Ante el incremento de casos positivos de distemper canino (más conocido como moquillo) en Bogotá, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (Idpyba) ordenó intensificar el muestreo en los animales, no solo en los cachorros y animales que presentan síntomas, sino en todos aquellos que ingresan, adicional a las pruebas de brucelosis y parvovirosis. También se hará al ingreso y salida de la cuarentena.

Así mismo, se ordenó mantener la restricción de acceso a las zonas de cuarentena y aislamiento para evitar el riesgo de introducción y dispersión de enfermedades infecciosas y parasitarias o patógenos entre los residentes, colaboradores y visitantes.

De igual manera, el Idpyba pidió mantener las pruebas para distemper a todos los animales que se atienden por Urgencias Veterinarias. Al mismo tiempo, se realizarán pruebas diagnósticas adicionales a los animales que salen en adopción o a jornadas.

Para evitar mayores contagios en la población de la Unidad y prolongar el sufrimiento de un animal que tenga la enfermedad, el Idpyba tiene que recurrir a la decisión de aplicar la eutanasia humanitaria, posterior a un consenso médico y evaluación del riesgo, como última medida en aras de mitigar una amenaza cierta o inminente a la salud de otros animales por fuentes de propagación de enfermedades transmisibles.

Por otro lado, gracias al apoyo de virólogos de la Universidad Cooperativa de Colombia, se realizará la genotipificación para establecer los linajes que están circulando.

El Instituto de Protección Animal también está adelantando reuniones con actores como VEPA (Asociación Colombiana de Médicos Veterinarios), el laboratorio Merck, Sharp and Dohme (proveedor de vacunas), y la Secretaria Distrital de Salud para un abordaje integral.

¿Por qué es importante controlar la propagación de distemper canino?

El distemper canino es una enfermedad viral altamente contagiosa entre perros, particularmente en los jóvenes pero no excluyente de otras edades. El contagio se da a través de los fluidos (heces, orina, mucosas, aerosoles), lo cual también se incrementa especialmente en la temporada de lluvia.

Es una enfermedad con tasas altas de morbilidad (animales enfermos) y de mortalidad (animales muertos) pues afecta varios sistemas como el digestivo, respiratorio y nervioso. Los animales que sufran la enfermedad pueden terminar con secuelas como pérdida de funcionalidad pulmonar, convulsiones, depresión, mialgias (dolores musculares inespecíficos), pérdida del equilibrio y coordinación, entre otros, generando daños irreparables y permanentes en el sistema nervioso del animal, y en muchos casos, la muerte.

El tratamiento preciso para esta enfermedad no existe, sino que es paliativo para tratar los signos, pero no garantiza su recuperación adecuada y óptima, ni tampoco la eliminación del virus, haciéndolo portador durante un tiempo indeterminado.

Casos identificados al interior de la Unidad de Cuidado Animal

La Unidad de Cuidado Animal (UCA) es una muestra de lo que ocurre a nivel ciudad, ya que recibe animales en condición de vulnerabilidad de todas las localidades a diario a través de los diferentes programas de atención, sobre los cuales se desconocen sus antecedentes de salud y su exposición previa a agentes infectocontagiosos.

En lo corrido de julio de 2022, con 74 casos positivos, se superaron los casos en 2021, que solo fueron 43. Casi el 50 % de los casos positivos ingresaron a través de los programas de Urgencias Veterinarias.

Regulación para guarderías caninas

El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá (Idpyba) y el Instituto de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca (Ipybac), en articulación con el gremio de guarderías, hoteles y colegios que prestan servicios para animales trabajan en la construcción de lineamientos para la regulación de esta actividad.

Este protocolo sería el primer documento oficial de esta naturaleza emitido en Latinoamérica, con la participación conjunta de entidades públicas y los encargados de la prestación de servicios para los animales.

Diferentes expertos en bienestar animal de talla nacional e internacional han venido asesorando la creación de este protocolo, que contiene varios capítulos destinados a establecer las obligaciones que deben cumplir los tenedores o cuidadores de los animales, así como los de los establecimientos que presten servicios, el personal que trabaje en ellos y que tenga contacto con los animales, los médicos veterinarios y los conductores de los vehículos para su desplazamiento.