Las cosas parecen ir de mal en peor. Al aumento de amenazas y asesinatos de líderes sociales se suman las intimidaciones a periodistas dadas a conocer en la última semana. En solo tres días hubo igual número en contra de comunicadores sociales.La oleada de amenazas comenzó el pasado sábado 14 de julio cuando circuló un panfleto en el que el bloque Central de las Águilas Negras declaró objetivo militar a La Silla Vacía. Al día siguiente, María Jimena Duzán hizo público un mensaje enviado vía Twitter a ella que decía “la verdad colombianos hagan patria esta sra @MJDuzan deber ser violada, escupuda, pucada con motosierra y cokgada eln plaza Bolivar, hagan honor al nombre de paramilitares” (sic). El lunes 16 de julio, un supuesto miembro del ELN llamó al programa radial de RCN que dirige Yolanda Ruiz para decirles a ella y a sus periodistas que tenían 72 horas para no volver a hablar de “las organizaciones”.
María Jimena DuzánPese a los anuncios del gobierno para parar esta oleada, las amenazas no pararon. El jueves, el director de la FM, Luis Carlos Vélez, hizo público un mensaje publicado en el Facebook que dice “Cuida a tu familia periodista de pacotilla cuídala bien”. Ese mismo día, la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) denunció que Fernando Londoño Hoyos, director de La hora de la verdad, recibió dos intimidaciones en Twitter.
Luis Carlos VélezAunque estas amenazas han tenido notoriedad en la opinión pública, el fenómeno no es nuevo y lo más preocupante es que va en aumento. De acuerdo con la Flip, las amenazas se han incrementado dramáticamente, en especial en las regiones. En el informe anual sobre el ejercicio del periodismo en el país, la ONG indica que este tipo de agresiones creció un 70 por ciento al pasar de 90 casos, en 2016 a 129 en 2017. Tendencia que se mantiene en 2018: “En lo corrido de este año nosotros hemos registrado a la fecha 89 casos mientras que en el mismo periodo de 2017 documentamos 65”, dice Pedro Vaca, director ejecutivo de la Flip.Los analistas señalan que hay que diferenciar dos tipos de intimidación: las hechas por grupos criminales y las realizadas por personas del común que buscan expresar una opinión. En las primeras se encuentran las de las Águilas Negras, un grupo paramilitar que se desmovilizó en 2009, pero cuyo nombre ha sido utilizado desde esa época para amenazar a personas a diestra y siniestra. Nadie sabe quiénes son. Para Víctor Barrera, del Cinep, el rótulo de las Águilas Negras lo están utilizando “profesionales en la intimidación que venden a su mejor postor estos servicios”.Surgen dos preguntas: ¿por qué aumentaron las amenazas a los periodistas? Y ¿quién las está haciendo? Periodistas y expertos en el tema consultados por SEMANA coinciden en señalar que no hay indicios de una sistematicidad, y que las intimidaciones tienen múltiples causas dependiendo del lugar y del momento en que suceden. Sin embargo, María Jimena Duzán considera que las amenazas “están dirigidas a crear un clima de zozobra que en un futuro cercano justifique fuertes medidas en el tema de seguridad”.Los analistas señalan que hay que diferenciar dos tipos de intimidación: las hechas por grupos criminales y las realizadas por personas del común que buscan expresar una opinión. En las primeras se encuentran las de las Águilas Negras, un grupo paramilitar que se desmovilizó en 2009, pero cuyo nombre ha sido utilizado desde esa época para amenazar a personas a diestra y siniestra. Nadie sabe quiénes son. Para Víctor Barrera, del Cinep, el rótulo de las Águilas Negras lo están utilizando “profesionales en la intimidación que venden a su mejor postor estos servicios”.Puede leer: “La noche de las lágrimas”: un capítulo del nuevo libro de María Jimena DuzánPor otra parte, están las amenazas, anónimas o no, que por lo general se difunden en las redes sociales, pero que en principio no tiene relación con la delincuencia, como las que recibió el caricaturista Matador en sus redes sociales hace unos meses. En este caso, Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, afirma que esta proliferación de intimidaciones es la consecuencia de los discursos intolerantes que hacen algunos líderes políticos: “Si yo veo que un político al que sigo difama, minimiza las muertes de líderes sociales o hasta justifica de manera velada su asesinato, ¿por qué yo no puedo hacer lo mismo contra las personas que yo considere mis enemigos?”.Independientemente del tipo de amenazas y de dónde provienen, su incremento es un campanazo de alerta, para que las autoridades tomen medidas, en especial con los periodistas de la región que son los que más sufren este flagelo.