En lo que va corrido del año la Fuerza Naval del Pacífico ya se incautó once toneladas de clorhidrato de cocaína que pretendían ser comercializados en el mercado negro de Estados Unidos y Europa. Las cifras del millonario cargamento descubierto en varias operaciones no es noticia y menos ahora que todas las agencias de inteligencia antidrogas saben y reconocen que existe y una sobre producción de coca debido al incremento de los cultivos ilícitos en Colombia. Le sugerimos: Las ‘galletitas’ del narcotráfico Pero lo que sí está sorprendiendo a esas autoridades son las maniobras, piruetas e ingenio criminal al que han tenido que recurrir esas organizaciones mafiosas para traficar el alcaloide y hacerlo invisible a los controles de las autoridades. En esa larga lista de estrategias de tráfico se cuentan desde los sorprendentes semi sumergibles, las veloces lanchas Go Fast, los vuelos fantasmas de la mafia, las tradicionales ´mulas´ humanas y desde luego las sofisticadas caletas. Hace poco la Armada descubrió un sistema de tráfico de cocaína que, si bien no es nuevo, se volvió de uso masivo y consiste en lanzar al mar boyas satelitales amarradas con kilogramos del alcaloide que luego es detectado y rescatado por barcos pesqueros. Puede leer: Ahora los narcos ‘pescan‘ la cocaína con boyas satelitales Y esta semana esas mismas autoridades descubrieron otra modalidad de la forma como los narcotraficantes ´contaminan´ con alijos a las grandes embarcaciones interoceánicas que atracan y zarpan desde el puerto de Buenaventura. La novedad en el mecanismo consiste en que ya no lo hacen de manera espontánea y artesanal, como simplemente amarrar o esconder la droga en alguna parte del barco que se mantiene sumergida en el agua. Ahora los traficantes se toman el trabajo de calcular medidas, identificar colores y hasta diseñar elementos que se asimilen o pasen inadvertidos como si hicieran parte de la estructura del barco.
Eso fue lo que descubrieron los buzos de la Armada cuando procedieron a inspeccionar un buque que cubría la ruta Buenaventura – Panamá – España. En una de las rejillas de acceso hacia la estructura sumergida del barco observaron cuatro cilindros del mismo color de la nave y con medidas que no llamaban la atención. Le puede interesar: ¿Escoltas de la UNP se volvieron mulas del narcotráfico? Pero cuando inspeccionaron en detalle los tubos, notaron que eran de PVC y al abrirlos descubrieron que en su interior había varias láminas cilíndricas milimétricamente empacadas y hermetizadas. Al final los llamativos cilindros resultaron ser caletas en las que se escondían 103 kilogramos de clorhidrato de cocaína. “De acuerdo con la información suministrada por la Inteligencia Naval, las organizaciones narcotraficantes que antes ocultaban en las cajas de mar, bolsos negros con el alcaloide, realizaron un análisis previo de las cajas de mar para poder fabricar los tubos con las medidas exactas del compartimento, los cuales fueron instalados y cerrados con pasadores del mismo color, simulando normalidad a través de las rejillas de las cajas de mar”, explicaron oficiales de la Armada en un comunicado.