Un grupo de personas armadas, de origen desconocido, es señalada de tomarse un terreno de unas 50 hectáreas aproximadamente en la ribera del río Guatiquía, en Villavicencio. Esta situación ha causado preocupación entre los habitantes de la zona, y ha generado una alarma por parte de Cormacarena, ya que se trata de un área protegida y que está en peligro de contaminación ambiental, debido a las actividades ilegales de construcción que se adelantan en la zona.

Ni las quejas de la comunidad, ni la presencia de la Policía, ni la gestión de Cormacarena, han logrado, al parecer, que se suspendan las actividades por parte de la cuadrilla de obreros, que habrían ingresado ilegalmente por medio de una finca privada.

Cormacarena alerta por construcción ilegal que pone en riesgo la ribera del río Guatiquía: “están construyendo en zona protegida” | Foto: Cormacarena

SEMANA conoció, por medio de una fuente, que José Jairo Riveros Medina dice ser el dueño del predio en el que están construyendo lo que sería una vivienda, en el que realizaron, al parecer, la captación de una fuente hídrica adyacente, en el que instalaron una cerca dentro del cauce del río Guatiquía, y en el que hay un corral para cerdos, cuyos desechos son vertidos sin control en el terreno.

Riveros Medina aseguró ante las autoridades que compró dos terrenos, uno de 1.5 hectáreas y otro de 4 hectáreas, pero habría terminado encerrando unas 50 hectáreas, aproximadamente.

Construyeron un coral para cerdos, sin importarles las implicaciones medioambientales para la ribera del río Guatiquía | Foto: Cormacarena
Los desechos de los cerdos son esparcidos en una zona de la ribera del río Guatiquía, así lo constató Cormacarena en una visita | Foto: Cormacarena

SEMANA se comunicó Ricardo Pineda, funcionario de Cormacarena, quien aseguró que los esfuerzos de la corporación no han cesado para salvaguardar esta zona protegida.

“Esta área está entre la ronda de protección del río Guatiquía (...) puede ser privada, pero tiene una limitación de uso por el cauce del río”, explicó Pineda.

SEMANA se comunicó Ricardo Pineda, subdirector técnico de Cormacarena, quien aseguró que los esfuerzos de la corporación no han cesado para salvaguardar esta zona protegida | Foto: Cormacarena

Los señalados de apropiarse de la zona podrían ser “terreros”, dedicados a lotear terrenos, en los que, posteriormente, se construyen barrios de invasión, aunque no hay nada confirmado. Riveros Medina, de acuerdo con las autoridades, presenta antecedentes por estafa.

“Nosotros verificamos los antecedentes de la persona con el apoyo de la Fiscalía y, efectivamente, esta persona tiene antecedentes por estafa, violencia intrafamiliar, otros delitos”, contó a Pineda a SEMANA.

“La puerta por la que ingresaron es la entrada a una finca privada. Los dueños decidieron cerrarla y estas personas ingresaron con el uso de armas, tumbaron la puerta e ingresaron nuevamente por ahí”, señaló el funcionario.

Cormacarena ha realizado dos visitas al terreno y constató el vertimiento de residuos. “Con la primera visita, logramos identificar que, efectivamente, se estaba realizando una construcción dentro del área de protección hídrica del río Guatiquía. Cuando nosotros fuimos, evidenciamos unas columnas de metal, perfiles metálicos, en un área de aproximadamente 120 m2″, indicó el funcionario.

En la primera visita, cuatro personas fueron detenidas en flagrancia por la Policía Nacional. En la segunda visita, “se evidenció la terminación de las columnas, ya como unas 12, aplicaron un relleno y techaron”. En esta oportunidad, no se capturó a nadie porque, se presume, implementaron “campaneros” para alertar de la presencia de las autoridades.

Durante la primera visita de Cormacarena a la zona, cuatro obreros fueron capturaros en flagrancia por la Policía Nacional | Foto: Cormacarena

“Lo que nosotros visualizamos es que puede ser una futura invasión, como tenemos muchas en la ciudad, como es el caso de La Reliquia, de Kirpas, de Manuel Alejandro, que se convierten en un problema ambiental por el tema de los vertimientos, porque no respetan las áreas de protección ambiental, deforestan todo”, enfatizó.

La construcción ilegal podría tratarse de un campamento o un futuro barrio de invasión, pero “así se empieza”, dice Pineda. “Cuando menos se den cuenta, ya han construido de todo, empiezan a lotear, a vender y, cuando venden, empiezan a construir. Después ya no los frena nadie”, puntualizó.