Alejandro Gaviria se convirtió en la persona que más interés suscita entre diferentes sectores que quieren verlo como candidato presidencial en 2022. Muchos ven en su prestigio, independencia y propuestas una carta ganadora en la carrera por la Casa de Nariño. No obstante, el rector de la Universidad de los Andes no se ha decidido y eso ha alimentado una expectativa que, sin embargo, deberá quedar resuelta más temprano que tarde.

Gaviria no tiene ninguna inhabilidad que lo obligue a decidirse en una fecha específica, pero el entusiasmo que despierta es tal que mantener viva la ilusión por un tiempo indeterminado no es fácil. Hasta ahora, el rector ha dicho que su compromiso es con la universidad, aunque no ha sido tajante en afirmar que no será candidato presidencial, lo cual propicia todo tipo de especulaciones sobre su rumbo político.

Gaviria nunca ha incursionado en política electoral. Lo alejan y molestan las mentiras y los ataques personales, que se volvieron, lamentablemente, un lugar común. Además, está pendiente de varios exámenes médicos, dado que se recupera de un cáncer (linfoma no Hodgkin) que le fue detectado cuando fue ministro de Salud durante el Gobierno de Juan Manuel Santos.

La tercera variable a analizar es su compromiso con los Andes. Gaviria ha dicho que a mediados de marzo hará pública su decisión y que será comunicada, en primera instancia, a las directivas del centro educativo, de donde salieron presidentes como Alberto Lleras Camargo.

Algunos consideran que al rector hay que darle tiempo y no presionarlo. Uno de los que más ha insistido en su candidatura es el senador Iván Agudelo, del Partido Liberal, una de las corrientes que espera que Gaviria los represente en 2022. “Cada día trae su afán. Hay un calendario electoral. Él tiene un compromiso con la universidad y lo ha manifestado. Siempre he dicho que él es un hombre de responsabilidad con el país y con los jóvenes, que seguramente asumirá”, le dijo Agudelo a SEMANA.

Otro de los sectores que más ha pedido que Gaviria sea su candidato es precisamente el de los jóvenes. Hace unas semanas nació un movimiento denominado Jóvenes con Gaviria Presidente, el cual ya reúne miles de apoyos y voluntarios en todo el país. Fue tal el furor de la iniciativa que en el Cauca colgaron una valla en la que se lee: “Gaviria, di que sí”.

La figura de Gaviria es atractiva y reúne consenso en los jóvenes porque, además de su rol como rector de la Universidad de los Andes, tiene una postura que para algunos de ellos resulta llamativa. Por ejemplo, está de acuerdo con la legalización de las drogas, la regulación del aborto, se opone al uso del glifosato y cree que deberían reglamentar la eutanasia, entre otros temas sensibles.

“Estamos muy motivados. Nosotros hasta el momento no hemos recibido una comunicación oficial de Alejandro que nos diga que no, tampoco que nos diga que sí. Pero mientras tanto, seguiremos avanzando en lo programático y en nuestros comités”, dijo Marla Gutiérrez, quien lidera esta iniciativa.

Si el rector se lanza, sería una verdadera sorpresa, y le competiría fuertemente a Sergio Fajardo, al punto que podría quitarle a muchos de sus electores. Gaviria ha dicho en privado que si lo hace sería por medio de un movimiento de firmas, independiente, y que le gustaría confluir en una coalición con diferentes sectores alternativos.

Sin embargo, el Partido Liberal busca tenerlo entre sus filas, debido a la buena relación política del exministro con el jefe de liberalismo, César Gaviria. En la Alianza Verde también intentan afanosamente que Gaviria llegue a la coalición que ellos impulsan. Algunos dicen que el rector simplemente está esperando el momento preciso para lanzarse. “Está muerto de ganas de ser candidato, pero le han aconsejado que se haga desear”, asegura Roy Barreras.

Por estos días Gaviria prefiere no hablar con los medios ni despejar los interrogantes sobre su eventual candidatura. La prudencia es comprensible. El rector de los Andes tiene dos caminos para escoger: seguir siendo una de las voces más influyentes desde la academia, o meterse de lleno en una competencia por los votos.

Muchos consideran que tiene todos los méritos para ser el próximo presidente de los colombianos.