Ogli Ángel Padilla Romero, conocido con el alias de ‘Fabián’, era un criminal que sembró terror principalmente en Chocó, donde se hizo célebre por sus asesinatos, ataques, emboscadas a la fuerza pública y masivos desplazamientos de la población.

Su influencia se extendió más allá de esta región e incluso, como conoció SEMANA, llegó a financiar con una importante cantidad de dinero al grupo denominado la ‘primera línea’, que surgió en medio de las protestas del paro nacional a finales de abril de este año.

SEMANA tuvo acceso a los informes de las autoridades en los que se detallan los pasos criminales de ‘Fabián’ durante los últimos meses y que dan cuenta de la infiltración urbana que venía adelantando este jefe guerrillero.

“Las evidencias digitales encontradas en las operaciones realizadas contra alias ‘Fabián’ confirman que este cabecilla venía financiando los denominados puntos de resistencia barriales y ‘primera línea’, con el fin de promover el terrorismo de baja intensidad contra las autoridades, entes gubernamentales y establecimientos comerciales”.

Con base en testimonios de capturados e implicados en medio de las protestas que dieron información a los investigadores, señalan que ‘Fabián’ entregó $279 millones en efectivo para financiar las protestas en Cali y en Medellín.

Quienes están ahora colaborando con la justicia revelaron que las entregas se hicieron por medio de dos emisarios que fueron a los campamentos y les distribuyeron el dinero. Pero no fue lo único, la orden de ‘Fabián’ era disponer de un porcentaje de los que se les cobra a los narcotraficantes por el uso de las rutas de salida de droga para financiar las protestas.

Sobre esta infiltración, el general Vargas advirtió que “tanto en la Operación Samuel como en la operación San Lucas, realizadas previamente contra alias ‘Fabián’ y su círculo cercano, se pusieron en evidencia los nexos entre el ELN y los grupos criminales que han querido desestabilizar el orden público en las ciudades. Avanzamos con la Fiscalía en el tratamiento de esa información para judicializar a los responsables de los disturbios que, con el patrocinio del ELN, han ocasionado destrucción de la infraestructura pública y privada, así como ataques contra la Policía”.

Señalan informes de inteligencia “que este cabecilla durante las jornadas de paro nacional venía generando constreñimiento a las comunidades indígenas y campesinas de los municipios de Istmina, Medio San Juan y Litoral del San Juan, en el Chocó, con el fin de recoger alimentos para ser enviados a integrantes de las células urbanas en Cali y municipios del Valle”.

Además, se encontró que, en alianza con el frente de Guerra Suroccidental, coordinaron acciones delictivas para promover el bloqueo de vías principales en Medellín, Pereira, Quibdó, Urabá y Nariño.

Cabe mencionar que el pasado 16 de septiembre, a las cuatro de la mañana, durante una operación de hombres de inteligencia de la Policía y el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, fue bombardeado el campamento donde se ubicaba el líder guerrillero. Ahí empezó la historia de la muerte del más importante miembro de la guerrilla del ELN con presencia en Colombia, porque sus máximos jefes se encuentran refugiados al amparo de los Gobiernos de Cuba y Venezuela.

Como conoció este medio, alias ‘Fabián’ era un hombre de guerra. Aseguraba que hasta la muerte huía de él y le tenía miedo. En ceremonias y ritos de magia negra que realizaba en medio de la espesa selva chocoana levantaba los brazos en señal de victoria y aseguraba que estaba blindado con sus amuletos y sus rezos. Creía que ni las balas le llegaban.