Diferentes indicadores evidencian la dura realidad que afrontan muchas comunidades de varias regiones del país, así como los múltiples desafíos que continúan existiendo en temas humanitarios. Todo ello como resultado de los siete conflictos armados no internacionales que hay actualmente en Colombia, de acuerdo con la clasificación jurídica que realiza el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) basado en los criterios del derecho internacional humanitario (DIH).

En el primer semestre de este 2023, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) registró 162 víctimas de diferentes tipos de artefactos explosivos, entre los que se encuentran minas antipersonal, restos explosivos de guerra, artefactos lanzados y de detonación controlada.

Informe del comité de la Cruz Roja Internacional entregó informe sobre crisis humanitaria. | Foto: Semana

Entre las víctimas registradas, 27 fallecieron, mientras que las demás sobrevivieron con profundas secuelas físicas y psicológicas que permanecerán a lo largo de sus vidas. En estos hechos, destaca que la población civil sigue siendo la principal afectada: el 53% de las víctimas reportadas corresponde a civiles.

El número de víctimas directas es un indicador tangible de los efectos que tiene la presencia, uso y abandono de artefactos explosivos. Sin embargo, también es importante considerar los efectos indirectos que se derivan de esta situación.

A esto se suma la persistencia en el flagelo de la desaparición forzada.

“Entre enero y junio de este año registramos 54 nuevos casos de desapariciones ligadas a los conflictos armados y a la violencia. Es una cifra preocupante que no refleja la real dimensión del problema que muy probablemente es mucho mayor”, manifestó Lorenzo Caraffi, Jefe de la Delegación del CICR en Colombia.

Desplazamiento forzado

El desplazamiento es una de las consecuencias humanitarias que continúa presente en el país. Según cifras oficiales del CICR, en el primer semestre de este año 26.915 personas se desplazaron de forma masiva y otras 34.212 lo hicieron de manera individual. Estos datos comparados con las que se reportaron en 2022 revelan que, a nivel nacional, disminuyó la población afectada por los desplazamientos.

La disminución de las víctimas directas es un factor positivo de este primer semestre, sin embargo, si se analizan las cifras desde una perspectiva territorial, estas muestran que la problemática puede variar considerablemente de una región a otra, tal y como sucede con las dinámicas de los conflictos armados.

Según el organismo, Nariño, por ejemplo, sigue siendo el departamento más afectado por el desplazamiento. Allí se evidenció un aumento del 33% en el número de personas que se desplazaron de manera individual y un incremento del 27% de la población afectada por el desplazamiento masivo; esto comparado con el mismo periodo del año anterior. Adicionalmente, en otros departamentos como Antioquia, Cauca, Bolívar, Sucre y Caquetá se reportó un aumento significativo de víctimas por desplazamiento individual.

Según el CICR, Nariño sigue siendo el departamento más afectado por el desplazamiento. Allí se evidenció un aumento del 33% en el número de personas que se desplazaron de manera individual y un incremento del 27% de la población afectada por el desplazamiento masivo. | Foto: Cortesía Unidad para las Víctimas.

Confinamientos

El informe también evidenció un aumento en el confinamiento de comunidades, debido a la persistencia de las confrontaciones armadas y la presencia de artefactos explosivos en distintos territorios han limitado la movilidad de varias comunidades, lo que restringe su acceso a alimento, salud y otros servicios básicos, afectando seriamente su calidad de vida.

Chocó es el departamento más afectado, con más del 50 % de los casos, seguido de Valle del Cauca. Es importante destacar el incremento de eventos en Bolívar, que este año ocupa el tercer lugar en todo el territorio nacional.

Entre enero y junio de 2023, el CICR documentó 54 nuevos casos de desapariciones. | Foto: Semana

“El número de víctimas de confinamiento aumentado en un 18%; si comparamos el primer semestre de este año con el mismo periodo del año pasado en general, estas cifras, estos indicadores de consecuencias humanitarias a pesar de la difícil situación en la que viven las comunidades en varias partes del territorio colombiano, no logran reflejar completamente el miedo la zozobra la desesperación que los conflictos armados continúan generando en el país”, añadió Caraffi.

Ataques al sector salud

En la primera mitad del 2023 también continuaron los ataques contra la asistencia de salud. La Mesa Nacional de Misión Médica reportó 124 agresiones contra el personal de salud, instalaciones y vehículos sanitarios. Los hechos se presentaron en diez departamentos del país. Más del 70% de los casos correspondió a amenazas, lesiones personales, obstaculización de la atención de heridos y enfermos, bloqueo de ambulancias y ataques contra unidades y transporte sanitario, entre otros.

Por otro lado, un reciente informe del Consejo Noruego para Refugiados señaló que Colombia continúa en la lista de los 5 países con el mayor número de desplazados en el mundo y ocupa la tercera posición global con la crisis humanitaria más desatendida.