Las ocupaciones ilegales han sido una problemática de vieja data en el país. Por lo general, se trata de familias de escasos recursos que deciden asentarse en los lugares donde no hay permisos para la construcción de viviendas y que suelen representar un peligro para la vida y seguridad física de sus habitantes.
Un caso semejante ocurre en los cerros orientales de la localidad de Usaquén en Bogotá, donde se ubican 194 viviendas. Los habitantes del sector afirman que algunos llegaron allí porque les dijeron que en ese lugar se podía construir, otros porque no tenían más opciones.
Lo cierto es que en este momento esas 194 familias que residen en el sector de Santa Cecilia Alta y Baja están en peligro, pues sus viviendas tienen alto riesgo de colapso, según advierte la Personería de Bogotá.
“La Personería de Bogotá, después de realizar varias visitas al sector de Santa Cecilia Alta y Baja, polígonos 069 y 069 A ubicados en los cerros orientales de la localidad de Usaquén, solicita a la Administración Distrital adoptar medidas de desalojo inmediato y control de la zona con el fin de salvaguardar las vidas de los habitantes de 194 ocupaciones entre construidas, en proceso o provisionales, y evitar una tragedia por la inestabilidad del terreno que es zona de alto riesgo no mitigable según un concepto técnico del Idiger”, señaló la entidad.
Ninfa Viviana Orjuela, habitante de Santa Cecilia, afirma que la situación que se presenta “es que el barrio se está corriendo todo por culpa de que quitaron todos los árboles de por allá arriba, y se nos están cayendo nuestras casas. Le están quitando terreno a la loma y por eso es que las casas se están agrietando”, asegura.
Explica que por más que la problemática sea una realidad, lo único que les ha pedido la Alcaldía es que desalojen el lugar, pero no les dan soluciones de fondo.
“El problema es que viene la Alcaldía y no nos soluciona nada, siempre nos dice los mismo: no, que tiene que desalojar, que tiene que desalojar. Pero nosotros no vamos a desalojar porque nosotros no nos vamos a ir de la noche a la mañana. La plata que nosotros le metimos a esa casa, ¿quién nos la va a reponer? Ellos lo que dicen es que es un lote que nosotros compramos y que ya estaba reubicado, pero ellos nos tienen que solucionar algo porque nosotros no sabíamos”, señala Orjuela.
Es por ello que la personera delegada para la coordinación de la gestión de las personerías locales, Biviana Aguillón, le pidió a la Administración Local y Distrital que “se cumplan los conceptos del Idiger que indican la reubicación de las familias que se encuentran en la zona de Santa Cecilia Baja”.
Además, les solicitó a las entidades ambientales “que hagan la recuperación del sector que se está viendo afectado por la alta tala de árboles”.
El peligro es inminente y están en riesgo familias vulnerables, extranjeros, niños y niñas, mujeres embarazadas, así como adultos mayores. Por lo anterior, Aguillón le hace una solicitud especial a la Administración Local y Distrital para que lleve a cabo “el restablecimiento de los derechos de las personas que se han venido asentando por distintos motivos en esta reserva forestal, en la cual el 80 % corresponde a población extranjera, niños, ancianos y mujeres embarazadas que requieren las ayudas institucionales”.
Yenni Villarreal, otra habitante de Santa Cecilia, afirma que reside en esa zona de los cerros orientales porque no tiene cómo sostener el pago de un arriendo mensual.
“Yo vivo acá desde noviembre del año pasado y, como pueden ver, mi rancho está con lona, tablitas, papel y así. A raíz de la pandemia nos ha tocado buscar porque somos muchos los que no podemos pagar un arriendo, sostener el arriendo y pagar la comida, tener los niños, entonces buscamos otra forma de vivir. Nos parece que esto ha sido lo mejor, gracias a Dios no tenemos que pagar arriendo y aquí estamos”, relata Villarreal.