Este martes es un día definitivo para Aida Victoria Merlano. La justicia leerá el fallo contra la joven influencer. La semana pasada se conoció el sentido de esa decisión. La polémica hija de la excongresista fugada fue condenada por haber ayudado a huir a su madre. Sin embargo, su caso ha desatado una enorme controversia judicial. Como ese día estaba su hermano de 17 años, Merlano fue condenada por uso de menores de edad para la comisión de un crimen. El delito tiene una pena muy alta y no tiene rebajas ni posibilidad de casa por cárcel.
Por eso, la lectura del fallo es definitiva para ella. Así lo dijo en una transmisión en sus redes sociales. “Sí me condenaron, me condenaron la semana pasada, pero mañana pueden para dos cosas; me permiten esperar el fallo de segunda instancia en libertad o me privan de la libertad”, sostiene en su publicación.
Su encuentro con el juez 20 de conocimiento es definitivo. “Entonces, eso es lo que sale mañana: cuántos años me van a dar y si me van a permitir estar en libertad o si me privan de la libertad inmediatamente. Ahí les digo”, aclaró. La decisión se basa fundamentalmente en que en ciertos casos, la pena privativa de la libertad no se ejecuta sino hasta que la decisión esté en firme, es decir, cuando ya se haya surtido la apelación que anunció su abogado Miguel Ángel del Río. “La segunda instancia tengo que esperar, no es con el mismo juez, la segunda instancia es un tribunal”, explicó Merlano a sus seguidores.
La joven ha venido explicando su caso en las redes sociales. “Sí, me condenaron hace unas horas. A diferencia de lo que la gente pueda pensar, que son cuatro años en donde no me van a dar cárcel o que me pueden dar casa por cárcel, lo que la Fiscalía está pidiendo es 17 años de prisión, sin acceso a casa por cárcel”, contó desconsolada y entre sollozos apenas se conoció el fallo la semana pasada.
SEMANA conoció todo el expediente de la joven Merlano, en el que se detallan los argumentos para ponerla tras las rejas por participar en la fuga de su mamá. Fueron solo unas horas las que estuvo Aida Victoria Merlano con su mamá en el consultorio odontológico, casi tres años de fama por este hecho, y ahora será casi una década de condena por su participación en estos delitos.
La reconstrucción de los hechos realizada por la Fiscalía resulta demoledora y tumba toda la coartada que cuidadosamente armaron los Merlano y que se les fue al piso.
Así fue el plan
Sobre las 10:00 a. m. llegaron los hermanos Merlano al consultorio ubicado en el norte de Bogotá. El entonces menor de edad Esteban José Manzaneda vestía jean, camiseta blanca, buzo negro, tenis y gorra blancos, además cargaba un morral negro. Esta maleta es la clave de la fuga. Nunca se la quitó de la espalda, de acuerdo con los registros fílmicos, lucía nervioso, se comía las uñas y estaba inquieto. Con el morral entró al baño. Era parte del plan.
Mientras tanto, su hermana Aida había pedido unas hamburguesas que llegaron en bolsas, las repartieron y la excongresista Aida Merlano tomó una en las manos y se dirigió al mismo baño al que momentos antes había entrado su hijo menor de edad. La vuelta estaba hecha.
“Sin conocer en detalle lo ocurrido en el juicio oral, llama la atención que Aida Merlano pueda ser condenada a una pena similar a la que enfrenta Andrés Felipe Arias (17 años), el exmagistrado Ricaurte (19 años), y en todo caso, a una pena inferior a la que tuvieron los protagonistas del escándalo de Reficar (menos de seis), el Ñoño Elías (ocho) o el exmagistrado Gustavo Malo (nueve), lo que es una evidente desproporción frente a lo que a lo sumo pudo ser una colaboración en la fuga de su madre”, sostiene el abogado David Benavides en diálogo con SEMANA.
La bolsa desocupada con la que entró la hoy prófuga ya no lucía vacía, por el contrario, tenía varios elementos dentro. ¿De qué se trataba? La conclusión es clara, su hijo llevaba en la maleta la cuerda roja, los guantes, ropa y hasta una peluca que dejó en el lugar a la espera de que su mamá los recogiera, como efectivamente lo hizo. Mientras tanto, Esteban, el menor que no era tampoco un niño, estaba a un mes de cumplir la mayoría de edad, se quedó afuera del consultorio para distraer a la guardia del Inpec.
En el consultorio, el plan avanzaba según lo acordado. Faltando diez minutos para las 4:00 p. m., Aida Victoria usó su celular y su mamá, como si fuera un asunto normal, se cambió la ropa y puso la mentada maleta cerca de la ventana.
De ahí sacó la cuerda que la conduciría a la libertad. Su hija le señaló un lugar donde podía amarrarla, y una caneca para ocultarla mientras hacían el movimiento. Todo pasaba al frente de los ojos de la influencer Aida Victoria, incluso delante de ella se puso los guantes, y luego le entregó un celular a su mamá.
Hubo un momento en el que estaban los tres Merlano en el consultorio con el odontólogo Javier Guillermo Cely. Los hijos de la congresista prófuga se despidieron, tomaron algunos elementos, y salieron un momento acompañados de Cely.
Fue en ese momento en que Aida Merlano Rebolledo se lanzó por la ventana y emprendió la huida en la moto que la esperaba a la salida del parqueadero del edificio. Sin embargo, es claro para el juez que la coordinación y la fuga no se podía dar sin que alguien avisara al motorizado. ¿Quién lo hizo? Su hija, la influencer, era la única que usaba un celular en el lugar y dio las señas. También le entregó un teléfono a su mamá.
Polémica condena
En efecto, la mayoría de los grandes casos en el país han tenido penas similares o mucho menores. Quizá solo el Carrusel de la Contratación de Bogotá logró una condena a sus protagonistas mucho más alta. Samuel Moreno se lleva ese deshonroso primer lugar con tres condenas con penas de 24, 30 y 39 años de prisión que no son acumulables, pero que lo dejan como uno de los líderes políticos con una pena más alta ante la justicia.
Otros casos que han sido muy sonados en el país tienen penas iguales o menores a las que hoy pide la Fiscalía para Aida Victoria. En su momento, los 17 años de cárcel para Andrés Felipe Arias también fueron polémicos. Se trata de una suma idéntica a la que piden por la influencer. El exministro de agricultura fue condenado en julio de 2014 a 17 años de prisión por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Hace unos días logró el beneficio de casa por cárcel, al que nunca tendrá acceso la influencer por tener un delito relacionado con menores de edad.
El Cartel de la Toga, que dejó en evidencia la corrupción que existía en la misma justicia, tampoco tiene penas más altas que las que le piden a la joven. Ni siquiera con el agravante moral de que sus involucrados eran las máximas dignidades del Palacio de Justicia. En medio del proceso se probó cómo a través de una red se cobraban coimas para que grandes responsables de delitos salieran libres o se les enredara su proceso en sus anaqueles. El expresidente de la Corte Suprema Francisco Ricaurte fue condenado por eso a 19 años de cárcel. Y luego un juez la redujo a 16. Y el exmagistrado Gustavo Malo fue condenado a nueve años.
El megaescándalo de Odebrecht es aún más diciente. Se trataba de uno de los casos de corrupción más grandes en la historia de América Latina. El senador Bernardo Miguel Elías, quien confesó haber participado en ese entramado, tuvo condenas por ocho y seis años. Muchos de los implicados en ese proceso, hasta ahora están siendo llamados a juicio.
La razón por la cual Aida Victoria tiene una pena tan alta tiene que ver con el delito que le imputó la Fiscalía. Uso de menores de edad para la comisión de delitos. Fue creado en el año 2011 a través de la Ley 1453. En ese momento hubo una álgida discusión, pues muchos proponían reducir la edad de inimputabilidad de los niños y niñas debido al aumento de la criminalidad, incluso de hechos muy graves cometidos por ellos.
Sin embargo, el ICBF presentó en ese momento una solicitud en la que pedía que los menores no fueran tratados como autores, sino como víctimas, pues en muchos casos eran usados por redes criminales que se aprovechaban de que ellos eran menores de edad para salir más ventajosos de la justicia. Entonces, se decidió aumentar las penas de esos adultos que los utilizaban.
Por eso, se creó ese conducto punible que hoy le imputan a Aida Victoria Merlano. La joven, según el juez, incurrió en esa conducta, pues su hermano de 17 años fue utilizado -a su juicio- el día de la fuga. El joven se ve con ellas en los videos que registran esa huida de película. El fiscal del caso, Jaime Alberto Duque, aseguró que Merlano se aprovechó de la calidad de menor de edad de su hermano para estructurar el plan con el que la congresista logró escaparse.
La situación de Aida Victoria se agrava por una circunstancia y es que esa ley señaló que la pena se aumenta de una tercera parte a la mitad en dos circunstancias, si es menor de 14 años (cosa que no aplica al caso) o si el sujeto es un familiar dentro del tercer grado de consanguineidad. De esta manera, además de que la pena del delito ya es alta, puede ser hasta 20 años de cárcel, aumenta aún más por esos agravantes. A eso se suma que los delitos en los que se usan menores de edad no tienen rebajas ni posibilidad de casa por cárcel.
El otro delito que le imputan es fuga de presos. El código penal contempla que “el servidor público o el particular encargado de la vigilancia, custodia o conducción de un detenido, capturado o condenado que procure o facilite su fuga, incurrirá en prisión de ochenta (80) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas hasta por el mismo término”.
Agrega que “la pena se aumentará hasta en una tercera parte cuando el detenido, capturado o condenado estuviere privado de su libertad por los delitos de genocidio, homicidio, desplazamiento forzado, tortura, desaparición forzada, secuestro, secuestro extorsivo, extorsión, terrorismo, concierto para delinquir, narcotráfico, enriquecimiento ilícito, lavado de activos”.
En la lectura del fallo, el juez dirá este martes en cuánto tasó la pena de cada uno de esos delitos para el caso de Aida Victoria.