El presidente Juan Manuel Santos está guardando sus mejores noticias para hacerlas públicas el fin de semana. El pasado puente festivo, el sábado a las 8 de la noche, anunció que había llegado a un acuerdo con las FARC sobre un nuevo documento. En la madrugada, más de 24 horas después, entregó ese texto. Algo similar pasó este fin de semana cuando en una alocución presidencial el sábado a las 10 de la mañana le contó al país que el miércoles radicaría el nuevo acuerdo de paz ante el Congreso. La noticia se anticipaba, pero cogió a muchos fuera de base. Sin embargo, nadie reaccionó tan rápido y con tal vehemencia como Andrés Pastrana. El expresidente escribió un duro comunicado de prensa en el que rechaza la actitud del primer mandatario. El líder conservador se fue lanza en ristre. Aseguró que “en pocos días, sin admitir presencia ni veeduría del No, se firmó inconsultamente, en contravía del resultado electoral, un documento con carácter de “decreto final y definitivo”. Contra lo prometido, el texto se ocultó mientras el presidente lo anunciaba en Bogotá a su manera y las FARC lo celebraban desde Cuba”. La molestia de Pastrana se sentía en cada línea. Aseguró que el nuevo documento mantenía una esencia antidemocrática y que los elementos que los colombianos rechazaron en las urnas están intactos.Hizo una lista de ese memorial de agravios: el bloque de constitucionalidad permanece, la jurisdicción especial para la paz no se cambió realmente, al igual que las curules a dedo, las prebendas económicas y muchas otras más de las molestias de quienes votaron No que no sufrieron modificaciones estructurales. El exmandatario califica los ajustes del nuevo texto como “cosméticos”. Y luego asegura lo que muchos en el uribismo vienen anticipando: que habrá ‘conejo‘ para lograr la refrendación de los acuerdos. “Tras un plebiscito… no queda más camino que un segundo intento de refrendación de idéntica forma”, escribe. La propuesta de Pastrana levantará una polvareda entre quienes apoyan el proceso de paz. Pastrana propone una fórmula taquillera pero inviable frente a la fragilidad del cese del fuego: cree que el nuevo acuerdo tiene que ser llevado a las urnas. Sus palabras fueron el primer balde de agua fría que recibirá Santos ahora cuando comienza un camino en el Congreso para refrendar el nuevo acuerdo de paz, pero no será el único. Se anticipa que el Centro Democrático hará allí una fuerte oposición a esa vía.Pero a Pastrana no es al único que le suena esa idea. El Partido Conservador y el exprocurador Alejandro Ordóñez se sumaron a la petición. "Si bien es posible iniciar la implementación del nuevo acuerdo de paz por vía congresional, haciendo uso de las mayorías con las que cuenta el Gobierno en esta corporación, tal decisión no sería otra cosa que un atropello a la voluntad de los colombianos que ya se manifestó en las urnas expresando su desacuerdo con lo inicialmente pactado", manifestó David Barguil, presidente de esta colectividad.
En los últimos meses Pastrana se ha convertido en un personaje clave para el diálogo político con los opositores del acuerdo de paz. Antes del plebiscito el exmandatario era una especie de llanero solitario. Su voz era casi única en el Partido Conservador pues a pesar de ser su líder natural, todos sus alfiles se habían ido con el Gobierno y el voto al Sí el pasado 2 de octubre. En el proceso de paz, a Pastrana le había ido mal. El exmandatario pidió por ejemplo una cita con Timochenko que dejó a muchos perplejos. Llamaba a las FARC el mayor cartel de narcotráfico del mundo y había descrito como un golpe de Estado el acuerdo de La Habana. Eso se le veía bien a Uribe, que siempre había tratado a ese grupo guerrillero de esa manera, pero pocos entendían por qué el presidente que más se empeñó en hacer la paz, en su proceso en el Caguán, hoy criticaba con tanto ahínco un esfuerzo por lograr ese sueño. Puede leer: La soledad del expresidente Andrés Pastrana en el proceso de paz Pero todo cambió el pasado 2 de octubre. Pastrana dejó de ser el exmandatario cascarrabias que hablaba fuera de contexto y se convirtió, al lado de Marta Lucía Ramírez, en la voz más representativa de los azules en este nuevo momento político. Su propio partido lo volvió a acoger, Santos le dio una cita y terminó siendo convocado a todas las reuniones del No. En una entrevista con SEMANA fue vehemente y casi más radical que el expresidente Uribe. Aseguró que “lo que el presidente debe acordar hoy con el No, partiendo de la realidad de que el acuerdo nunca existió jurídicamente, es el trazado de las líneas rojas dentro de los linderos de la Constitución”. Le recomendamos: “El presidente debe acordar con el No las líneas rojas”: Pastrana Y se lanzó a decir algunas: “la Constitución, separación de poderes, cosa juzgada, soberanía del territorio, democracia representativa, participación en política, desmonte de la máquina del narcotráfico, propiedad privada, seguridad jurídica, verdad sin mentiras, justicia sin entregarla y reparación con todos los dineros mal habidos”. Su carta a Santos resume bien que él no estaba dispuesto a ceder en ninguna de esas exigencias. Falta ver si los demás líderes del No siguen sus mismos pasos.