En la mañana del martes, Colombia fue testigo de la escabrosa muerte de dos uniformados que oficiaban como representantes de la ley en nombre de la Policía de Norte de Santander, luego de que un artefacto explosivo, que pretendían desactivar, estalló en cercanías del Aeropuerto Internacional Camilo Daza de la ciudad de Cúcuta.

Identificados como William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, los dos policías eran parte del área de antiexplosivos, y eran reconocidos como unos de los mejores en dicho rubro, tanto en Norte de Santander como en el resto del país.

Sin embargo, aunque el dolor invade hoy a las familias de estos policías, para ellas el hecho de que hayan perdido la vida en medio del cumplimiento de su deber los llena también de orgullo; uno crudo que se mezcla con la tristeza y la impotencia de saber que ya no los verán más.

Asimismo, el dolor aumenta cuando se conocen historias como la narrada por el hermano de William Bareño, Fredy, quien relató en entrevista con SEMANA que una de las noticias más satisfactorias para toda su familia fue el anunció que hizo el intendente acerca de su retiro para mediados del próximo año.

“Él había anunciado que se retiraría de la institución para pasar más tiempo con su familia”, aseguró el hermano de la víctima mortal que también se destaca al interior de la Policía nacional como patrullero de esta institución.

Después de 21 años de servicio y entrega a la Policía, William había decidido que después de las elecciones de 2022 presentaría su retiro, ya que sabía que su pensión estaba asegurada gracias al tiempo que había permanecido en la institución.

Pero los designios del destino muchas veces no se pueden entender, por lo que en medio del gozo llegó la muerte; misma que siempre estuvo rodeando a Bareño debido al riesgo de su trabajo.

“Cómo diría Vicente Fernández, que hoy esta con él en el cielo: murió en su ley, salvando vidas”, añadió su hermano, recordando que su vocación de policía antiexplosivos llegó como una forma de contrarrestar la impotencia de no poder salvar las vidas de las personas en Arauca, departamento en el que trabajó entre 2000 y 2004, en el cual observó la muerte de muchas personas, tanto uniformados como civiles.

El intendente William Bareño, quien oficio como policía por más de 21 años. | Foto: Suministrada a SEMANA por la familia

“Él sentía impotencia de no poder hacer nada, por eso pidió a sus superiores capacitarse para desactivar todos esos artefactos explosivos”, indicó.

No obstante, más allá de la satisfacción de que su hermano cumplió con su responsabilidad como uniformado de la Policía Nacional, para Fredy es triste ver que una persona “buena y amable” pierda la vida de una forma tan ilógica y violenta como le ocurrió al intendente en Cúcuta.

“Duele que una persona a la que uno ama tanto y que tenía tantas ilusiones en la vida muera de esa manera”, concluyó.

Cabe recordar que los dos policías muertos en este ataque terrorista, el segundo registrado en la mañana del pasado martes en el aeropuerto de Cúcuta, habían sido nominados a la Noche de la Excelencia Policial 2021, en la categoría de Heroísmo, debido a su gestión en el descubrimiento y desactivación de las minas antipersona en Norte de Santander.

“Para lograr el éxito de esta acción, los funcionarios caminaron más de tres kilómetros llevando consigo el equipo antiexplosivos que sobrepasaba los 300 kg de peso. Durante el desplazamiento fueron objeto de varios ataques subversivos, en los que perdió la vida uno de los soldados que brindaba seguridad”, dijeron las autoridades de la institución en medio del evento de premiación.

Infortunadamente, este dúo de uniformados no se quedaron con el primer lugar, pero sí recibieron el elogio de sus iguales, así como los agradecimientos que hoy se trasladan hasta el lugar en el que estén después de morir en el cumplimiento de su deber.