El paso del huracán Iota por la isla de San Andrés el 16 de noviembre de 2020 no solo dejó daños de infraestructura, que en su mayoría ya fueron reparados. Científicos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) revelaron en un estudio que la isla podría inundarse hasta tres metros.

Los expertos advirtieron en su estudio tres grandes riesgos estructurales tras el paso de un huracán: los vientos, las inundaciones costeras y las inundaciones urbanas.

Andrés Fernando Osorio Arias, magister y doctor en Ciencias y Tecnologías Marinas, profesor de la UNAL y director del Grupo de Investigación en Oceanografía e Ingeniería Costeras (Oceánicos), explicó a RCN Radio que se produjo vulnerabilidad costera, debido a los huracanes que llegan por el este y sureste de la isla.

“Hay zonas donde se presentan inundaciones con olas y con aumento del nivel del mar que pueden generar inundaciones en la costa, en la playa de hasta tres metros. Esto significa que cualquier vivienda será inundada”, explicó el investigador al medio radial.

Osorio alertó que la isla de San Andrés no tiene un sistema óptimo de desagües de lluvias, lo que según su análisis, no permite evacuar las cantidades de agua que puedan caer en un huracán. “De hecho, ni siquiera en un momento de lluvia intensa. Por ejemplo, en las zonas urbanas, se han registrado inundaciones de hasta un metro”, acotó.

En relación con la isla de Providencia, el experto explicó que “no es tan grave” debido a que no hay “tanta pavimentación de vías y construcción de viviendas y demás”.

Sobre los fuertes vientos, considerada una de las mayores amenazas en las dos islas con el paso de un huracán, sostienen los científicos de la UNAL que habría una alta vulnerabilidad representada en un 70% en San Andrés y un 90% en Providencia.

“El viento huracanado tanto en San Andrés y Providencia y cualquier isla en el Caribe, si pasa un huracán categoría cinco, con vientos de más de 200 km/h, casi que no hay nada que hacer frente a la infraestructura”, apuntó Osorio.

El 16 de noviembre del 2020 los vientos de 250 kilómetros por hora del huracán Iota golpearon las islas de San Andrés y Providencia, y provocaron una destrucción masiva.

En Providencia y Santa Catalina, el 98 % de la infraestructura fue afectada y la Cruz Roja reportó unos 700 damnificados en San Andrés.

La devastación que dejó el huracán se sumó a los daños que había dejado el paso del huracán Eta por las islas entre el 2 y el 3 de noviembre de ese mismo año.

Así como Venecia, Cartagena también se estaría hundiendo, advirtieron expertos en una investigación realizada por científicos que forman parte del proyecto Basic, en el que participan las universidades Eafit, Cartagena y Los Andes. Durante siete años, los investigadores midieron y monitorearon la calidad ambiental de las aguas y los sedimentos de la bahía, el nivel toxicológico de los peces y la salud de sus habitantes. Sus resultados los presentaron en septiembre de 2021 en Cartagena para que las autoridades tomen acciones.

Dicen los científicos del proyecto Basic que la renovación de las aguas es muy lenta, pues ocurre cada dos o tres meses, y lo que sale es igual de contaminante a lo que llega. Esto sucede principalmente en la bahía interna que es fija en su área geográfica y tiene dos bocas: Bocachica y Bocagrande. Es decir, la bahía no se descontamina naturalmente.

Los científicos describieron que Mamonal, Tierrabomba, Barú y la Bahía de Cartagena están sobre al menos 45 volcanes activos de lodo, fenómeno que los geólogos llaman diapirismo. De modo tal que entre los años 2017 y 2020, la Ciénaga de la Virgen, Pasacaballos y Bocagrande presentan los más altos niveles de hundimiento.