El atentado contra el presidente Iván Duque hace unas semanas destapó un complejo entramado criminal detrás. Además del intento de derribar el helicóptero en el que viajaba Iván Duque, el mismo grupo delincuencial tenía todo listo para derribar el avión presidencial cerca de Bogotá.

Esta versión aparece consignada en informes reservados y fue corroborada por algunos de los capturados tras el atentado contra la Trigésima Brigada del Ejército en la capital de Norte de Santander y el ataque al primer mandatario, como lo reveló SEMANA en una reciente edición. En entrevista con Vicky Dávila, el fiscal Francisco Barbosa confirmó esos planes y entregó nuevos detalles.

Para el fiscal, los planes para atentar contra la vida del primer mandatario “son muy serios”. El alto funcionario asegura que Colombia tiene que entender la gravedad de lo que ocurrió. “Cuando se intenta asesinar a un presidente, se intenta atacar la médula espinal del Estado de derecho en este país... Nunca se había presentado un atentado de esa magnitud. Al presidente lo iban a matar. Tenemos abierto un radicado en derechos humanos para determinar dónde se estaban presentando las fugas”.

SEMANA había revelado detalles desconocidos sobre los planes para atentar contra el primer mandatario en Bogotá. El nuevo plan contra el presidente se ejecutaría durante una de las aproximaciones de la aeronave al aeropuerto de Catam, ubicado en el occidente de la capital del país, justo cuando estuviera sobrevolando a baja altura sobre la población de Funza, Cundinamarca. Desde tierra, francotiradores tenían la orden de dispararles a las turbinas del Fokker F-28, un avión al servicio del presidente de la República. Los atacantes se ubicarían en las veredas El Hato y Las Palmas, a una corta distancia de la pista de Catam.

El fiscal relató el avance que han tenido las investigaciones judiciales. “Estamos investigando a todas las personas que lo rodean. Nosotros no vamos a permitir que se ponga en riesgo la figura del presidente. Habrá interrogatorios para algunas personas. No vamos a permitir, desde ningún punto de vista, que se altere la estabilidad democrática e institucional de Colombia”.

El fiscal se refiere a estas personas pues uno de los detalles más alarmantes, de acuerdo con los documentos de inteligencia, es que un miembro del esquema de seguridad del presidente Duque sería el encargado de filtrar el dato exacto del aterrizaje del avión a la base militar. “Fuga de información, posible integrante del esquema de seguridad”, se lee en uno de los archivos. Un hombre identificado como alias Richard sería el encargado de dirigir a los francotiradores que atacarían la aeronave.

“El motivo era abyecto, infame, y privilegiar un ranking y unos premios para muertes en combate, cuando se habían privilegiado las desmovilizaciones colectivas e individuales y las capturas. Eso es repudiable”. | Foto: Juan Carlos Sierra

Ante la pregunta de qué piensa frente a afirmaciones como la del senador Gustavo Bolívar, que aseguró que pudo tratarse de un autoatentado, el fiscal respondió tajante: “Como dicen, al bagazo, poco caso. La mezquindad y la ruindad que se puede presentar en casos de estos es enorme. Yo lo que creo es que mucha gente en Colombia cree que hacer política es navegar por el Código Penal. Deberían saber que hay unos límites. Uno no puede terminar ni burlándose de las personas, ni injuriando, ni calumniando ni uniéndose con otros para hacer concierto para delinquir, ni financiando grupos delictivos, etcétera”.

Entre los hechos que rodean la investigación sobre la seguridad del presidente, el fiscal también habló de Andrés Fernando Medina, capitán retirado del Ejército, quien fue capturado por su responsabilidad en el atentado a la Brigada 30 y el intento de asesinato del presidente Duque.

SEMANA relató la historia de Medina, un hombre que salió del Ejército, en grado de capitán, tras sufrir un atentado el 15 de junio de 2015 y mientras se desempeñaba como piloto de helicópteros en Teorama, Norte de Santander. El ataque le dejó una incapacidad del 65 por ciento, principalmente pérdida del oído derecho y algunas lesiones en las extremidades inferiores. Recibió una indemnización superior a los 171 millones de pesos y una pensión mensual de dos millones, de acuerdo con dos resoluciones que conoció SEMANA.

Esa condición médica le permitió al capitán en retiro ingresar de forma repetida al dispensario ubicado en la Brigada 30 sin despertar sospechas e incluso logró ganarse la confianza del personal de seguridad, que lo veía una vez por semana en los controles y terapias de recuperación física. Después de esa misión en la Brigada, al excapitán le fue encomendado trabajar en el plan para atentar contra el helicóptero del presidenete.

Sobre él, el fiscal aseguró que Eestamos en colaboración judicial con Estados Unidos. Ya iniciaron los acercamientos con el capitán. Es muy lamentable que personas que le han servido a la nación se hayan prestado para eso”.

El fiscal aseguró que espera que las investigaciones avancen aún más y que la inteligencia que está al servicio del presidente también haga un trabajo muy serio para que proteja la vida del mandatario