El concejal de Medellín Albert Corredor terminó siendo en una pesadilla para el Centro Democrático porque, después de elegirse como cabildante con el aval del partido de gobierno, se convirtió en aliado del alcalde Daniel Quintero, uno de los principales enemigos del expresidente Álvaro Uribe.
Recientemente, Corredor apareció en una fotografía con una cinta en su boca donde se lee una frase que dice “no más Uribe”, un gesto que molestó a la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, una de las defensoras más acérrimas del exmandatario.
Valencia dijo que el concejal del Centro Democrático en Medellín está buscando que lo expulsen para no quedar inhabilitado y poder irse y hacer política en otro partido. “Este partido no lo vas a usar para elegirte y hacer en contra de nuestros electores. Aquí te quedas, ojalá sin voz, sin voto y sin aval”, expresó.
Aunque Paloma Valencia no lo dice, ella tiene claro que Corredor tiene la intención de hacer campaña política abiertamente en favor de Gustavo Petro, el candidato de la izquierda que hoy parece contar con el respaldo del alcalde de Medellín, Daniel Quintero.
El concejal Corredor no desaprovecha cada oportunidad que tiene para fastidiar al uribismo. Este fin de semana envió una carta de tres páginas donde pide la renuncia de los directivos del Centro Democrático.
Lo hizo días después de conocerse que la Sala Plena del Consejo Nacional Electoral ordenara que se le restituyera sus derechos políticos a él y otros tres concejales de Medellín que habían sido sancionados por el partido porque en noviembre de 2021 se distanciaron de la decisión del partido de apoyar a Simón Molina como presidente del Concejo.
Los cuatro hicieron tolda aparte, se declararon en rebeldía y apoyaron al candidato del alcalde Daniel Quintero. Cabe recordar que este hecho molestó al propio Álvaro Uribe, quien además dijo en su momento que los concejales se tomaban el partido en chiste cuando viajaron a México financiados por las Empresas Públicas.
Volviendo a la carta que envió Albert Corredor al Centro Democrático, en ella dijo que las directivas se volvieron expertas en violar los derechos de los ciudadanos. “Con este accionar vulneraron el derecho al debido proceso, no fue permitido el derecho a la defensa ni a ser escuchados, así como al ejercicio de la oposición política en general”.
Agregó “que es impresentable que un partido que dice defender la democracia, tenga en sus directivas a personas que claramente van en contra de ella y de las leyes, las garantías y los derechos de los ciudadanos de Medellín”.
Además, dejó claro que la decisión del partido en contra de los cuatro concejales repercutió en las pasadas elecciones del 13 de marzo. En el caso de Medellín, según Corredor, “de un 42 % logrado en las elecciones legislativas de 2018, el partido bajó a un 27 % en 2022. Las cifras evidencian lo desacertadas y equivocadas de sus decisiones”, dijo.
Hoy en el Concejo de Medellín, el Centro Democrático no tiene mayor fuerza porque cuatro de sus principales líderes terminaron del lado del Gobierno paisa.