El juicio contra Luis Fernando Andrade tomó un viraje en estas dos últimas semanas, si no en el fondo de lo que se señala en el expediente, sí en el contexto que lo rodea. Este martes, por primera vez, el exdirector de la ANI no asistió a una de las audiencias a las que ha sido citado desde que su nombre orbita en el megaescándalo de corrupción de Odebrecht. En cambio, en la sala de la audiencia que se realizó a puerta cerrada, estuvieron dos funcionarios de la embajada de Estados Unidos, que ahora vigilan el proceso. En las movidas recientes de su caso, Andrade ganó apoyos, como el de Petro, que lo defendió en el debate contra el fiscal, también recuperó su libertad con el aval de la Fiscalía, que al menos en audiencia ya no lo considera una persona con capacidad de poner en riesgo la investigación. Y todo eso a la par de que el mismo jefe del ente, el fiscal general Néstor Humberto Martínez, lo graduó de conspirador en su contra. Este martes, lo primero que llamó la atención de quienes le han seguido la pista al caso Andrade fue que el exdirector de la Agencia Nacional de Infraestructura no llegara a Paloquemao para asistir a una diligencia tan importante, en la que se jugaba su libertad. Hasta entonces, había asistido a cada una de las audiencias de su caso. Héctor Escobar, su abogado, explicó las razones: "Hay un todo ambiente de intimidación para el doctor Andrade, su esposa, su familia y el día de hoy no se ha hecho presente. Quisimos tener un esfuerzo técnico para que el pudiera estar en una teleconferencia pero eso no fue posible". El jurista dijo que, ahora en libertad, le pedirá al juez del caso que le permita presentarse a través de este medio tecnológico a las demás citaciones de su juicio. En contexto: Andrade, el exdirector de la ANI procesado por el caso Odebrecht, recupera su libertad Y en contraste con la ausencia de Andrade, los que sí asistieron fueron dos empleados de la Embajada de Estados Unidos, que estuvieron en silencio, evitaron la conversación con los medios, y fueron las únicas personas diferentes a las partes del caso que pudieron entrar a una diligencia que se adelantó a puerta cerrada. Es una muestra de que, por su nacionalidad americana, su caso es de interés para los Estados Unidos -incluso hay congresistas de ese país que han pedido permanecer informados sobre el tema- y eso, a la larga, le da un respiro a Andrade, que está metido en un embrollo en el que, en la otra orilla, tiene a personas como el fiscal Martínez o intereses como los del grupo económico de Luis Carlos Sarmiento Angulo. Pero lo más determinante entre lo que sucedió este martes fue que recuperara su libertad, y de la manera como lo hizo, con todas las partes de acuerdo en que debía ser así. La Procuraduría, como garante del proceso, la ANI, como víctima, y también la Fiscalía que, un año atrás, pidió su reclusión al advertir que existía el riesgo de manipulación de testigos y pruebas por parte de Andrade. El fiscal a cargo explicó que Andrade ya no es funcionario público y "no es presidente de la entidad donde se desarrollaron las conductas y el contrato Ruta del Sol no está dirigido por él". Pero sobre todo, el investigador señaló que los testigos en contra de Andrade ya negociaron o están negociando con la Fiscalía para asegurar sus declaraciones en el caso, y además están privados de la libertad, por lo que no encuentra riesgo de que sus versiones puedan ser alteradas. Y nombró como esos testigos a Juan Sebastián Correa, que fue su subalterno en la ANI, a los congresistas Otto Bula y Ñoño Elías, lobistas de Odebrecht, y a Eleuberto Martorelli, directivo de la multinacional. Es decir, para la Fiscalía ya no hay "riesgo de obstrucción de la justicia". En contexto: La telaraña judicial en la que está envuelto Andrade Lo paradójico de esa aseveración del ente investigador -la de que Andrade ya no es un peligro para la investigación - es que se produjo apenas una semana después de que, en pleno Congreso, el fiscal general Néstor Humberto Martínez señaló a varias personas, entre esas a Andrade y a su primo Luis Alberto Moreno, presidente del BID, como conspiradores que habían urdido una trama para "atajarlo". Y en medio de esos señalamientos, Martínez expuso la grabación de una conversación en la que Moreno aconsejaba a Andrade sobre su caso: “Usted tiene que feriar un poco en los medios sino es muy jodido… Es mi opinión sin saber nada, pero llamaba a ponerme a la orden”. También ante el Congreso, Martínez aseguró que en el barrio Rosales todos sabían que Gustavo Petro, otro de los citantes a ese debate, se había reunido con Andrade. El senador, entre otros, tomaron esa declaración como muestra de que la Fiscalía les hacía seguimientos. Desde antes, tras conocer de la muerte del controller Jorge Pizano, Andrade había dicho que estaba siendo intimidado, y relató que "en el edificio que está al otro lado de la calle (de su casa) detectamos que tienen antenas para escucharnos, hemos tenido situaciones acá en la terraza donde encontramos un dron tomándonos fotografías. Y a personas cercanas a mí las llaman a decirles que saben que han venido a visitarme y que les aconsejan que dejen de venir acá”. Martínez expuso la grabación de una conversación en la que Moreno aconsejaba a Andrade sobre su caso: “Usted tiene que feriar un poco en los medios sino es muy jodido… Es mi opinión sin saber nada, pero llamaba a ponerme a la orden”. Ese es otro de los virajes recientes en el caso de Andrade: cada vez recibe más apoyos de personas que no participan de su proceso. Por ejemplo, ya un par de medios de Estados Unidos se habían pronunciado sobre su detención. En el debate al fiscal Martínez, Petro lo mostró como una víctima de una persecución judicial. El senador aseguró que eso comenzó luego de que el exdirector de la ANI se opuso a la forma como se estaba planteando la liquidación del contrato de la Ruta del Sol II, que favorecía con un pago multimillonario del Estado al consorcio conformado por Odebrecht, Corficolombiana y CASS Constructores. "Pero Andrade como director de la ANI se opone, dice que no, pero ahí cae en desgracia y se lo llevan preso", dijo Petro. Ante esos choques con el fiscal general, tampoco sería extraño que, una vez la Corte Suprema nombre al fiscal ad hoc para algunas líneas del caso Odebrecht, Andrade busque que ese nuevo funcionario asuma su caso, y no la Fiscalía dirigida por Martínez. Le sugerimos: La teoría de la conspiración con la que se defendió el fiscal Pese a las movidas de las últimas semanas, en el fondo, Andrade sigue enfrentado a los mismo señalamientos. La Fiscalía lo investiga porque supuestamente habría favorecido al consorcio de la Ruta del Sol II, cuando le adjudicó la adición del tramo Ocaña - Gamarra, una obra de 1,2 billones de pesos que se entregó sin licitación. Él, por su parte, se ha defendido diciendo que la ANI contrató de esa manera siguiendo tres conceptos que así lo aconsejaban, entre esos, uno emitido por el entonces abogado Néstor Humberto Martínez. Entre las evidencias contra Andrade hay soportes de reuniones que sostuvo con el Ñoño Elías, y que él no ha negado, pero que califica como propias del cargo que ejercía. Además, al exdirector de la ANI se le procesa porque supuestamente le ordenó a Juan Sebatián Correa que destruyera registros de sus reuniones con el senador Elías, algo que, dice Andrade, él ni podía controlar, pues esa documentación no la manejaba la ANI sino la empresa de vigilancia. Todos esos cargos los tendrá que enfrentar ahora en libertad, en un juicio que apenas calienta motores y que no para sumar ingredientes que lo hacen más complejo e interesante.