Quien quiera comprar legalmente un arma de fuego en Colombia debe ser mayor de 25 años, tener una licencia para portar armas y un expediente policial limpio. El comercio de armas es monopolio del Estado y se desarrolla a través de la empresa Indumil. En Internet se ofrece un catálogo de las armas disponibles. En la sección de “armas importadas” se encuentran también pistolas y carabinas de la empresa Walther, de Ulm. Entre ellas se cuenta la pistola P99. Pero no debería estar allí. Las empresas alemanas requieren una autorización gubernamental para exportar armas. Ella no se concede cuando lo desaconseje “la situación interna del país”, según la normativa oficial. Los conflictos internos armados, al igual que la sospecha de que puedan ser utilizadas para “la represión interna o para sostenidas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos”, son causales para denegar el permiso. Denuncia contra Walther ¿Cómo llegaron entonces las pistolas P 99 a Colombia? “No podemos decir nada al respecto”, señaló el gerente de la empresa Walther, Manfred Wörz, en conversación con DW. “No nos podemos explicar cómo llegó el arma al comercio en Colombia”, dice, afirmando que la empresa no ha suministrado armas ni tecnología a ese país sudamericano. Jürgen Grässlin, de la organización “Aktion Aufschrei – Stoppt den Waffenhandel“, que lucha contra el tráfico de armamento, pone en duda esas palabras. Grässling informa que presentó una denuncia contra la empresa Walther ante la Fiscalía de Ulm, por sospecha de venta ilícita de armas y concesión ilegal de licencias. “La empresa estatal Indumil produce en Colombia pistolas del tipo P99. También podría haber habido exportaciones directas. Hemos visto pistolas con el sello ‘made in Germany'”, señala Grässlin a DW. La Fiscalía de Ulm dijo haber recibido la denuncia, pero no confirmó todavía el nombre de la empresa afectada. El portavoz Michael Bischofberger indicó que la denuncia está siendo estudiada y, si hay bases suficientes que respalden la sospecha, se iniciará la investigación de rigor. Sin autorización A juicio de Jürgen Grässling hay varias vías por las que podrían haber llegado las pistolas alemanas a Colombia. Por ejemplo, Walther las podría haber exportado directamente. O podría haberlas vendido a una filial en Estados Unidos, lo que no ofrecería problemas, por tratarse de un país socio de la OTAN. Pero si las armas en cuestión hubieran sido vendidas luego desde allí a Colombia, se habría pasado a llevar la “declaración de destino final”, en la que el exportador debe especificar a qué país vende sus armas y con qué fin. Además, Grässlin se pregunta: “¿Qué se produce posiblemente de manera ilegal en Colombia? Porque la empresa estatal Indumil hace publicidad diciendo que fabrica tanto carabinas como un amplio abanico de pistolas Walther”. Ya sea que se trate de exportaciones o de transferencia de tecnología, en ambos casos se estaría transgrediendo la ley de control de armas bélicas y la ley de comercio exterior de Alemania. La Oficina Federal de Economía y Control de Exportaciones (BAFA) confirmó a pedido de DW que “desde 1993 hasta hoy no se han otorgado autorizaciones para la exportación de esas armas ni la transferencia de tecnología para ellas a Colombia”. Control insuficiente La BAFA autorizó en cambio otro negocio: la empresa Heckler & Koch obtuvo permiso para exportar más de 9000 carabinas del tipo G36 a México entre 2006 y 2009, con la condición de que las armas no llegaran a las provincias de Chiapas, Chihuahua, Guerrero y Jalisco. Sin embargo, eso es justo lo que ha ocurrido, según Grässlin. También en este caso presentó una denuncia y la Fiscalía de Stuttgart investiga. México no es un caso único, subraya Grässling: “También en Libia aparecieron carabinas G36, suministradas ilegalmente a ambos bandos en conflicto. Y podemos demostrar que esas carabinas del tipo G36 también fueron utilizadas en Georgia, en 2008, durante la guerra contra Rusia”. A su juicio, esto no sorprende, porque la BAFA no cuenta con personal que viaje sin previo aviso a países como México o Colombia, para controlar. Alemania es el tercer mayor exportador de armas del mundo, después de Estados Unidos y Rusia. En 2012 se otorgaron licencias de exportación por un monto cercano a los 8.900 millones de euros.