Después de 15 días de que la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá ordenó la captura de Andrés Camacho Casado, el exconcejal de Bogotá se entregó a la Fiscalía este lunes. El excabildante será recluido en el Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo). Camacho Casado, procesado por el ‘carrusel de la contratación’, se presentó ante las autoridades en la oficina de su abogado. Allí le hicieron efectiva la captura. La medida del Tribunal se dio luego de que la cooperación en segunda instancia le aumentó de 40 a 69 meses de prisión la condena que deberá cumplir por los delitos de tráfico de influencias de servidor público y cohecho impropio. El exconcejal aceptó los delitos ante el juez quinto penal de conocimiento de Bogotá como parte de un acuerdo de colaboración con la Fiscalía. En la decisión del Tribunal se le revocó la libertad condicional que tenía. Camacho Casado también tiene a cuestas destitución e inhabilidad para el ejercicio de funciones púbicas por 13 años, por los hechos relacionados con el escándalo de corrupción en el Distrito. Entre la negociación que hizo con la Fiscalía estaba aceptar los cargos imputados, reparar a las víctimas y colaborar con la justicia en los demás procesos que se adelantan por el escándalo. Camacho Casado es uno de los tres concejales del Partido de la U que, durante la administración de Samuel Moreno, tuvieron acceso como cuota política al manejo irregular de la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV), desde la cual luego de nombrar a Iván Hernández director, entregaron contratos y consiguieron cargos para sus allegados. En efecto, Camacho y sus amigos concejales lograron que la Unidad realizara obras en algunos sectores de la capital donde La U tenía su electorado. Por ese camino, uno de los contratistas a los que les adjudicaron obras entregó a los concejales 450 millones de pesos, supuestamente para campañas políticas. Allí se configuró el delito de cohecho impropio. El otro cargo por el que fue procesado Camacho, tráfico de influencias, tuvo que ver con el hecho de que él recomendó a los polémicos contratistas Emilio Tapia y Julio Gómez en la UMV para que obtuvieran contratos. Según las evidencias, los contratistas no pudieron cristalizar sus intenciones en la entidad.