La actriz Alejandra Borrero se subió al atril, puso varios papeles encima y empezó a dirigirse a la plenaria de la Cámara de Representantes. Había sido citada al Capitolio para referirse a una de las formas de violencia más crueles y la que pasa en la más absoluta impunidad en Colombia: la violencia contra la mujer.“En Colombia, cada minuto seis mujeres son víctimas de cualquier tipo de violencia. Cerca de 637.000 mujeres han sufrido agresiones, y el 70 % de las colombianas han sido víctimas de algún tipo de violencia”.Llevaba poco en su discurso cuando una de las mujeres asistentes al recinto de la Cámara se desplomó. Se trataba de la representante Ángela Robledo, de la Alianza Verde. De inmediato hubo una alarma generalizada. Alejandra Borrero no interrumpió su discurso, pese a que en un extremo una decena de personas trataba de reanimar a la congresista, hasta que fue trasladada en una camilla.Borrero denunciaba en el Congreso que la Ley 1257, que fue aprobada hace un par de legislaturas, que busca prevenir la violencia contra la mujer y sancionar con severidad a los agresores, “fue una ley muy bonita, pero infortunadamente se quedó en el papel”.Y aun cuando el recinto se reponía del percance de Robledo, otra mujer se desmayaba. Se repitió la escena, y así hasta que otras cuatro mujeres también se desmayaron.Todo hacía parte de un performance que la actriz Alejandra Borrero quiso adelantar en el Congreso para concienciar sobre la tragedia del maltrato a la mujer y para que los ciudadanos perdieran la indolencia frente a la violencia contra la mujer.Precisamente Borrero viene liderando la campaña denominada ‘ni con el pétalo de una rosa’, y que entre otras pretendió que este 25 de noviembre, día internacional contra la violencia a la mujer, los hombres se pintaran los labios de rojo. En el Congreso pocos hombres se atrevieron. Juan Carlos Lozada, representante a la Cámara, fue el único que se los pintó. Los demás parlamentarios solo llegaron a pintarse una línea de labial en la mejilla.