Una gran polémica desató el reconocimiento que hizo el presidente, Gustavo Petro, al sombrero del extinto y máximo comandante del M-19, Carlos Pizarro, en la Casa de Nariño, al ser considerado patrimonio cultural, la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore) mostró su indignación y calificó la actitud del mandatario de una “nueva afrenta contra el pueblo colombiano”.
El Ministerio de las Culturas reconoció el sombrero de Carlos Pizarro Leongómez, como patrimonio cultural de la Nación. La pieza fue entregada al presidente Gustavo Petro por parte de exmiembros de la guerrilla exiliados en Suecia.
Para Acore, este hecho va en contra de lo que en su momento fue el M-19, un grupo guerrillero que secuestró, realizó ataques contra la población y también sembró el terror en el país. En un comunicado de seis puntos, reiteraron lo que ocurrió con esa guerrilla y su rechazo a lo que para Petro es motivo de orgullo.
En la misiva señalaron que durante el tiempo que estuvo vigente el M-19, este fue responsable de más de 500 secuestros, asesinatos, torturas y acciones criminales conjuntas con el narcotráfico, resaltando el asesinato del líder sindical José Raquel Mercado y el secuestro del líder nacional, Álvaro Gómez Hurtado.
“De toma extorsiva de una embajada, de la toma violenta del Palacio de Justicia en la que se registraron 98 muertes de colombianos (entre ellos algunos magistrados), adicionalmente de muchos otros hechos criminales y delictivos”, afirmaron por lo que consideran como una “falta de respeto y solidaridad” por parte de Petro con los colombianos y las víctimas del M-19 dicho reconocimiento a Pizarro.
“La evocación revictimizante del Jefe de Estado socava la reconciliación lograda por la mayoría de los antiguos miembros del grupo criminal con la sociedad colombiana”, mencionaron.
Acore también expresó que ese acto “ofende la generosidad de la nación con provocaciones groseras que desnudan cicatrices de dolor para nuestros compatriotas, entre ellos víctimas pertenecientes a nuestra Fuerza Pública y sus familias“.
Además de reforzar que “cualquier homenaje a cabecillas de organizaciones criminales, delincuenciales o terroristas constituye enaltecimiento de crímenes, delitos y terrorismo, y un lamentable favorecimiento del uso de la violencia para logro de propósitos de todo tipo”.
En el documento también recordaron el proceso que vivió el país con el grupo armado ilegal, que se desmovilizó el 8 de marzo de 1990, convirtiéndose en movimiento político tras serles indultados sus crímenes y delitos”.
“El Estado y la sociedad colombiana tuvieron con el grupo criminal el gesto adicional de perdón y reconciliación, de contemplar su participación como una de las fuerzas políticas en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991″, resaltaron en la misiva.
Por último, hicieron un llamado al Gobierno Nacional y al presidente a la cordura: “le invitamos en su condición a evitar incurrir en mezquindades y gestos indignos de su presente investidura”.
“Le invitamos, por el contrario, a dignificar a todas las víctimas y a contribuir a la paz y reconciliación de la nación, respetando nuestra Constitución Política, que exalta al Presidente como símbolo de la unidad nacional”.
Acore también aprovecho para invitar a todos los colombianos “a enaltecer nuestros símbolos patrios y a mantener viva la verdadera historia de nuestro país y la objetividad del relato, mancillados permanentemente por áulicos del terrorismo y por narrativas ideológicas extremas, justificadoras de crímenes del terror con sesgo intencional”.
En el Salón del Consejo de Ministros, el mandatario colombiano, junto a Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, fueron quienes revelaron la urna en la que será expuesto el sombrero.