En medio de las tragedias ocasionadas por la furia de la naturaleza que en menos de una semana ya cobraron la vida de casi un centenar de colombianos, este fin de semana pasó inadvertido el crimen de otro miembro del Ejército a manos de la guerrilla. Se trata de la muerte del soldado profesional Andrés Felipe Franco Ocampo, asesinado por guerrilleros del ELN mientras cumplía su labor de patrullaje en poblados apartados del país. Según explicó el Ejército en un comunicado, el ataque ocurrió el pasado lunes 18 de mayo a las 5:40 de la tarde, cuando soldados del batallón de Ingenieros Número 23 se encontraban patrullando en las inmediaciones del estadio del municipio de Samaniego, Nariño. “Los militares fueron atacados por individuos que, al parecer, integran la compañía de milicias ‘Jaime Toño Obando’ del ELN, quienes portaban armas de fuego y dispararon en contra de las tropas, para posteriormente huir con rumbo desconocido”, dice el comunicado oficial que emitió la Fuerza de Tarea Pegaso, comando élite del Ejército encargado de combatir a la guerrilla en esa zona del país. El comunicado también aclara que el soldado Franco alcanzó a ser llevado con vida a un centro asistencial de Samaniego, pero horas más tarde falleció. “El Comando de la Fuerza de Tarea Pegaso rechaza estos hechos que atacan de forma directa la prosperidad y la tranquilidad de la población civil. Además lamenta el fallecimiento de este soldado que entregó su vida en el cumplimiento del deber, extendiendo su voz de solidaridad y condolencia a familiares y amigos, además que es un hecho que hoy enluta a la institución”, concluye el pronunciamiento oficial. Lo paradójico es que la presencia de los soldados y el batallón de ingenieros en esa zona de Nariño responde más a necesidades sociales de la comunidad que a una avanzada militar estratégica. Miembros del Ejército explicaron que desde el año pasado el batallón de ingenieros ejecuta varias obras de infraestructura como la pavimentación de una vía y el cerramiento del polideportivo del municipio, “algunos de esos proyectos serían entregados de manera oficial al finalizar este mes”, explicó una fuente castrense. Con el asesinato del soldado Franco, el Ejército ya suma dos militares muertos en esa labor social que adelanta en Samaniego. El primer caso ocurrió el 24 de diciembre del año pasado, cuando dos hombres motorizados mataron a otro uniformado que trabajaba en la pavimentación de una de las calles del pueblo. En ese ataque usaron una táctica muy parecida a la empleada con el atentado que acabó con la vida del soldado Franco donde, a toda costa, los delincuentes eluden la confrontación armada con el Ejército. Nariño es un departamento históricamente golpeado por la presencia de grupos al margen de la Ley. Allí delinquen desde las FARC hasta bandas criminales y frentes del ELN como Camilo Cienfuegos y Comuneros del Sur. Son esas estructuras subversivas las responsables de que el soldado Franco esté muerto.