El viejo sueño de una integración regional entre Bogotá y los municipios de Cundinamarca empieza a ser realidad. Esta semana, con 81 votos a favor y 10 en contra, la plenaria del Senado aprobó la creación de la región metropolitana, lo que permitirá que la Alcaldía y la Gobernación trabajen en equipo y adopten políticas de manera conjunta. La iniciativa, que venía en discusión desde hace años, no se había concretado por las malas relaciones y las tensiones que históricamente se han suscitado entre los alcaldes de Bogotá y los gobernadores del departamento. Ahora que Claudia López está de luna de miel con Nicolás García, el trámite fue relativamente sencillo.
Juanita Goebertus, representante a la Cámara por la Alianza Verde y coautora del proyecto, asegura que con la región metropolitana se podrá evitar la urbanización desmedida y desordenada que ha deteriorado a la sabana durante los últimos años. Igualmente, se podrá proteger la estructura ecológica principal, organizar la provisión equitativa de agua y la disposición de residuos sólidos. El presidente de ProBogotá, el exministro Juan Carlos Pinzón, ha sido uno de los promotores del proyecto. Él asegura que con este proyecto gana la ciudadanía, pues a partir de ahora será posible hacer acuerdos entre la ciudad y los municipios en temas de movilidad, abastecimiento de alimentos, manejo de presupuesto, seguridad y otros temas en los que es clave trabajar en equipo. Este viernes se aprobó la conciliación del texto que salió de la plenaria del Senado y ahora lo que debe ocurrir es que tanto Claudia López como Nicolás García presenten los respectivos proyectos ante el Concejo de Bogotá y la Asamblea de Cundinamarca. El representante a la Cámara José Daniel López, de Cambio Radical, dice que como se trata de una reforma constitucional, el presidente Iván Duque debe promulgarla, sin ninguna objeción.
En paralelo, ahora se trabajará en una ley orgánica que será radicada en el Congreso en los próximos días. Allí quedarán claras las reglas de juego de la integración regional y se definirá qué ocurrirá en caso de que no haya consenso entre Bogotá y la región frente a la toma de decisiones. También se establecerán los temas más cruciales que estarán en la agenda y el peso que tendrán los alcaldes de los municipios. Lo que está claro es que existirá una figura llamada “consejo regional”, conformada por el alcalde de Bogotá, los alcaldes y el gobernador de Cundinamarca. Para que las decisiones puedan ser aprobadas, será necesario el acuerdo entre la alcaldesa y el gobernador. Y esas decisiones serán de mayor jerarquía que las distritales en temas que tengan que ver con la región. Por ejemplo, así haya cambios de gobierno, este proyecto blindará el desarrollo de obras como la descontaminación del río Bogotá, la construcción de los trenes de cercanías y el manejo de residuos en el relleno sanitario de Doña Juana. No obstante, cada municipio tendrá la autonomía de decidir si forma parte o no de esta región metropolitana. Aunque el proyecto ha tenido una gran acogida, no ha estado exento de críticas. El exalcalde y senador Gustavo Petro, quien en otras oportunidades defendió la iniciativa, ha dicho que por la forma como fue concebida se perdió la participación cívica. La concejal Ana Teresa Bernal, de la Colombia Humana, señala que no se oponen por oponerse, sino que consideran que la iniciativa se tramitó por encima de los ciudadanos. La representante a la Cámara María José Pizarro, del partido Decentes, fue coautora del proyecto y votó positivamente. En diálogo con SEMANA, Pizarro dijo que en su trámite legislativo el proyecto tuvo unos cambios con los que no están de acuerdo. Según ella, es problemático porque excluyen principios rectores de la Constitución, como el principio democrático, participativo y de autonomía territorial. También que se dejan por fuera los componentes social y ambiental. Otra crítica de Pizarro es que existe una especie de “veto” a los municipios, pues las decisiones quedan solo en manos de la Alcaldía y la Gobernación. De ser así, no podrían tener mayor peso en la elección del director regional, en el presupuesto y para la inversión.
Por último, la representante considera que no está bien dejar quieto el tema presupuestal de las CAR, pues permitiría velar por el buen uso de los recursos y "empezar a depurar una institución cuestionada en la región". Aún no es seguro si los reparos llevarán a los petristas a demandar el proyecto ante la Corte Constitucional. Por ahora intentarán que se modifique la iniciativa durante su tránsito en el Concejo y la Asamblea. En ese escenario, una vez más, Claudia López y Gustavo Petro tendrán un pulso.