La tragedia que vivió Marelbys Meza, la exniñera de Laura Sarabia, cuando cinco agentes de la Dijín la convirtieron en una integrante del Clan de Golfo, la vivieron también sus amigos cercanos. A Jhonson Pineda, un conductor en una reconocida empresa, los agentes de la Dijín lo pintaron como el cabecilla de una banda de atracadores de Bogotá, eso lo dejó sin trabajo.
Luego del hurto en el apartamento de Laura Sarabia, entonces jefe de gabinete del Gobierno, Jhonson Pineda pasó a ser conocido con el alias de Pini, un peligroso cabecilla de una banda de atracadores en Bogotá y que tuvo participación en el hurto que era investigado por los agentes de la Dijín y por orden o indicaciones de la seguridad presidencial.
La Fiscalía logró establecer la estrategia de los agentes de la Dijín para conseguir, de dos fiscales, la autorización de interceptación de comunicaciones a los teléfonos de Marelbys Meza y su amigo Jhonson Pineda, que para la fecha trabajaba en una reconocida empresa como conductor; sin embargo, las constantes llamadas de los policías provocaron el despido de Pineda.
“Llegó a preguntar por Johnson Pineda, lo que claramente trae como resultado afirmar que ya para el 3 de febrero, momento en que se sube la línea para interceptar a Johnson Pineda, ya se conocía con claridad su identidad. Ese policía es un policía vinculado al grupo del occiso teniente coronel Óscar Dávila, del grupo de anticipativa de la Presidencia de la República”, señaló la Fiscalía.
La fiscal a cargo de la investigación insistió en que los uniformados de la Dijín se comunicaban constantemente con el jefe de seguridad de la empresa en la que trabajaba Johnson Pineda, preguntaban por su hoja de vida, el vehículo en el que se movía y toda la información relevante, advirtiendo que se encontraban en una investigación muy seria con graves implicaciones, lo que seguramente derivó en el despido.
“Llegan a preguntar por una camioneta y acceden a toda la información personalísima del señor Johnson Pineda, lo que suena todavía más extraño es que la interceptación del señor Johnson Pineda se hubiera mantenido por un término o un lapso de cinco meses, desde el 3 de febrero del 2023 hasta el 8 de junio del año 2023″, advirtió el ente acusador.
Resultó particular para la Fiscalía que el mismo policía que se comunicó con el jefe de seguridad de la empresa donde trabajó Johnson Pineda para advertir que no tenía nada que ver con la investigación, la advertencia, aparentemente llegó tarde, pues lo despidieron.
“Y después este jefe de seguridad recibe una llamada por parte de este policía, indicándole el 7 de febrero que Johnson Pineda no tiene nada que ver con la investigación, lo cual desborda las reglas de la lógica, porque sigue interceptado cinco meses después”, señaló la fiscal del caso.
La Fiscalía insistió ante un juez de control de garantías en la necesidad de mantener privados de la libertad a Rafael Santos, la fuente de información que advirtió conocer a alias Pini y el policía que supuestamente lo llevó a la Sijín.