La mayoría de los colombianos no tiene la menor idea de quién es Juan Carlos Mesa. Para muchos tampoco es familiar el alias con el que lo conocen en el mundo del crimen organizado: Tom. Sin embargo en parte de Medellín y el Valle de Aburrá su nombre causa escalofríos. Su popularidad se debe a que en la actualidad es uno de los hombres más peligrosos y buscados del país.Un dato revela la importancia en la delincuencia y el narcotráfico de este hombre de 49 años de edad nacido en Bello, Antioquia. Desde el año pasado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ofrece 2 millones de dólares a quien entregue información que permita su captura. Al efecto, ha publicado afiches con la foto y los datos de Tom, como en las épocas de la persecución de Pablo Escobar y otros integrantes del cartel de Medellín.Consulte: El depredador sexual de UrabáQue se trate de la recompensa más alta de la actualidad, evidencia también por qué para las autoridades norteamericanas y colombianas es un objetivo prioritario. Está muy por encima de los 3.000 millones de pesos que el gobierno nacional ofrece por la captura de Dairo Úsuga, alias Otoniel, jefe de la banda criminal más grande del país, el llamado Clan del Golfo.El alcalde de la capital antioqueña, Federico Gutiérrez, ha mencionado a Tom públicamente en varias oportunidades. No obstante en las calles muchos le temen y muy pocos se atreven siquiera a mencionarlo.Hay poca información sobre este hombre que, durante las últimas dos décadas ha escalado la pirámide del crimen desde la base. En 1988 formó en su natal Bello, junto con otros delincuentes, un grupo que se hacía llamar ‘amigos de mi barrio’. Supuestamente ofrecían servicios de seguridad informal, pero en realidad servían de fachada para cobrar extorsiones y hacer ajustes de cuentas. Con el tiempo esa banda sería conocida como Los Chatas.Lea: El hombre que según el Gaula ordenaba homicidios desde la "comodidad" de la detención domiciliariaTom y su grupo empezaron a delinquir en asocio con la llamada oficina de Envigado, liderada en ese entonces por Diego Murillo, alias Don Berna. Cuando las autoridades lo extraditaron en 2008, se desató una serie de vendettas entre los segundones de esa organización. Tom se alió con Ericson Vargas, alias Sebastián, y fue clave para que este quedara de jefe de la oficina. Para ello ejecutó acciones como la del 31 de diciembre de 2012 cuando asesinó a uno de los rivales de su jefe en una finca en Envigado y de paso masacró a 10 personas más que estaban en ese lugar.En 2013 la Policía arrestó a alias Sebastián y a otros capos que salieron extraditados. Entonces quedó libre el camino y Tom quedó al frente de ese grupo criminal. Apoyado por sus viejos amigos de Los Chatas se alió con facciones del Clan del Golfo con el fin de, a sangre y fuego, doblegar y poner bajo su mando a la mayoría de los llamados combos que actuaban en diferentes zonas de Medellín.Consulte: ¿Quién era el Zorro, el hombre cuya muerte fue informada por el presidente en Twitter?Desde 2015 el poder criminal de Tom se expandió. Asesinatos, extorsiones y, principalmente el narcotráfico en alianza con los hombres de Golfo, lo transformaron en un capo importante, pero desconocido para la opinión pública. Los constantes envíos de droga hicieron que las agencias antinarcóticos estadounidenses pusieran los reflectores sobre él.Varios de sus lugartenientes han caído en manos de las autoridades en la capital paisa y sus alrededores, que es donde se mueve principalmente. Y la jugosa recompensa por su cabeza ha logrado que, como suele ocurrir en ese oscuro mundo, muchos estén dispuestos a traicionarlo y ya están entregando valiosa información. Solo será cuestión de poco tiempo para que llegue el final de esta macabra historia.Sugerimos: Muere en Colombia "cabecilla clave" del Clan del Golfo en operativo policial