Los crímenes contra dirigentes sociales, activistas o sindicalistas vienen escalando de tal forma que ya no se habla de simples acciones sicariales, sino de incursiones de comandos armados en el Cauca.Eso es precisamente lo que acaba de suceder con el asesinato de Mauricio Vélez López, un curtido dirigente sindical que acaba de ser torturado y ajusticiado en zona rural del municipio de Buenos Aires, al norte del departamento.Según revelaron las autoridades regionales y versiones de testigos, un comando de hombres armados, encapuchados, con botas pantaneras y guantes negros ingresó a la finca del sindicalista, lo sometieron y luego se lo llevaron con rumbo desconocido.Le puede interesar: ONU, preocupada por asesinatos de líderes socialesLas personas que compartían con Vélez López en la propiedad fueron amordazadas, despojadas de sus teléfonos celulares y amenazadas de muerte si se negaban a cumplir sus órdenes.El secuestro del sindicalista sucedió este miércoles a las 9:00 de la noche y luego su cuerpo fue hallado sin vida, abandonado cerca de un puente del corregimiento San Francisco, en la zona rural de Buenos Aires.Datos oficiales aseguran que Vélez López murió por causa de un tiro de fusil en la cabeza y que además, su cuerpo presentaba señales de tortura. La camioneta de la víctima también fue hallada en el sector con las llantas desinfladas, al parecer por tiros y el parabrisas roto.Le recomendamos: Suroccidente peligroso para los líderes socialesUna vez que se conoció del crimen del sindicalista, varias organizaciones se manifestaron públicamente repudiando el homicidio y exigiendo a las autoridades esclarecer ese asesinato y el de otros dirigentes sociales acribillados en el departamento.Mauricio Vélez López era oriundo de Cartago (Valle), pero vivía en Cali, la capital del departamento. Su nombre sonó fuertemente en 2010 cuando fue dirigente deportivo del América de Cali durante el proceso de transformación y saneamiento que inició ese equipo de fútbol para salir de la temida Lista Clinton en la que se nombran las empresas acusadas de blanquear dinero en el mundo.Desde muy joven fue un activista de la Universidad del Valle y allí ascendió hasta convertirse en presidente del sindicato de ese centro de educación superior. Posteriormente, ingresó a las grandes ligas del sindicalismo al convertirse en vicepresidente del Sindicato Mixto de Trabajadores de las Universidades Públicas, Sintraunal, cargo que ocupaba al momento de su muerte.Si el asesinato de un sindicalista es un hecho repudiable y sensible, el de este dirigente adquiere una connotación aún mayor debido a que desde hace varios meses diversas organizaciones sociales y de derechos humanos han venido denunciando la existencia de atentados sistemáticos contra sus dirigentes en la región.También puede ver: "Hay un fenómeno criminal contra la paz", advierte el defensorDe hecho, el suroeste del país (Nariño, Cauca, Valle y Chocó) y especialmente el Cauca, son las zonas más golpeadas por este fenómeno. “Solo el año anterior en este departamento asesinaron a 40 dirigentes y este año la cifra ya asciende a treces casos”, recordó Deivi Hurtado, coordinador de Derechos Humanos del Movimiento Marcha Patriótica en el suroccidente del país.Otro hecho que aumenta la sensibilidad de este nuevo homicidio es que los comandos armados actuaron esta vez en el norte del Cauca y muy cerca de la región en donde se establecieron tres de las 26 zonas veredales donde se concentran las Farc.Puede leer: Las armas que quedaron bajo llave para siempreCabe recordar que justamente en Buenos Aires, Cauca, se ubica la ZVT conocida como La Elvira y que fue en un lugar apartado de ese punto en donde sucedió el crimen del dirigente sindical. Hasta el momento, ninguna autoridad ha hecho conjeturas al respecto.