No cayó en gracia la designación de Alexánder Farfán Suárez, más conocido con el alias Gafas, como gestor de paz. El guerrillero, quien fue detenido en la histórica Operación de Jaque registrada el 4 de julio de 2008, fue el encargado durante años de “vigilar” a la candidata presidencial Ingrid Betancourt, a los tres contratistas estadounidenses y varios militares que estaban en poder de ese grupo subversivo y eran utilizados como moneda de cambio para presionar un intercambio humanitario.
Pese a que Gafas suscribió un acta de sometimiento ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y participó en algunas diligencias ante ese tribunal, habría vuelto a delinquir y por eso actualmente está recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde el pasado 28 de diciembre de 2022 por tráfico y porte de armas y municiones de uso privativo de las Fuerzas Militares.
Frente a esta situación, el presidente de la JEP, Roberto Vidal aseguró que revisarán la situación y se verificará si existió un incumplimiento en los compromisos adquiridos por alias Gafas, entre estos no seguir delinquiendo. “Vamos a allegar toda la información disponible respecto de los organismos de seguridad y los organismos judiciales competentes, y a partir de eso analizar su situación en concreto, y si se configuró un incumplimiento del régimen de incondicionalidad, eso definiría si seguimos siendo nosotros competentes o es otra autoridad judicial la que sería competente”, señaló el magistrado.
Con esta designación, Gafas podría salir de la cárcel para sumarse al proceso de paz que se adelantan con las disidencias comandadas por Iván Mordisco. “Farfán Suárez fue delegado por el EMC-Farc como miembro representante de este grupo a la fase preliminar y a la Mesa de Conversaciones de Paz. Actualmente Farfán Suárez se encuentra privado de la libertad en calidad de sindicado por hechos posteriores a la firma del Acuerdo de Paz. De igual forma, Farfán Suárez es compareciente ante la JEP”, señalaron recientemente desde la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Frente a esta designación, Marc D. Gonsalves, uno de los contratistas estadounidenses secuestrados por las Farc, reveló su malestar por la designación de su excarcelero. “La JEP es un desastre. Otro vez liberaron a un asesino que volvió a delinquir. Gafas es un terrorista de los peores. Demasiado cruel y demente, un sanguinario. Eso yo lo vi con mis propios ojos. ¿Cómo puede ser un tipo así un vocero para la paz?”.
Precisamente, a Ingrid Betancourt, hoy directora del partido político Verde Oxígeno, le generó sorpresa la noticia. “Las disidencias pueden nombrar a quien quieran para negociar y ese es un personaje que cumplió 10 años de cárcel por los crímenes de secuestro. Lo que es grave es que el Gobierno acepte como negociador a una persona que es el símbolo de todo el sufrimiento de las víctimas”, le dijo a SEMANA.
Betancourt lo recordó como un hombre despiadado. “Tuvo un grupo muy grande de secuestrados, abusó de ellos, nos impuso unas situaciones de tortura psicológica muy altas. Es muy doloroso para las víctimas pensar que, a final de cuentas, mientras no han tenido justicia, al perpetrador, al que abusó, al violento, al criminal, lo premian. Él iba más allá de las órdenes. No solo maltrataba a los secuestrados, sino a los guerrilleros que estaban con él”.
De determinarse que alias Gafas siguió delinquiendo perdería todos los beneficios judiciales que otorga la JEP.
La lista de gestores de paz la completan Carlos Eduardo García Téllez, Leidy Tatiana Rojas Olaya, Jaime Muñoz Dorado, Jonathan Jair Narváez Quintero, Adolfo Ballesteros Fernández, Óscar Ojeda, Alexánder Farfán Suárez y José Luis Rodríguez Mora.