En la mañana de este miércoles el fiscal general Eduardo Montealegre sufrió una enorme frustración cuando sus subalternos no pudieron imputarle al abogado Álvaro Dávila los delitos de interés ilícito en la celebración de contratos, cohecho y concierto para delinquir, por su participación en el denominado 'Carrusel de la contratación'. Dávila, exasesor de los empresarios Nule, no se presentó a la audiencia con la excusa de que debía atender una audiencia en el Consejo Seccional de la Judicatura. Era la quinta vez que este abogado dejaba 'plantados' a la Fiscalía, la Procuraduría y las víctimas. Montealegre, empeñado en que quienes participaron en el 'carrusel' paguen por sus culpas, monitoreó el inicio de la audiencia desde una oficina en el norte de Bogotá. Desde allí habló varias veces con el fiscal delegado ante la Corte y encargado del caso, Juan Vicente Valbuena, quien lo mantenía informado de los pormenores. Este le reportó que, efectivamente, Dávila había faltado a la cita, y Montealegre no dudó en ordenarle que le solicitara al juez decretar la figura de la contumacia (aquella que permite que se pueda llevar a cabo un procedimiento judicial sin la presencia del imputado que puede ser representado por un defensor público). La Procuraduría y las víctimas estuvieron de acuerdo con ese planteamiento. Sin embargo, la juez no aceptó la solicitud, con el argumento de que en esa audiencia no era procedente autorizarla. El fiscal y el procurador quedaron maniatados y la juez citó para una nueva audiencia el próximo 21 de diciembre. Montealegre sintió una vez más que Dávila se había burlando de su institución. Más importante que los NulePero ¿quién es Álvaro Dávila y por qué es tan importante para la justicia? Según los registros, se trata de un influyente jurista que se codeaba con los poderosos del país. Su nombre salió a flote cuando se conoció una grabación entre el empresario Manuel Nule y el excongresista Germán Olano, donde cuadraban algunos negocios de la contratación en la capital. Dávila, según el portal La Silla Vacía, ha sido asesor jurídico de la Lotería de Bogotá, el Acueducto y Transmilenio, entre muchas otras entidades, y prestó asesoría al consorcio interventor del primer estudio del Metro, lo mismo que a la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP). Abogados que lo conocen aseguran que su trabajo estuvo enfocado en los últimos años al mundo de la intermediación en temas de contratación y que gracias a su amistad con el exalcalde de Bogotá Samuel Moreno, con quien compartió aulas en la Universidad del Rosario, logró colarse en algunas entidades a las que manejaba con un dedo donde intervenía en sus presupuestos y cargos burocráticos. Personas involucradas en el 'carrusel' aseguran que Dávila es uno de los 'peces gordos' en el caso, incluso, por encima los mismos empresarios del Grupo Nule. Él, por ejemplo, podría hablar de dineros que entraron a la campaña de políticos, entre ellos concejales de Bogotá. Dávila también conocería cómo se manejó la contratación en temas de carreteras en Invías y en las dependencias de salud y servicios públicos en Bogotá. Él tendría las claves para conocer también el paradero de miles de millones de pesos que se entregaron en comisiones derivadas de contratos. Este es el hombre que se ha atrevido a retar a la Fiscalía y a evitar que la justicia le impute los cargos por su participación en la defraudación al erario distrital.