Después de tres intentos, la Fiscalía General le imputó este jueves el delito de enriquecimiento ilícito de particulares a la influencer Aida Victoria Merlano Manzaneda. El fiscal del caso señaló que la joven hizo parte de la conformación de una sociedad fachada que tenía como único objetivo ocultar los delitos que había ejecutado en marzo de 2018 su madre, la excongresista Aida Merlano.
“Creó una empresa ficticia para que su madre transfiriera, a modo de donación, 2.900 millones de pesos”, precisó el fiscal del caso durante la imputación de cargos. En este sentido se advierte que se puso en marcha un estructurado plan con el fin de que el Estado no tuviera control o conocimiento de los bienes de exrepresentante a la Cámara, condenada por compra de votos.
Estas actividades ilícitas, enfatizó el fiscal, le permitieron a la joven un incremento injustificado en su patrimonio de 3.200 millones de pesos. Pese a que tenía la capacidad de comprender que se trataba de una actividad totalmente ilegal, la joven siguió haciéndolo: “Aceptó llevar a cabo este acto (...) de resguardar, administrar y darle apariencia de legalidad a los bienes de la otrora senadora”.
Merlano se expone, de ser hallada culpable, a una condena entre los seis y los diez años de prisión. Tras la pregunta del juez de Control de Garantías, la joven se declaró inocente: “Por supuesto que no acepto los cargos, señor juez, voy a pelear hasta el final de este proceso por mi inocencia”.
El pasado 13 de septiembre, Aida Victoria Merlano fue condenada a siete años y cinco meses de prisión por su responsabilidad en los hechos que rodearon la fuga de su madre, registrada el primero de octubre de 2019.
La defensa de la influencer ya radicó el recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá para que tumbe el fallo condenatorio y emita una absolución por falta de evidencia probatoria.
El origen de la investigación
En octubre de 2019, pocos días después de conocerse la fuga de la excongresista, una fuente humana le informó a la Fiscalía General sobre la existencia de una sociedad conformada por José Antonio Manzaneda Vergara, excompañero sentimental de Aida Merlano y padre de Aida Victoria.
Según la explicación, la joven, junto a su padre, había constituido una sociedad con el nombre de Esaid S. A. S., la cual contaba con un capital de 2.200 millones de pesos. Los registros oficiales señalaban que la sociedad había sido constituida e inscrita ante la Cámara de Comercio Barranquilla el 8 de marzo de 2019.
Aida Victoria aparecía en los documentos como la representante legal. El objetivo de la empresa era la explotación de la ingeniería y el diseño de todo tipo de obras relacionadas con la ingeniería civil, eléctrica y mecánica, como obras hidráulicas, de acueducto y de alcantarillado, aseo y alumbrado público. Pese a este amplio catálogo, la sociedad jamás ejerció ninguna de estas actividades.
“Acorde a los actos de investigación desplegados por la Fiscalía, se evidenció que para el momento de la constitución de la sociedad Aida Victoria Merlano Manzaneda no contaba con la capacidad económica que pudiera soportar los aportes sociales en cuantía, principalmente de 242 millones de pesos, es decir, el 50 % del capital pagado para la constitución de la empresa”, precisó el fiscal.
Para el momento en que se constituyó dicha empresa la joven tenía un “vida crediticia mínima” lo que lleva a concluir que su “participación en el sistema financiero nacional era insuficiente, pues no contaba con créditos en el sector bancario ni real de la economía. Así mismo, no registraba propiedades”.
Los pocos bienes muebles e inmuebles con los que contaba no generaban ningún tipo de ingreso. “La señora Merlano Manzaneda era un fantasma para el sistema financiero colombiano”.
Por estos hechos, la Fiscalía General concluyó que esa sociedad, según las primeras pesquisas, fue utilizada para “ocultar bienes de propiedad de la condenada excongresista con la finalidad de desaparecerlos de su haber y que las autoridades perdieran el rastro de los mismos”.
Estando privada de la libertad, y con una condena casi que evidente, Aida Merlano hizo todos los trámites para la donación a la sociedad y así desviar cualquier tipo de seguimiento por parte de las autoridades que estaban tras los bienes adquiridos de manera ilícita.
“La sociedad encabezada por Merlano Manzaneda nunca existió físicamente y tampoco desarrolló ninguna actividad en la demarcación del sujeto social, por lo que se refuerza la inferencia de que se trató de una empresa fachada o empresa de papel para llevar a cabo el ocultamiento de bienes de origen presuntamente ilícito”.