Para los familiares de Valentina de Lima, ninguna suma será suficiente para sanar el dolor que les produjo la muerte de la menor, tras ser embestida por una camioneta, cuyo conductor, Enrique Vives, conducía en estado de alicoramiento.

“Ellos creen que mataron a un animal y quieren dar cualquier peso”, afirma Álex de Lima, el padre de la joven, al rechazar las condiciones que expone la aseguradora del caso a renunciar al proceso contra Enrique Vives.

De Lima asegura que lo único que le daría tranquilidad es tener certeza de que se hizo justicia de los seis jóvenes que iniciaban su vida. ”Yo lo que quiero es que ese hombre pague lo que hizo y que no vaya a quedar libre como siempre pasa en este país”, señaló.

Cabe indicar que las familias de Camila y Eleonor Romero, María Camila Martínez, Juan Diego Alzate y Rafaela Petit, sí llegaron a un acuerdo con la aseguradora del vehículo del empresario, arreglo que, además, contempla retirar la acción penal contra Enrique Vives.

Así ocurrió la tragedia

La noticia llegó a casa de Álex de Lima pasadas la 1:05 de la madrugada del lunes 13 de septiembre. Un sobrino dedicado al transporte informal en moto le avisó que su hija Laura fue atropellada por una camioneta Toyota Hilux en la avenida principal. Como pudo, Álex se incorporó, aunque por segundos pensó que aún seguía dormido y se trataba de un mal sueño. Mientras caminaba por inercia hacia el lugar del accidente, se repetía como un mantra el último diálogo que sostuvo con su hija ese día a las 8:30 de la noche: “Te amo, papi, porque nunca me desamparas (...). Yo no te desamparo, mi niña”, decía una y otra vez para calmar el dolor.

A la avenida principal, contigua al barrio Gaira de Santa Marta, llegó siete minutos después. Recuerda poco de ese momento, no vio los otros cinco cuerpos sobre la vía, solo se enfocó en tratar de abrazar el cadáver de su hija. Quiso tocarla para comprobar con sus propias manos que ya no respiraba, pero la Policía lo detuvo. Cinco días después parece que su alma se quedó detenida en ese momento. “Ellos venían caminando por la acera y el carro los levantó como si fueran piezas de bolos”, le contó Álex a SEMANA.

Su sobrino relató todo lo que vio esa madrugada: “Él me dijo que sonó un golpe duro y que vio en el aire cosas que volaban, como si fueran cartón. Los cuerpos quedaron totalmente destrozados”, agrega Álex. En el accidente no solo falleció su hija de 17 años, también murieron Camila Romero Troncoso, 19 años; Eleonor de Jesús Romero Troncoso, 17 años; María Camila Martínez Mendoza, 24 años; Rafaela Petit, 30 años, y Juan Diego Alzate, 17 años. Este último era futbolista en formación y ya tenía todo arreglado para incorporarse al Junior de Barranquilla. “Era arquero, me prometió que sería jugador profesional y el reemplazo de David Ospina en la Selección Colombia”, dijo su papá, Armando Alzate.

Quien estaba detrás del volante es el reconocido empresario samario Enrique Vives Caballero, ingeniero electrónico y especialista en ingeniería portuaria; sin embargo, su capital económico procede del sector gastronómico. En 2019 aspiró al Concejo de Santa Marta, y en menos de dos años tiene dos multas de tránsito, una de ellas por conducir con exceso de velocidad. El día del accidente, no solo llevaba el pie al tope en el acelerador, sino que conducía con grado tres de alcohol (el nivel más alto), según la prueba de alcoholemia conocida por SEMANA.