Éver Cordero, ese el nombre del segundo líder de la mesa de víctimas de Valencia, lugar donde tuvo su epicentro la llamada Casa Castaño, que ha sido asesinado en menos de un mes. El primero fue Hermes Vidal Osorio, quien en un principio se reportó como desaparecido. Su cuerpo fue encontrado el pasado 28 de marzo. En la fotografía, Éver Antonio Cordero exponía ante el Incoder la ubicación de predios baldíos en ese municipio cordobés. Esa entidad es la que tiene la facultad para recuperar los predios baldíos de la Nación y adjudicarlos, todo mediante procesos administrativos que no requieren ir a un juez. Según relató un líder amigo de Cordero, su muerte es un reflejo de la difícil situación que enfrentan los reclamantes de tierras en Valencia. Cordero, además de ser el presidente de la mesa municipal de víctimas, pertenecía a la organización Tierra y Vida, que dirige Carmen Palencia. Según fuentes de la Unidad de Restitución de Tierras, Cordero no había iniciado ningún proceso en esa dependencia pero estaba en conversaciones para hacerlo. Otra persona que conocía al líder asesinado y quien pidió el anonimato por motivos de seguridad, contó que estos crímenes han generado un clima de incertidumbre entre las víctimas y reclamantes. "Nadie se atreve a decir nada, no hay espacio para hablar de restitución de tierras porque no hay colaboración de nadie". Este líder le aseguró a VerdadAbierta.com que los asesinatos tienen conexión con los procesos de restitución en Córdoba. "No hay garantías para que las víctimas ejerzan sus derechos, de reclamar lo que merecen", explicó la fuente. Éver Cordero era desplazado de la vereda Sabra, del corregimiento Santo Domingo, ubicado a dos horas de Valencia. Unos familiares suyos le revelaron a las fuentes consultadas por VerdadAbierta.com que el hombre había sido amenazado en varias ocasiones, y por esa razón, se había escondido varias veces. Según El Heraldo de Barranquilla, hace dos meses, Óscar Zuluaga, el vocero de los procesos de restitución en Córdoba, aseguró que hizo pública una alerta temprana que daba cuenta de las amenazas a las que se someten los 114 líderes de desplazados en esta región.