En la llamada ‘alborada’, el primero de diciembre, se registraron 20 personas quemadas en la ciudad. El festejo recuerda un momento específico en la historia del paramilitarismo. Apenas está empezando diciembre y en Antioquia ya hay 41 personas quemadas con pólvora. La mitad de los casos son de Medellín. Entre las víctimas se encuentran 17 menores de edad. Para el 2 de diciembre del año pasado, se contaban 30 casos. Es decir, este año se incrementaron en 11. Y en total, entre diciembre y febrero del año pasado, se presentaron en Antioquia 260 personas quemadas. Fue el departamento que más casos reportó en todo país, seguido por Valle, con casi la mitad de los lesionados reportados en Antioquia. Por eso, antes de comenzar este diciembre, las autoridades quisieron prevenir. La Alcaldía de Medellín emitió un decreto para regular el uso de la pólvora y antes de diciembre los diez alcaldes de Valle de Aburrá se comprometieron a hacer campañas para prevenir su uso. La Policía creó un escuadrón antipólvora y el pasado viernes incautó dos toneladas de material: 2.000 voladores, 739 tacos, 277.000 papeletas, 1.500 volcanes, y 1.5 kilos de cloridrato de pólvora. El operativo buscaba amainar la celebración que se arraigó en las comunas de Medellín desde hace diez años, al amanecer del primero de diciembre. El 25 de noviembre del 2003 es una fecha clave en la violencia en la ciudad. Ese día, se desmovilizaron 869 integrantes del bloque Cacique Nutibara de las autodefensas. Seis días después, celebraron la dejación de las armas y la llegada de diciembre. En esa semana, repartieron grandes cantidades de pólvora en las comunas 8, 13 y 16 y en los corregimientos Altavista, San Antonio de Prado y San Cristóbal, donde tenían fuerte presencia. Al amanecer de aquel primero de diciembre se escucharon estruendos de pólvora en toda la ciudad. Desde entonces se volvió costumbre automáticamente quemar pólvora aquel día en la alborada, y se ha venido repitiendo año tras año. Por su origen, se califica como una tradición mafiosa. Sin embargo, en Medellín ha existido la pólvora desde mucho antes de la desmovilización. Seguramente muchos de los que salen a quemarla en la madrugada del primero de diciembre lo hacen de forma inocente y desprevenida de lo que significa. Sin embargo, con la estela de humo aparece también la de la sospecha sobre la posible demostración del poder ilegal. Contra cualquier determinación de las autoridades, la pólvora explota, sobre todo en los lugares donde todavía tienen presencia los hombres armados.