Un tremendo arsenal le encontraron las autoridades a alias Camilo, un presunto delincuente que reside en zona rural de La Unión, Valle del Cauca, donde hace apenas una semana fueron asesinadas cinco personas.

Este sujeto, quien ya tenía prontuario por porte ilegal de armas de fuego, en 2019, fue sorprendido en flagrancia por agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía con un fusil, cartuchos de diferentes municiones y droga.

El hallazgo se registró cuando los uniformados verificaban antecedentes en medio de controles en la vereda La Isla.

En total a alias Camilo le encontraron un arma de fuego tipo fusil traumático 9 mm, dos proveedores para fusil, 1 proveedor para pistola calibre 9 mm, 52 cartuchos calibre 9 mm, 40 cartuchos calibre 12 mm, 40 cartuchos calibre 38 y 210 gramos de cocaína.

Tras el descubrimiento, las autoridades le sindicaron los delitos de tráfico, fabricación y porte de armas de fuego y munición, y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

El coronel Ever Yovanni Gómez Reyes, comandante del Departamento de Policía Valle del Cauca, destacó que alias Camilo es hermano de otro presunto criminal conocido como El Mono, quien también delinque en La Unión y hace dos meses fue capturado por los delitos de homicidio agravado y fabricación, trafico y porte de arma de fuego.

A disposición de la Fiscalía General de la Nación quedó el arsenal que le fue incautado a alias Camilo. Entre tanto, un juez con función de control de garantías lo envió a la cárcel para que desde allá surta su proceso judicial.

En el municipio de La Unión se viven momentos de tensión, pues el orden público ha estado alterado en la última semana no solo por cuenta de esta captura, sino también por la masacre de cinco personas en plena vía pública, al parecer en medio de disputas por el control del microtráfico entre ‘Los Fantásticos’ y ‘Los Monos’.

Sobre esta masacre se conoció que el 31 de julio en la mañana sujetos armados abrieron fuego indiscriminadamente contra un grupo de personas que departía afuera de una vivienda del barrio La Ciudadela.

Los ciudadanos atacados departieron hasta la madrugada de ese domingo en bares del municipio y luego, cuando se acabó la rumba, se dirigieron al lugar donde ocurrió la masacre para continuar con la fiesta, sin esperar que aproximadamente a las 7:00 a. m. iban a ser atacados con arma de fuego.

Los sicarios que cometieron la masacre se dieron a la fuga. Por información que conduzca a los responsables de estos homicidios las autoridades ofrecieron hasta $50 millones de recompensa.