Una noche espeluznante fue la que se vivió el pasado domingo 17 de julio en el centro de protección a menores de edad Nuevo Nacimiento ubicado en la localidad de Santa Fe, en Bogotá, cuando un motín al interior del establecimiento originó la evasión de 33 adolescentes, no sin antes amedrentar al personal.
De acuerdo con el informe entregado por el centro Nuevo Nacimiento, los menores de edad, para lograr su cometido de evadirse del lugar, golpearon y amarraron con sabanas al personal de la institución, dañaron la infraestructura y hasta hurtaron varios elementos de valor. Dos motos ubicadas a las fuera del centro fueron determinantes en lo ocurrido.
Todo inició hacia las 9:30 p. m., cuando uno de los menores refiere desestabilidad emocional y es atendido por el equipo interdisciplinario que le presta los primeros auxilios.
“Posterior a esto, aproximadamente a las 10:00 p. m., el adolescente rompe los vidrios de las claraboyas, por lo cual se le realiza nuevamente intervención realizando contención verbal con el adolescente”, afirma el centro.
Al mismo instante en el que está ocurriendo esto, los profesionales observan que a las afueras de las instalaciones del centro de emergencia se encontraban dos motos, una de ellas de placa WND 16F, y sus ocupantes se encontraban tomando fotos y realizando chiflidos hacia las instalaciones.
“Aproximadamente a las 10:30 p. m., los profesores en sus rondas evidencian que los adolescentes del alojamiento no se encontraban en sus camas, por lo cual realizan llamado de atención; el equipo interdisciplinario ingresa al alojamiento, pero uno de los adolescentes golpea con una tabla de la cama a la profesora Georgina Ríos, por lo cual el profesor Javier ingresa al área, y los jóvenes proceden a amarrar con sábanas a los profesores y logran abrir el área”, es el crudo relato del centro de protección.
Después de lograr forzar las cerraduras y abrir las puertas del centro de emergencia, los adolescentes rompieron los vidrios de las ventanas que se encuentran en áreas de talleres, oficinas, entre otros. De igual manera, ingresaron al área de oficinas y dañaron dos computadores de mesa, anexos de historias de atención, dos impresoras industriales, escritorios, carpetas de talleres, dos portátiles, entre otros elementos.
Como si fuera poco, en la evasión, los adolescentes entraron a la cocina y empezaron a amenazar con cuchillos al resto del personal que permanecía en el lugar.
“A lo largo del desorden disciplinario, los profesores iniciaron el protocolo establecido en estos casos por la guía de orientación, sin embargo, son agredidos con tablas, cuchillos, los adolescentes dañan las claraboyas, amenazan con vidrios y agreden a los profesores con los extintores”, explica el centro.
En su salida irregular del centro de protección, los adolescentes hurtaron dinero, celulares, cargadores, tablets, computadores, entre otros elementos.
Todo este incidente duró un poco más de una hora. Pasadas las 11:00 p. m., al lugar acudieron uniformados de la Policía, una unidad de Bomberos, además de la Defensoría del centro especializado Revivir.
Lo alarmante del caso es que a pesar de que estos hechos ocurrieron en la noche del domingo, los padres de familia de los menores de edad se enteraron de lo sucedido tan solo dos días después, hasta la noche del martes, cuando el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) les mandó un correo, explicándoles lo sucedido.
Hasta el momento, ninguna de las secretarías de la Alcaldía de Bogotá se han pronunciado al respecto. Por su parte, el ICBF explicó que una vez ocurridos los hechos, el instituto puso en marcha el protocolo de intervención definido para estos casos, estableciendo contacto con cada una de las familias de los adolescentes evadidos para informarles sobre la situación presentada.
El ICBF precisó que las autoridades administrativas interpusieron las respectivas denuncias ante la Fiscalía General de la Nación y Policía de Infancia y Adolescencia para ubicar a los menores de edad evadidos y garantizar su protección integral.
Hasta el momento, cinco menores de edad han podido ser localizados y se encuentran con sus familias.