Cuando a Andrés Felipe Arias lo condenaron por el caso de Agro Ingreso Seguro, en julio de 2014, Jesús Santrich se paseaba frente a las cámaras de televisión por el centro de convenciones de El Laguito, en La Habana, como uno de los negociadores de paz de la guerrilla de las Farc. El primero parecía poner fin a su carrera política tras la sentencia a 17 años y 5 meses de prisión, después de haber sido ministro y el precandidato presidencial de la entraña de Álvaro Uribe. El segundo esperaba todo lo contrario, estrenarse en la política y llegar al Congreso una vez firmado el acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. "Los dos se han convertido en figuras emblemáticas y casi en una especie de mártires para los sectores políticos a los que pertenecen". Aunque Arias y Santrich no tienen nada en común y pertenecen a orillas políticas opuestas, las jugadas del destino terminaron por hacerlos coincidir en circunstancias similares. Después de que ambos estuvieran privados de la libertad, ahora uno está prófugo y el otro esperando que se haga efectiva el pedido de extradición que tiene encima. A Arias, detenido en una cárcel federal de Florida, Estados Unidos, lo reclama la Corte Suprema de Justicia para que pague su condena en Colombia. Mientras tanto, Santrich que hace un mes recuperó su libertad, tiene ahora una orden de captura en su contra a la espera de que se resuelva una solicitud de Estados Unidos que lo investiga por su presunta responsabilidad en el envío de 10 toneladas de cocaína a carteles mexicanos. En video: Cuando Duque decía que Andrés Felipe Arias era excesivamente perseguido
Los dos se han convertido en figuras emblemáticas y casi en una especie de mártires para los sectores políticos a los que pertenecen. Y el uribismo y las Farc, dos sectores tan radicalmente opuestos, coinciden en calificarlos como víctimas de montajes o de persecuciones judiciales. Además, les han dado el calificativo de presos políticos. Puede leer: Corte de Miami vuelve a negarle la libertad bajo fianza a Andrés Felipe Arias En el caso de Arias, el uribismo afirma que al exministro lo condenó la Corte Suprema de Justicia en retaliación por los choques de esta con el presidente Álvaro Uribe, mentor de Uribito. Incluso, cuando el presidente Juan Manuel Santos firmó la extradición de Arias, el propio Uribe lo acusó de haber presionado a la justicia norteamericana para traer al exministro al país como parte de su “obsesión” de perseguir a sus adversarios políticos. Esa versión hizo carrera en el uribismo, pero carece de fundamento.
tanto el uribismo se opone a la extradición de Andrés Felipe Arias a Colombia como las Farc a la de Jesús Santrich a Estados Unidos. Las Farc, por su parte, calificaron la captura de Santrich como un montaje de quienes consideran “enemigos de la paz”. Y formaría parte de la estrategia de hacer “trizas” el acuerdo. Los dirigentes de esta organización, en concreto, culpan al exfiscal general, Néstor Humberto Martínez, y dicen que no tiene las pruebas suficientes para ordenar la captura de uno de los diez congresistas del partido Farc. El exfuncionario, sin embargo, insistió en que hay evidencias para relacionar al exjefe guerrillero con el delito de conspiración para exportar cocaína. Con el tiempo, sin embargo, la exguerrilla ha corrido el cerco. Este martes, que se supo que Santrich dejó plantada a la justicia y no cumplió su cita el movimiento político se pronunció con firmeza: "Su no presentación a la diligencia citada el día de hoy (martes), desmiente su propia palabra y defrauda la confianza del país y de nuestro partido", afirmó el partido de la Farc en un comunicado. "Confiamos por completo en que el país, la comunidad internacional y la justiciasabrán diferenciar entre las determinaciones individuales o de grupo que desconocen lo pactado en los Acuerdos de La Habana, y la abrumadora mayoría de la Farc que nos mantenemos leales y firmes en nuestro propósito de paz con justicia social". La defensa de Arias dice que no existe tratado de extradición, pero decenas de colombianos han sido enviados a Estados Unidos La suerte de Arias está en manos de la justicia norteamericana que rechazó este martes su apelación y lo deja cada vez con menos recursos legales. El alto tribunal resolvió los recursos que interpuso su defensa luego de que el juez federal John O’Sullivan le dio luz verde a su extradición a Colombia. El exministro argumentó que no existe un tratado de extradición vigente que permita deportarlo al país para cumplir su pena. La carta que se estaba jugando Arias tenía pocas posibilidades de éxito, pues decenas de colombianos han sido extraditados. Este martes finalmente se supo que la corte de apelaciones de Atlanta rechazó este lunes la apelación que había interpuesto la defensa de Arias. En su pronunciamiento indicó que sí existe tratado de extradición entre Colombia y Estados Unidos, y dejó en manos del Departamento de Estado la decisión final. Lo crucial de este nuevo pronunciamiento radica en que el pasado mes de febrero esta dependencia del Gobierno había anunciado que no se opondría a que Arias regresara al país para que responda por la sentencia a 17 años en su contra. El documento que emitieron en ese entonces asegura que se cumplen plenamente los requisitos para dicho procedimiento. En video: Así llegó Andrés Felipe Arias hasta la extradición
Aunque Arias esperaba que con el presidente Iván Duque su situación se resolviera a su favor, para el gobierno el asunto es muy complejo. A primera vista podría haber retirado la solicitud de extradición, como había pedido el Centro Democrático, y esperar que la justicia de Estados Unidos resolviera sobre el asilo político que el exministro reclamó desde que llegó a ese país. Sin embargo, el propio presidente ha dicho que a estas alturas es “improcedente” porque ya se surtió el proceso que culminó con el aval a la extradición de Arias. Y el jueves pasado, un juez de Florida le negó nuevamente una solicitud de libertad bajo fianza. Pese a ello, el gobierno colombiano ha intercedido por Arias. El 18 de diciembre Francisco Santos, embajador en Washington, le envió una carta al Departamento de Justicia de ese país para abogar por la libertad bajo fianza del exministro por razones humanitarias. En la recta final todo parece indicar que en definitiva de Arias regresará al país para cumplir su condena. Eso generará indignación en el uribismo, pues considera injusto que una persona que no se robó un peso pague una pena de prisión exagerada, mientras que los miembros de las Farc pagan penas alternativas y están haciendo política. Le recomendamos: Pronósticos para 2019 Santrich y el proceso de paz A diferencia del caso de Arias, el escenario de la extradición de Jesús Santrich habría tenido mayores repercusiones sobre el proceso de paz con las Farc y lo habría podido poner en jaque sino fuera porque el exjefe guerrillero se fugó un mes después de que recuperó su libertad. El propio Timochenko había confesado que, si Santrich terminaba en Estados Unidos, las reglas de lo acordado en La Habana cambiarían. Dice que en su criterio la espada de Damocles de la extradición pendería sobre todos los desmovilizados, simplemente con el reclamo de la DEA. Esto sin embargo cambió. Con la confirmación de su huída, sin embargo, la postura del máximo jefe del nuevo partido cambió. La suerte de Santrich está escrita y está en manos de la Corte Suprema de Justicia que ordenó su captura y la activación de la circular roja para que la Interpol, este martes. Con su decisión el alto tribunal lanza un mensaje fuerte que llevado al terreno de la práctica ofrece pocas posibilidades de concretarse. Para nadie es un secreto que Santrich se oculta en algún punto del lado venezolano de la frontera y muy seguramente junto a su compañero de armas Iván Márquez. Así que para materializar su detención Colombia no contará con el régimen de Nicolás Maduro. Los magistrados concluyeron que la realidad procesal con la ausencia de Santrich se modificó sustancialmente, por cuenta de que Hernandez Solarte no solo se abstuvo de concurrir a la diligencia de indagatoria a la que había sido oportunamente citado, sino que además lo hizo sin justificación alguna, y según lo indicado por sus defensores, sin que se conozca su actual paradero. La corte consideró que los múltiples anuncios hechos por Santrich sobre que comparecería ante las autoridades para rendir explicaciones y defender su inocencia, solo fueron artificios encaminados a dilatar.
la extradición del exguerrillero, detenido desde el pasado 9 de abril, quedaría en manos de la Corte Suprema de Justicia que ya se ha pronunciado Le recomendamos: La carta a Duque que pide frenar la extradición de Andrés Felipe Arias En este escenario, la extradición del exguerrillero, detenido por poco más de un año, quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia que ya se ha pronunciado, en varias sentencias de jefes paramilitares, privilegiando los derechos de las víctimas a la verdad, justicia y reparación sobre la figura de la extradición. Habrá que ver si el desplante del exguerrillero despierta otra lectura de la situación. Eso sí, primero hay que esperar que dé la cara. Si bien la corte puede considerar que primero están las obligaciones del exguerrillero con las víctimas y determine que deba permanecer en el país hasta que eso ocurra su futuro se complica y no solo con el alto tribunal sino también con la Jurisdicción Especial de Paz que viene llevando los delitos en marcos del conflico tometidos por Santrich el tiempo que hizo parte activa del conflicto. De confimarse que reincidió queda con los pies en la dos jurisdicciones ya que la ornaria se encargará de sancionar los actos que cometa después del 1 de diciembre de 2016. Si lo captura, en caso de que la corte avale la extradición de Santrich después de evaluar sus recientes conductas, el último trámite para enviarlo a Estados Unidos será la firma del presidente de la república. Duque, en consonancia con su política del que la hace la paga, ha sido enfático en que no le temblará la mano para autorizar la entrega del exguerrillero si se demuestra que cometió un delito después de la firma del acuerdo de paz como lo defiente la justicia norteamericana. El uribismo y las Farc, adversarios por naturaleza, siguen zanjando sus diferencias en la suerte judicial de dos de sus figuras emblemáticas: Arias y Santrich. Mientras unos defienden al exministro que se resiste volver a Colombia a pagar su pena, condenan la fuga del exguerrilleero y se declaran "indignados por el espectáculo de burla a la justicia del hoy fugitivo".