“Reconozco que tal vez en mi niñez, hasta mi momento de ingresar a las Farc, fui víctima del Estado, pero que lamentablemente me convertí en esa persona victimaria”. De esta forma, Elda Neyis Mosquera García, más conocida como Karina, les ofreció excusas a las víctimas de las acciones ejecutadas por el Frente 47 de la guerrilla de las Farc.

El pronunciamiento se hizo tras la extensa lectura del fallo en contra de Karina y otros nueve exguerrilleros de los bloques José María Córdova, Iván Ríos, Noroccidental y Efraín Guzmán de las Farc.

En la sentencia emitida por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Antioquia se reveló que todos aceptaron su responsabilidad en los delitos de rebelión, entrenamiento para actividades ilícitas, utilización ilegal de uniformes e insignias, empleo, producción, comercialización y almacenamiento de minas antipersonal, ayuda e inducción al empleo, producción y transferencia de minas antipersonal y utilización de medios y métodos de guerra ilícitos.

En su intervención, Karina hizo cuestionamientos sobre el proceso de justicia transicional que inició con la desmovilización de los grupos paramilitares en 2005 (Justicia y Paz) y que siguió con el Acuerdo de Paz con las Farc (Jurisdicción Especial para la Paz), al considerar que se cree que los que se sometieron están diciendo siempre la verdad y eso no es siempre es así.

“Los postulados aquí decimos una versión y nuestros excompañeros en la JEP dicen otra versión y, en ese caso, ¿quién dice la verdad?”, sostuvo Karina. “Me preocupa eso, que con el tiempo vayan a decir de pronto que nosotros somos los que estamos mintiendo y ellos son los que están diciendo la verdad, o que en algún momento cualquiera de los dos aparezcamos como que somos los que estamos mintiendo y, en este caso, mi gran preocupación es porque nosotros, los postulados individuales, somos una minoría”.

El fallo de cinco mil páginas del Tribunal Superior de Medellín cita los crímenes cometidos contra 2.172 víctimas reconocidas en los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba. Frente a este caso, el magistrado ponente, Juan Guillermo Cárdenas, aseguró que “las conductas aquí cometidas con ocasión a la política subversiva corresponden a graves, sistemáticas y generalizadas violaciones a los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario”.

El fallo tiene una condena simbólica de ocho años de prisión porque todos los postulados ya pagaron una pena privativa de la libertad. Sin embargo, sí se fija el pago de 94 mil 149 millones de pesos como indemnización a favor de las víctimas del conflicto armado. En este caso fueron vinculados Daniel Sierra, alias Samir; Nelson Patiño, alias El Zorro; Marco Fidel Giraldo Torres, alias Garganta; Pedro Luis Pino, alias Martín; Virgilio de Jesús Guzmán, alias Walter; Fabio Nelson Aguirre, alias Carlos; Jesús Giraldo, alias Miguel, y Edison Cataño, alias Garraseca.

Este es el primer caso en que Justicia y Paz (organismo creado tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia) condenan a personas y actos relacionados con la guerrilla de las Farc. “La guerra tiene sus reglas, olvidadas adrede por los miembros de las Farc, cuando atacaron poblaciones, consumado a través de incursiones guerrilleras, masacres, reclutamientos, violencia de género, abortos y planificaciones forzadas, tratos inhumanos, desplazamientos, homicidios, torturas, secuestros”.

En la lectura inicial del caso, el magistrado ponente añadió que entre 1996 y 2001 se presentaron 7.181 secuestros, de los cuales “1.891 víctimas pagaron 3,6 billones de pesos”. Con estas acciones, la guerrilla de las Farc logró un financiamiento de sus actividades.

Karina estuvo ocho años privada de su libertad tras su entrega a las autoridades en el año 2008. En este período fue designada como gestora de paz para lograr la desmovilización de otros guerrilleros.

El prontuario de Karina

Elda Neyis Mosquera, comandante del Frente 47 de las Farc, se desmovilizó el 14 de noviembre de 2007, después de un bombardeo ejecutado por la Fuerza Aérea en la vereda Los Planes, municipio de Sonsón, en Antioquia.

En la acción militar fueron abatidos tres guerrilleros, entre los que se encontraba su jefe de seguridad. Con los operativos continuos en la zona y la constante disminución de sus hombres, la temida jefa guerrillera, señalada de haber ordenado todo tipo de crímenes en la región, se desmovilizó.

No les dijo nada a los hombres que la custodiaban, solamente manifestó que tenía que “revisar” unos temas. Guardó todas las armas que tenía la estructura, solamente mantuvo lo necesario y buscó a las autoridades en compañía de alias Michín, su pareja sentimental.

La mujer temía ser traicionada por sus hombres para que reclamaran la millonaria recompensa que estaban ofreciendo por información que permitiera su captura. Igualmente, les pidió a los agentes del DAS y a los soldados que la esperaban en las montañas de la vereda Santa Rosa, de Argelia, que le respetaran su vida. Además, pidió encarecidamente que le permitieran tener nuevamente contacto con su hija.

Karina tenía un extenso prontuario relacionado con atentados en contra de la población civil y la Fuerza Pública, extorsiones, minería ilegal, secuestros, entre otros. En 2009 fue designada por el Gobierno como gestora de paz, adelantando contactos para la desmovilización, reintegro a la vida civil y entrega de armas de otros guerrilleros.