Han pasado cinco meses desde que los congresistas Arturo Char y Germán Blanco llegaron a presidir el Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente. El 20 de julio comenzó una nueva legislatura y con ello una nueva mesa directiva en medio de la pandemia.
Por un lado está Arturo Char, que llegó por Cambio Radical y como cuota de esta familia política y empresarial barranquillera. Char cargaba a cuestas con el título de ser uno de los más ausentistas del Congreso, por lo que varios de sus colegas cuestionaban que fuera a ser el presidente cuando el cargo implica estar presente en todas las sesiones. Pero la verdad es que Char cumplió con ese papel y no ha faltado a las sesiones.
Al comienzo se desarrollaron de forma virtual, pero luego se fijaron unos protocolos y se han realizado de forma semipresencial en el recinto del Capitolio.
“El presidente Arturo Char ha demostrado ser un hombre tranquilo, pausado, que da todas las garantías para el debate legislativo, le ha dado las garantías de participar a todas las bancadas sin importar si son de oposición o del Gobierno”, le reconoció Gabriel Velasco. El senador del Centro Democrático agregó: “Durante su presidencia se han logrado sacar importantes iniciativas legislativas para el bienestar de los colombianos: la ley de emprendimiento, turismo, agrícola, creo que el senador Char ha disipado cualquier duda sobre sus capacidades para presidir la plenaria”.
Pero uno de los episodios que quedará registrado y que le cuestionó la oposición en su momento, generando un manto de duda, fue en medio del debate de control político contra el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo. Una mancha que dañó la presencialidad que le reconocen a Char.
El Centro Democrático radicó una proposición para evitar que Jorge Robledo diera el debate sobre la presencia de tropas militares estadounidenses y Char avaló que fuera votado antes del debate, con el argumento de que todas las proposiciones deben ser votadas y discutidas en ese momento.
Al darse el hecho, la mayoría de los sectores, incluso políticos por fuera del Congreso, cuestionaron la decisión de Char diciendo que se había cercenado la función de control político que tiene el Legislativo sobre el Ejecutivo.
En el caso de Germán Blanco, el panorama fue algo distinto. Llegó por el Partido Conservador y es un político antioqueño con fuerte experiencia en su región y en Legislativo, pero que poco había sonado en el panorama público. Blanco tenía el reto de mantener las garantías que había dejado Carlos Cuenca, a quien todos los sectores le reconocieron ese balance democrático.
Pero lo cierto es que, según varios congresistas, Blanco estaría superando esas expectativas. Desde todos los sectores le reconocen ser garante, dar las discusiones a profundidad y brindar oportunidades a todos los representantes que quieran intervenir. Es tanto así que ya le tienen un chiste interno en el que dicen que quien se descuide, Blanco le da la palabra.
“Dicen que hay que estar pilas, porque si uno se descuida Blanco le da la palabra”, dice José Daniel López, de Cambio Radical, quien además ha sido uno de los fuertes críticos en Cámara del Gobierno y de los sectores que apoyan la gestión del presidente Duque.
Mauricio Toro, de la Alianza Verde, también le reconoce que “ha sido una de las personas más garantistas que haya podido tener la Cámara en los últimos años”. “Ha permitido que la oposición hable, que deja abiertos los debates sin atropellar”, dice. Y agrega que a pesar de que el Gobierno tiene las mayorías, ha permitido conciliaciones y concertaciones incluso en los proyectos más polémicos sin importar su origen.
“Le ha dado un nuevo dinamismo a la plenaria de la Cámara. Es un hombre que se ha ganado el respeto de todas las bancadas, tanto de Gobierno como de oposición y los independientes, porque le ha dado las garantías absolutamente a todas las líneas políticas. Ha dejado que el debate se dé con consensos, ha logrado buscar la conciliación en la mayoría de los proyectos de ley para que salgan lo más fácil posible para el bienestar de todos los colombianos”, le reconoce Juan Carlos Wills, también Conservador.
César Lorduy, de Cambio Radical, dice que “es el godo más democrático” que ha conocido. “Es garantista, dedicado con gran esfuerzo por permanecer al frente de la mesa directiva en todos y cada uno de los debates, sobre todo los más importantes. Los ha logrado sortear con éxito sin entrar en conflicto con nadie”.
María José Pizarro, de Decentes, señala que la de Blanco ha sido la mejor presidencia en estos dos años. “Ha sido una persona demócrata, un garante de todos los partidos políticos independientemente de su ideología”, señaló.
Blanco, como ha sido común en el caso de la Cámara, se ha adelantado a la presencialidad con respecto al Senado, sabiendo además que allí se cuentan 172 parlamentarios mientras que en Senado son 108 curules. En las discusiones, que en su mayoría se han hecho de forma semipresencial, Blanco ha logrado mantener -al igual que Char- un equilibrio entre las personas que se permite estén presentes y los demás que están en la plataforma.
Se creía que el principal reto para ambos sería la presencialidad en medio de la pandemia. Pero lo cierto es que esta discusión ha pasado a un segundo plano porque termina por ser más importante lo que se está aprobando.
Blanco celebró que hayan sacado adelante la ley que brinda vacunas gratis a los colombianos y ya cumplieron el trámite de la reforma al Código Electoral. En el caso de Senado han logrado sacar adelante varias reformas pero las discusiones han tenido mayores tropiezos.
A Char y a Blanco les queda hasta junio para que termine la legislatura y su gestión. Varios coinciden en que el reto será que sigan implementando las medidas estipuladas por la Corte Constitucional para que poco a poco los congresistas puedan retornar a la presencialidad. Así mismo queda el reto de sacar adelante las reformas que aún están pendientes y que le servirán a los colombianos para la reactivación.