En la mañana de este jueves, la Policía Nacional y la Dijín llevaron a cabo una rueda de prensa en la que entregaron más detalles de cómo avanzan las investigaciones en torno al magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moïse y sobre todo cómo llegaron a ese país los connacionales sospechosos de este homicidio.
En ese sentido, el director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas, señaló que “además de los 21 colombianos identificados en el marco de la investigación (3 neutralizados y 18 capturados) estamos en el proceso de ubicar a 3 más que habrían estado en República Dominicana y Haití y que tendrían relación con este caso”.
Sobre los colombianos, que serían las cabezas de este plan inicialmente hablando de un arresto al presidente Moise, el general Vargas reveló que son dos: Germán Rivera y Duberney Capador, quienes “participaron en la planeación y organización de lo que inicialmente era una supuesta operación de arresto del presidente de Haití y para ello contactaron a más personas en nuestro país”, sostuvo el director de la Policía Nacional.
Sobre Rivera, las autoridades revelaron que “recibió 50.000 dólares desde Estados Unidos de manera previa al magnicidio y que junto a Capador ingresaron a Haití desde un paso fronterizo en República Dominicana”.
Asimismo, reveló que “más de 16.000 datos (imágenes y videos, entre otros) han sido procesados (...). Sabemos que los colombianos que viajaron previamente hacia Haití se habrían reunido con una persona identificada como Emmanuel Sanon, quien está capturado en ese país”.
La investigación
Uno de los mayores misterios tiene que ver con lo que sucedió exactamente en las horas en que un grupo de supuestos mercenarios colombianos irrumpieron en la residencial del presidente Jovenel Moïse. La forma tan burda como se dio la operación es la que ha generado tantas dudas sobre si los exmilitares colombianos realmente sabían o no de la existencia de ese plan. Un elemento clave en poder de las autoridades promete ayudar a desenredar esa madeja.
Se trata de las cintas que grabaron esa noche desde las cámaras de seguridad lo que sucedió en la casa. Cuando las autoridades de Haití llegaron esa noche no encontraron nada del circuito de cámaras. Pero la periodista Salud Hernández-Mora, quien se encuentra en Puerto Príncipe, confirmó con las autoridades de ese país que ese material ya se encuentra en la investigación.
Lo primero que seguramente analizará la Policía haitiana es el papel que tuvo la guardia de seguridad presidencial esa noche. Nadie se explica cómo un grupo de mercenarios pudo entrar a la residencia presidencial, asesinar al primer mandatario con 12 tiros, saquear el lugar y dejar herida a su esposa, sin que nadie se haya dado cuenta ni haya sufrido un rasguño. El primer mandatario fue atacado a tiros en su cama cuando descansaba con su esposa Martine. Sus dos hijos alcanzaron a esconderse en un baño. Ella se recupera de heridas de gravedad en un hospital de Fort Lauderdale, mientras ellos están refugiados en un lugar seguro y desconocido para la opinión pública.
Hasta ahora, solo había registros de lo que encontraron los investigadores una vez entraron en la residencia. “Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató el juez Carl Henry Destin.
Lo otro que ha llamado la atención es que la escena del crimen parecía hacer pensar que se trataba también de un intento de robo en medio de todo el plan. Al día siguiente del asesinato, la Policía encontró el carro que habían usado los colombianos para intentar huir. Dentro de los objetos hallados en el vehículo y otros en la residencia se encontraron cinco armas de fuego, incluidas dos pistolas de nueve milímetros, cartuchos de calibre 5,56 milímetros, el servidor de la cámara de vigilancia del presidente Jovenel Moïse, una chequera del BNC a nombre del Jovenel Moïse y su esposa, veinte bolsas, hachas, cortadores de alambre, ropa, comida, dinero por más de US$10.000, celulares y el contrato de alquiler del vehículo hecho con Avis el 6 de julio. Se sabe hoy que en la operación ellos también se llevaron las cintas de seguridad que habrían sacado del sistema antes de emprender la huida. Por ahora, se cree que las cámaras no fueron violentadas, como fue la tesis inicial.
Las cintas de seguridad habrían sido un elemento clave para lograr la confesión de uno de los exmilitares colombianos, cuya identidad SEMANA mantiene en reserva por seguridad y para no entorpecer las investigaciones. El exmilitar relató en las últimas horas ante las autoridades haitianas todo lo que presuntamente ocurrió en el magnicidio. Entre lágrimas, el militar retirado dijo que, supuestamente, 7 de los 21 colombianos fueron los asesinos del presidente Jovenel Moïse.