El general Nicacio Martínez alcanzó el cuarto sol, pero los nubarrones aún no se disipan. El viernes, en una ceremonia en la Escuela José María Córdova, el presidente Iván Duque le impuso el máximo rango al comandante del Ejército, que desde febrero enfrenta varios cuestionamientos que han puesto su nombre en las primeras planas de la prensa mundial. Sin embargo, y a pesar de ese espaldarazo político, el debate sigue sobre la mesa. Lo critican por hechos que ocurrieron en dos épocas distintas. Entre finales de 2004 y comienzos de 2006, el entonces coronel Martínez era el segundo al mando de la Décima Brigada Blindada. En ese periodo, según un informe publicado por Human Rights Watch, tuvieron lugar al menos 23 casos investigados como supuestas ejecuciones extrajudiciales. Varios soldados de esa unidad han recibido condenas por crímenes que incluyen asesinatos de indígenas, de personas protegidas y agresiones sexuales, según publicó el diario El País, de Madrid, justo en la víspera de la votación del ascenso de Martínez. Le recomendamos: ¿Quién es Nicacio Martínez, el controvertido comandante del Ejército que podría ser ascendido hoy? En su paso por la Décima Brigada, según HRW, Martínez firmó varios documentos controvertidos. En uno, autorizó pagar una recompensa a las fuentes que aportaron información para dos operativos militares. Una de esas acciones terminó con la muerte de dos indígenas, incluyendo a una niña de 13 años, presentados como guerrilleros en un caso que la justicia declaró como una ejecución extrajudicial. Martínez no tiene investigaciones por estos hechos y ha argumentado en su defensa que su cargo era meramente administrativo, y que nada tenía que ver con las operaciones militares que allí se adelantaban. La semana pasada la Procuraduría abrió una investigación preliminar por lo revelado por The New York Times en mayo. Se trata de directrices y formatos distribuidos por orden de Martínez, como comandante del Ejército, que apuntarían a aumentar las muertes, capturas y rendiciones en combate. Varios altos oficiales interpretan esas órdenes como presiones indebidas que podrían desembocar en nuevos casos de falsos positivos. Le recomendamos: Senado aprobó el ascenso del general Nicacio Martínez El ascenso del general llegó al Senado el miércoles. En la Comisión Primera, el senador Gustavo Petro adelantó un debate en el que lanzó una tesis: que no solo las directrices para aumentar resultados hace más de una década, y estas nuevas reveladas por el Times, han incentivado los falsos positivos. También lo habría hecho la doctrina de entrenamiento militar. Petro reveló videos de 2017 en los que decenas de soldados del curso de lanceros reciben torturas y humillaciones de sus propios compañeros, que se hacen pasar por guerrilleros. Botero contestó que eso ocurrió en la administración pasada y dejó en manos de la Fiscalía y la Procuraduría cualquier investigación. Ese debate ambientó el de los ascensos de 13 oficiales de la fuerza pública que comenzó un par de horas después. Los partidos de oposición pidieron explicaciones al general y, de paso, aplazar la decisión sobre Martínez. “Nos corresponde utilizar el mecanismo de ascenso para garantizar la no repetición de los falsos positivos”, dijo Antonio Sanguino, de la Alianza Verde. Y como de los oficiales solo tenían reparos sobre Martínez, solicitaron tomar esa decisión por separado. La idea no prosperó y la votación en bloque lo salvó de varios votos en contra. Puede leer: "No me sorprendería que volvieran los falsos positivos": José Miguel Vivanco. Del otro lado, especialmente del Centro Democrático, los liberales y los conservadores, llegaron las defensas más férreas. “Las informaciones que han salido en los diferentes diarios no están diciendo la verdad. No tiene investigaciones en Colombia ni preliminares por falsos positivos”, dijo Jaime Durán, el ponente del ascenso. El General Martínez aguardó en silencio, sentado detrás de los congresistas y rodeado de varios oficiales de su fuerza. Finalmente, con 64 votos obtuvo el cuarto sol. Pero eso no cerró la polémica. Incluso hubo senadores que votaron a favor suyo, pero advirtieron que hay un debate político pendiente que debe asumir el ministro Guillermo Botero.