Cuando se conoció que un grupo especial de la Dijín había arrestado cerca de Villavicencio a Héctor Urdinola, conocido como ‘Chicho' o el 'Zarco’, dos grupos muy distintos de personas quedaron sorprendidos. El primero de ellos es el de los mafiosos del Valle. Desde hace un año, ‘Chicho’ había cobrado gran importancia en esa zona del país porque, junto a dos socios suyos, el 'Negro Orlando’ y ‘Martín Bala’, revivieron el grupo de narcos y sicarios conocido como los 'Machos'. Adicionalmente se alió con Darío Úsuga, alias ‘Otoniel’, jefe de la banda criminal los 'Urabeños'.   Estas dos facciones entraron en guerra contra otros grupos en el occidente, especialmente los 'Rastrojos', y empezaron una campaña de exterminio, que incluyó decapitaciones y masacres, para quedarse con el dominio del narcotráfico en todo el Pacífico. Tras la captura de ‘Chicho’ es casi seguro que vendrá un nuevo reacomodo entre los narcos para ver quién ocupa su lugar. Y además, no es descartable que se presenten “vendettas preventivas”, que esencialmente consisten en asesinatos de gente cercana a esa organización ante la posibilidad que éste pueda delatar a sus socios. El segundo grupo de personas en donde la captura de Urdinola ha causado gran inquietud y preocupación es diferente al del bajo mundo del crimen organizado. Varias modelos, reinas, actores, políticos y miembros de una parte de la denominada alta sociedad bogotana están ‘pegados del techo’. La razón de ese inusual motivo de desvelo desde hace dos días cuando el narco fue arrestado es simple: él era el principal proveedor de una droga sintética llamada 2CB que se convirtió en el narcótico preferido de de las élites. SEMANA pudo establecer que el mismo ‘Chicho’ estuvo en varias de esas exclusivas fiestas en fincas en Cundinamarca y elegantes apartamentos del norte de Bogotá donde se distribuía esa droga. La eventual aparición de esas fotos en donde aparece el narco o la posibilidad que las autoridades le pregunten, y él cuente quiénes eran sus clientes, tiene al borde del infarto a no pocos reconocidos y respetados miembros de la farándula, sociedad y política. La historia de ‘Chicho’ y su droga fue revelada por SEMANA a finales del año pasado cuando se contó que durante meses en los más cerrados y exclusivos círculos sociales de Bogotá sólo se habla de una cosa en el momento de hacer rumbas o reuniones: el 2CB (o tu-si-bí en inglés), una poderosa droga sintética que ha desbancado la cocaína, el éxtasis y la heroína y se ha vuelto la más apetecida. El gramo puede costar 130.000 pesos, diez o 15 veces lo que cuesta uno de cocaína.