Este miércoles 3 de agosto, Álvaro Leyva, canciller designado por el presidente electo Gustavo Petro, confirmó que para el grupo armado criminal autodenominado Clan del Golfo no habrá sometimiento, sino “acogimiento”.

“A propósito de la paz total, Clan del Golfo. ¿Estamos en sometimiento o en acogimiento? En los acuerdos de La Habana se habla de acogimiento. ¿Eso qué es? Puede haber beneficios. ¿Por qué? Porque es el sometimiento al Código Penal. Pero si hay delación, hay rutas, implica que hay una posibilidad de sanciones en atención a lo que puedan aportar a la paz total, así vayan a ser objeto de normas penales”, dijo puntualmente Leyva en medio de un evento con miembros de Defendamos la Paz, en el Hotel Tequendama de Bogotá.

A propósito de la “paz total” a la que hizo mención Leyva, este 7 de agosto, cuando Gustavo Petro se posesione como presidente, revelará la hoja de ruta para reanudar las conversaciones con el ELN que quedaron en el congelador hace cinco años, tras el atentado terrorista contra la Escuela General Santander en Bogotá.

Una fuente del nuevo gobierno, que pidió reserva de su identidad, le contó recientemente a SEMANA que no se le puede exigir un cese al fuego al ELN cuando su principal enemigo son las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, con los que libra una guerra a muerte por las rutas del narcotráfico y el control territorial.

“Es complejo, pero, como todo en la paz, hay que buscar las soluciones: que los otros grupos que estén en el territorio deben comprometerse también. Vamos a buscar una política integral, eso significa que los grupos, en su conjunto, entiendan que llegó el momento de parar el conflicto y la violencia”, dijo el senador Iván Cepeda.

La propuesta del congresista del Polo Democrático hace referencia a la “paz total” de la que ha venido hablando Petro y que busca un diálogo y sometimiento a la justicia de todos los grupos criminales.

La duda es si organizaciones como el Clan del Golfo, los Caparros, los Pachenca, entre otros, pedirán un trato igualitario al del ELN, que, desde el punto de vista legal, el Gobierno no podría ofrecer. Por eso, un proyecto sobre la desarticulación de estos grupos armados ilegales podría ser sometido a la discusión del Congreso en agosto.

Gustavo Petro pidió al Clan del Golfo que “pare ya” los asesinatos de policías

En medio de una difícil situación por la que están atravesando los policías de Colombia por el sangriento plan pistola que está ejecutando el Clan del Golfo en contra de los uniformados en varias regiones del territorio nacional, el presidente electo Gustavo Petro se refirió la semana pasada al tema y envió un mensaje directo a esa organización criminal armada al margen de la ley.

Petro, en una reflexión que hizo del actuar criminal del Clan del Golfo, señaló que el camino no es mostrar fuerza asesinando jóvenes de la Policía Nacional, señalando que los uniformados no son los responsables de los problemas profundos que tiene Colombia.

“Yo espero que termine ya, digamos al Clan del Golfo se le posibilita un desmantelamiento pacífico, en esa medida coger y empoderarse demostrar fuerzas matando a agentes de la Policía que son jóvenes, finalmente ellos no tienen responsabilidad en los problemas del país, ese no es el camino”, sostuvo Petro.

Sumado a ello, el mandatario electo indicó que la ruta que se debe seguir con el Clan del Golfo es una política de pacificación, al señalar que aunque puede ser difícil, dijo que se debe avanzar en ese objetivo, al insistir que ese tipo de estructuras delictivas deben parar la muerte.

“No hay contacto en ese momento con ellos (Clan del Golfo), el contacto debe ser judicial, no creo que sea las instancias del Gobierno la instancia adecuada, porque no se trata de una negociación política, tiene que ver mucho con negociaciones judiciales”, anotó Petro.

Y fue claro en señalar: “La dignidad tiene que ver con la reparación a las víctimas, con la verdad, y tiene que ver con que las zonas de acción puedan tener prosperidad, tiene que ver con que existan incluso las posibilidades de beneficios jurídicos siempre y cuando no haya repetición, que haya garantía de no repetición e indemnización a las víctimas”.