la Fiscalía de pertenecer a la banda Los Mercaderes de la Frontera, que, según las autoridades, está vinculada al cargamento de más de media tonelada de marihuana que fue hallada en ese vehículo.  Esta mañana, Claudia Jimena Orozco, la mujer señalada de haber organizado el paseo que se convirtió en tragedia, se entregó en Cali y reconoció en una rueda de prensa que ella había realizado con este grupo al menos otros tres viajes, pero que solo en el último se había enterado de la verdad: los paseos que le ofrecían organizar hacían parte de una red de tráfico de drogas. La investigación del caso lo lleva la dirección de la Policía Antinarcóticos de Colombia con apoyo de las autoridades Ecuador. Le recomendamos: ‘Los Mercaderes de la Frontera‘, el cartel detrás de los narcobuses que viajaban a Ecuador El nombre Claudia fue uno de los primeros en conocerse después del accidente. Lo único que los sobrevivientes tenían claro es que ella había sido la que había convocado a los pasajeros, quienes a su vez invitaron a otros para completar el número de personas. Desde entonces la verdadera implicación de la mujer en el trágico accidente es tan solo uno de los detalles que las autoridades deberán aclarar. En la rueda de prensa que Orozco ofreció a periodistas locales, pidió perdón a las familias de las víctimas y reconoció que se había equivocado. "Simplemente me decían que yo iba como la guía turística, pero en el último viaje me di cuenta. No sabía de qué se hablaba ni de qué cantidad", aseguró. Aceptó también que durante los cuatro viajes ella sí tenía muchas preguntas porque la primera justificación que le dieron de los viajes era que los realizaban para justificar y lavar dinero para un político, del cual dice que nunca le dieron su nombre. 

En muletas, así se presentó Orozco en las instalaciones de la Fiscalía de Cali. Foto: Archivo particular.  La historia del viaje que enlutó a Colombia, Venezuela y Ecuador se convirtió en una tragedia de la que poco se sabía. Cuando ocurrieron los hechos, las autoridades intentaban unir los detalles que se fueron conociendo sin mucha precisión. La noticia del narcotour estalló cuando la Fiscalía reveló un detalle perturbador: los 38 pasajeros que habían salido desde Colombia, sin saberlo, servían de fachada para transportar más de media tonelada de droga. Puede leer: El viaje sin regreso de 24 víctimas de un narcotour Pero esta no fue la primera vez que los narcotraficantes utilizaban esta modalidad para transportar drogas de un país a otro. Ingenuamente, los pasajeron se emocionaron con el supuesto viaje turístico que les ofrecieron totalmente gratis. Como lo relató Semana, las autoridades ecuatorianas, descubrieron que solo el año pasado incautaron cerca de dos toneladas con la misma modalidad. El primer caso descubierto ocurrió el 18 de abril de 2017 en Tulcán (Ecuador). Un bus proveniente de Colombia estaba lleno de turistas y de droga, tituló el diario La Hora.  Dos meses después de ese hallazgo las autoridades incautaron un nuevo cargamento en Tulcán con media tonelada de cocaína. Aunque el bus también provenía de la capital del Valle, en esta ocasión tenía como destino final la ciudad de Esmeraldas. Los 638 kilos de marihuana, que viajaban en el bus accidentado que se dirigía al balneario de Santa Elena, iban cuidadosamente escondidos en un doble fondo del sistema de aire acondicionado del vehículo.