El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dio a conocer cifras lamentables sobre la violencia en Colombia. Entre enero y junio de 2021, registró 263 víctimas de minas antipersonal, restos explosivos de guerra, artefactos eplosivos de detonación controlada y otros.

Dicho número de personas afectadas, representan el 67 por ciento del total del año inmediatamente anterior, 2020, lo que podría indicar un incremento en esta clase de eventos.

Aparte, de las víctimas registradas de los distintos artefactos explosivos, 156 son civiles y 107 son combatientes (fuerza pública y grupos armados). Entre las víctimas civiles se encuentran 21 menores.

Estos accidentes con artefactos explosivos se registraron en diez departamentos del país, siendo Cauca y Norte de Santander las zonas más afectadas. En estos dos departamentos se registró el 71 por ciento de las víctimas.

Lorenzo Caraffi, jefe de la delegación del CICR en Colombia, sostuvo que la presencia de artefactos explosivos en algunas zonas del país continúa causando graves consecuencias humanitarias.

“Nos preocupa mucho la profundización de este fenómeno y la dura realidad que tienen que vivir las comunidades”, sostuvo Caraffi, agregando que ser víctima de artefactos explosivos cambia la vida de las víctimas, pues estas personas deben afrontar las consecuencias psicológicas y físicas, para siempre. Por lo general, los afectados requieren un seguimiento y cuidado permanente, lo que obviamente dificulta la situación para aquellas familias campesinas que no tienen suficientes recursos económicos o que viven del trabajo que hacen en la tierra.

El pasado 7 de abril se conmemoró el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal, que busca generar consciencia sobre la tragedia que ocasionan este tipo de artefactos explosivos.

De acuerdo con los reportes del Centro Nacional de Memoría Histórica las guerrillas son las mayores responsables de esta problemática.

Actualmente, los datos del Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) dan cuenta que, entre 1958 y 2020, se han identificado en el país 9.823 víctimas de minas antipersonal y de artefactos explosivos improvisados. Antioquia, (22,1 %), Nariño (8,7 %) y Meta (8,3 %) son los departamentos del país donde se concentra el mayor número de víctimas heridas por estos artefactos.

No obstante, la Defensoría del Pueblo indica que los datos son aún peores. Según el defensor Carlos Camargo, citando al alto comisionado para la paz, informó que desde 2006 hasta febrero de este año, 12.014 personas han sido víctimas de minas antipersonal y municiones sin explotar. De estas, 81 por ciento (9.687 personas) fueron heridas y el 19 por ciento (2.327) han fallecidos por el accidente. Eso quiere decir que una de cada cinco víctimas murió.

Asimismo, una gran parte de los afectados por las minas son parte de la fuerza pública. Específicamente, 7.237 de las víctimas registradas en esos años. El 89,77 % del total, son mayores de edad.

En cuanto a las víctimas civiles son 4.733 los afectados. El grupo demográfico más afectado son los adultos mayores (66,36 %); el segundo grupo de mayor afectación son los niños, niñas y adolescentes (20.26 por ciento), luego se encuentran las mujeres mayores de edad (7,75 %) y las niñas y adolescentes (5,62 %).