Las puertas del local ubicado en la calle 81 # 12-62, donde se veía un gigantesco letrero con el nombre de Mauricio Leal, cerraron, al parecer, para siempre.
La historia de este salón de belleza, uno de los más prestigiosos de la ciudad, parece haber concluido con la muerte de Mauricio y de su mamá, Marleny Hernández, sobre la cual hay muchas dudas sobre si lo que ocurrió fue un suicidio o un homicidio.
Varios de los empleados trataron de mantener con vida el sueño del famoso estilista, pero no había pagos; otros fueron llamados de diferentes centros de belleza y algunos no quieren volver al lugar por la tristeza que les produce.
SEMANA habló con varias de las personas que trabajaban en el salón de belleza y, además de la melancolía que los embarga por la ausencia de Mauricio Leal –al que todos reconocen como una persona amable, líder, cariñoso y buen jefe–, señalan que por más que quieran continuar trabajando en el lugar, no es posible. Aseguran que la decisión de la agencia temporal, por la que era contratados los empleados, de pagar el salario pendiente en tres contados, hizo imposible seguir.
Según contó a SEMANA Karen Ruiz, directora de marketing del salón de belleza, estilistas y manicuristas decidieron irse y lo mismo está ocurriendo con el personal administrativo a causa de la zozobra. “Trabajamos y no nos van a pagar, todo el mundo tiene responsabilidades, obligaciones y necesitan sus pagos. Como las cuentas están congeladas, la quincena del 30 no se le pagó a nadie. Tenemos de nómina aproximadamente 25 personas, niñas de mantenimiento, administradoras, cajeras, chef, auxiliar de cocina”, dijo.
Ruiz explicó que la única alternativa que da la temporal es el pago de ese sueldo en tres contados; uno en diciembre, otro en enero y el siguiente en febrero. Sin embargo, explica que “las niñas en servicio general son madres cabezas de familia y todas tienen hijos. La administradora financiera renunció unos días antes de que la empresa se cerrara, entonces también nos dejó a la deriva y pues la preocupación mayor”.
Ruiz agregó que “lo que proponen son paños de agua tibia. Eso no sirve de nada realmente, porque a una niña de servicios generales, que devenga el mínimo, le darían mensualmente 300.000 pesos. ¿Eso para qué sirve y más si tiene 3 hijos?”.
El asunto de fondo, explican los empleados, es que no hay caja. La cuenta del negocio estaba a nombre de Mauricio Leal Peluquería S. A. S. y tras su muerte fue congelada, y seguramente seguirá así hasta que los jueces resuelvan el caso. Además, a los estilistas y manicuristas los han venido llamando de otros lugares, pues era reconocida la calidad de las personas que trabajaban aquí.
La tristeza también es un factor que generó que las personas no volvieran a la peluquería. Andrés Hernández, primo de Mauricio Leal y estilista en el famoso salón de belleza, explicó que “no me sentía apto para trabajar en este lugar sin la presencia de Mauricio, entonces en mi caso es algo más emocional. No es que le hayamos dado la espalda, sino que es algo con lo que de verdad no podíamos”.
Hernández, aunque considera que no tiene el ánimo para volver sin la presencia de Mauricio Leal, sí aboga por las personas que ganaban salarios bajos, de servicios generales, a quienes la temporal ni los ha reubicado ni les ha dado opciones para el pago de sus salarios, en especial en esta época decembrina.
“Hay más de 25 personas que trabajan por medio de una temporal. En este momento las cuentas bancarias de la peluquería están congeladas y no se les puede pagar el trabajo, su sueldo respectivo. Hay familias o mamitas que son cabezas de hogar, buscamos ayuda con estas personas que eran parte de la peluquería, que están atravesando momentos muy difíciles”, explicó Hernández.
Se acostumbra a decir que las empresas son su gente, y en este caso es claro. Ese palacio de la belleza y la estética que estaba ubicado en la zona rosa de Bogotá cerró las puertas, los empleados no volvieron.