El senador Roy Barreras no logró lo que se propuso en el Pacto Histórico: competirle a Gustavo Petro y convertirse en su vicepresidente. Al contrario, desde su llegada a la izquierda no se ha ubicado y, en lugar de ganar una aceptación entre los progresistas, cada vez le marcan más distancia.
Lo opuesto ocurre con Armando Benedetti, un senador que llegó a comienzos de noviembre de 2020 al proyecto de Petro y cada día se convierte en un alfil clave para el candidato presidencial mejor calificado en los sondeos de opinión.
Mientras que Barreras declinó su aspiración presidencial y peleó el quinto lugar en la lista al Senado del Pacto Histórico –una posición que la líder de opinión Margarita Rosa de Francisco pidió para las madres de Soacha, cuyos hijos murieron por falsos positivos–, Benedetti es hoy el hombre que más le habla al oído a Petro: le maneja la agenda, coordina sus comunicaciones, la estrategia de la campaña, organiza los viajes y hasta ha conseguido que se acerque a la prensa y modere su discurso.
Los méritos internos de Benedetti en el petrismo cada vez son más reconocidos. El barranquillero, con su estilo, es organizado, un zorro político que sabe de estrategias de comunicación y aprovechó el desorden de la campaña para organizar la casa y atraer otro tipo de seguidores.
Benedetti renunció a La U y llegó directamente a la Colombia Humana en noviembre de 2020 cuando ni siquiera la estructura de Petro era un partido político y menos se hablaba del Pacto Histórico. Su arribo fue ruidoso y se convirtió en tendencia en redes sociales durante dos días por una opinión pública de izquierda que quiso destrozarlo.
Él fue una de las primeras figuras políticas –cercana en su momento a Álvaro Uribe y a Juan Manuel Santos– a la que Petro le abrió la puerta de su partido. Desde ahí, la izquierda radical entendió que los 8 millones de votos que el precandidato obtuvo en 2018 no son suficientes y, por ende, se requieren nuevas adhesiones.
Mientras tanto, Barreras intentaba armar un grupo denominado Liberal Social Demócrata, pero fracasó y terminó buscando un espacio en la centroizquierda, especialmente en la Alianza Verde. Sin embargo, Angélica Lozano le dio un portazo y le cerró el escenario.
Barreras aterrizó en el Pacto Histórico en marzo pasado, en el que prometió competir en una consulta con el líder de la Colombia Humana. Pero las jornadas de protestas que empezaron en abril obligaron a los precandidatos presidenciales a detener sus campañas políticas.
En septiembre, con las manifestaciones apagadas, la campaña de Petro dio un golpe importante en Barranquilla. El jefe de la Colombia Humana apareció en una tarima gigante en forma de P (en honor a su apellido) y concentró a más de 30.000 espectadores. El escenario, donde además Petro habló de su Jesucristo y acercó a él al líder cristiano Alfredo Saade, fue sensación.
Lo que nadie imaginaba era que detrás estaba Benedetti, quien junto con Nicolás Petro, el hijo de Gustavo Petro, idearon la estrategia y la convirtieron en tendencia. Los dos son como hermanos, le dijo Benedetti a SEMANA.
Roy Barreras, a juicio de varios analistas consultados por esta revista, cometió un error que le costó su precandidatura presidencial. Quiso competirle a Petro, pero no hizo su propia campaña. Al contrario, la realizó a su lado, subido en la misma tarima, en una estrategia distinta a la que adoptó el hoy gobernador Carlos Caicedo cuando le compitió al líder petrista en una consulta en 2018, una campaña en la que hubo pullas de lado y lado.
En la más reciente encuesta de Invamer que midió a los precandidatos del Pacto Histórico, obtuvo un escaso 2,7 por ciento de favorabilidad, una cifra muy inferior a la de Francia Márquez y Camilo Romero.
Eso sin contar con el interés que mostró cuando intentó mover sus fichas en la lista del petrismo al Senado para favorecer a su exesposa Gloria Arizabaleta. La historia se repitió con Sandra Villadiego, casada con un parapolítico, en la lista de la Cámara en Bolívar. Esas movidas no gustaron, como tampoco la forma en que terminó declinando su aspiración presidencial.
SEMANA reveló con anticipación que Roy Barreras renunciaría a su precandidatura, pero él lo negó. No obstante, horas después de asistir a un debate presidencial en Noticias Caracol, confirmó que se lanzaría al Senado. Algunos dirigentes del Pacto Histórico calificaron, en voz baja, su salida como un claro gesto de oportunismo.
Barreras tiene su curul al Senado asegurada, mientras que Benedetti, quien no manifiesta intenciones políticas por ahora, se convirtió en el hombre más influyente en la campaña de Gustavo Petro, en una figura similar a la de Jesucita Quirós, la secretaria fiel y eterna que acompaña al candidato presidencial desde hace 40 años.