Más se demoró la lectura de la condena contra la influencer Aida Victoria Merlano a siete años y cinco meses, que su mamá, la excongresista Aida Merlano Rebolledo, en salir a anunciar su regreso a Colombia para contar todo lo que sabe de la corrupción en la Costa Caribe. Lo mismo hizo su abogado Miguel Ángel del Río, quien lleva meses prometiendo meter a la cárcel a estas “mafias” que detentan el poder, pero hasta el sol de hoy no ha pasado nada.

Lo mismo ha pasado con las denuncias de la exsenadora Merlano, quien ha hecho acusaciones gravísimas contra dirigentes políticos, empresarios, y financiadores de campañas, pero no presenta pruebas. Por eso, la expectativa por su regreso. Sin embargo, más allá de estos anuncios que ocuparon titulares, la certeza de que al poner un pie en Colombia, su camino será la cárcel. ¿Será capaz de meterse en la boca del lobo?

Los líos jurídicos de Merlano van mucho más allá de la condena por corrupción electoral, por la cual está prófuga de la justicia. En este caso podría alegar, sumando el tiempo que estuvo en prisión en Colombia más el que ha estado en Venezuela, que se le otorgue la libertad al cumplir buena parte de condena.

Pero de lo que nadie habla, incluido su abogado Del Río, es otro proceso que tiene la excongresista y que se reactivará tan pronto ponga un pie en Colombia. Se trata del proceso por su fuga, que está en un tribunal de Medellín, en etapa de indagación, pero Merlano en Colombia vendrá a la imputación de cargos, que no necesita mayores pruebas; finalmente, es un hecho que se voló.

En este caso, señala la norma, “el que se fugue estando privado de su libertad en centro de reclusión, hospital o domiciliariamente, en virtud de providencia o sentencia que le haya sido notificada, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108) meses”. Pero tal como pasó con su hija, Aida Victoria Merlano, se le impondría el agravante de uso de menor de edad para la comisión de este delito.

Lavado de activos

Y vendría un tercer proceso, que también compartirá con su hija influencer. Este será el de lavado de activos, por el que Aida Victoria Merlano va a ser imputada en las próximas semanas. La triangulación que pretendieron hacer “Las Merlano” al pasar 14 bienes inmuebles y bienes muebles, a nombre de la empresa Esaid S.A.S, de número de NIT 9012632493, a título de donación, salió mal.

En esa sociedad está como principal accionista Aida Victoria Merlano, pero también aparece José Antonio Manzaneda, su papá, en representación de su hermano, entonces menor de edad, Esteban José Manzaneda.

El inventario de bienes que pretendieron desaparecer, para que no cayeran en el radar de las autoridades, es largo: un lote, cinco apartamentos ubicados en el mismo conjunto residencial llamado Tivoly Plaza, otro más en el edificio Lancelot, todos en Barranquilla. Y otros dos apartamentos y tres parqueaderos cerca a Unicentro en Bogotá. La suma de los bienes da un resultado multimillonario.

Además, les fueron incautados dos vehículos de alta gama, una Toyota Prado y un BMW 325, los dos modelo 2012.

Así, aunque la prófuga excongresista Merlano y su abogado Del Río lanzaron una advertencia que promete, nuevamente, desnudar la corrupción rampante en las elecciones en la Costa Caribe, y la forma en que las casas políticas tradicionales de esta región manipulan los procesos, el riesgo de regresar a Colombia es inminente y la podría llevar derecho a la cárcel.

No se trata solo del proceso por el que ya fue condenada Merlano, está en la mira por dos procesos más podrían revivir.