La carta abierta de María Jimena Duzán a Gustavo Petro generó una enorme controversia en el país. En esta, la periodista le decía sin titubeos: “Presidente, si usted tiene un problema de adicción, lo invito respetuosamente a que lo devele. La adicción es un problema de salud que afecta a muchos colombianos y aceptarlo no es ni pecaminoso ni es una falla moral”, dice en la entradilla de su artículo.

Tras la publicación del artículo, el mundo político se dividió. Por un lado, muchos criticaron con dureza el hecho de que se tratara de esa forma un tema tan íntimo, que para los defensores del presidente es además falso. En ese grupo, y con Roy Barreras y Carolina Corcho a la cabeza, algunas voces insistieron en que además se trataba de una forma estigmatizante e inadecuada de tratar un problema de salud mental.

Presidente Gustavo Petro | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

El petrismo salió en bloque a defender al primer mandatario y hasta la primera dama, Verónica Alcocer, publicó un video con un particular mensaje. “Para algunos es el café, para otros el vino, para otros el cigarrillo, para mí es el baile”, escribió en redes sociales la esposa del presidente.

Horas antes, el presidente había querido defenderse de esa carta, sin mencionarla. “La única adicción que tengo es al café por las mañanas”, publicó irónicamente Petro en X (antes Twitter).

Otra parte del país se fue con fuerza contra el presidente, le reclamó decir la verdad. Entre estos, muchos encontraban ahí la explicación a sus llegadas tarde, sus salidas de todo y sus publicaciones de media noche. Otros aseguraron que ni siquiera esa condición explicaba su mal gobierno.

Pero la verdad es que los rumores de sus supuestos problemas no son ninguna novedad. En 2019, el estado de salud del entonces senador Gustavo Petro se convirtió en un tema de debate público, a raíz de una incapacidad médica firmada por un psiquiatra que el excandidato presidencial compartió en su cuenta de Twitter. Él mismo tuvo que salir a explicar que no tiene ningún problema mental ni está siendo medicado por esto.

La historia comenzó cuando Petro y la entonces vicepresidenta Marta Lucía Ramírez estaban citados a una audiencia de conciliación en la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, por un tuit que el senador había publicado en contra de ella y que la funcionaria quería rectificar. Sin embargo, Petro no acudió a la diligencia, sino que envió con su abogado una incapacidad médica de cuatro días firmada por un médico particular. “El paciente en mención valorado por mí se encuentra incapacitado por enfermedad médica bajo mi responsabilidad y cuidado por cuatro días a partir de la fecha y hasta el próximo 27 de febrero de 2019. Salvo complicaciones”, se lee en la incapacidad.

El documento lo firmaba Felipe Atalaya, un psiquiatra. Apenas se conoció públicamente, comenzaron los rumores, pero el entonces senador Petro salió a desmentirlo y a ponerle tintes políticos. Aseguró que se insinuaba que estaba “medicalizado por un psiquiatra y que bajo el medicamento escribía trinos sobre la situación de Venezuela apoyando a Maduro. Ni estoy medicalizado, y un psiquiatra es antes un médico y por decir no a la guerra no se apoya a Maduro”.

Esta fue la incapacidad que el entonces senador publicó para justificar su inasistencia a una audiencia de conciliación. | Foto: @petrogustavo

Al conocerse la carta de María Jimena, muchos sacaron de nuevo un capítulo de su libro ‘Una vida, muchas vidas’. Allí cuenta con detalle lo que han sido sus luchas y muchos detalles de su vida personal y familiar. Uno de ellos fue cuando probó las drogas en su paso como diplomático en Bélgica.

“Con una amiga colombiana exploré incluso el consumo de algunas drogas, la experimentación de las sensaciones, el viaje hacia el interior, hacia lo profundo, desligado de los nexos de la sociedad, de mi propia lucha y vocación; trataba de explorar los rincones de una geografía interna... La soledad me llevó a una exploración profunda, que se volvió además intelectual”.

Libro Gustavo Petro 'Una vida muchas vidas'. | Foto: Grupo Planeta

De ese viaje a Bélgica, hubo otra persona de la que habló de algunos excesos hace unos meses, cuando se debatía por un grupo de congresistas la necesidad de hacerle un examen médico al presidente para saber si estaba bien para cumplir con sus tareas. Sus llegadas tarde y sus días en que simplemente no aparecía habían comenzado a preocupar a un grupo de legisladores.

“La realidad que venimos observando desde hace un año es que en el comportamiento de Gustavo Petro hay acciones erráticas y unas faltas graves como presidente... no tenemos dudas frente a su inteligencia, pero sí tiene comportamientos que hacen pensar que tiene dificultades para manejar su agenda diaria, bien sea por problemas de salud, adicción, emocionales o psiquiátricos”, aseguró Ingrid Betancourt.

La excandidata presidencial contó un episodio muy puntual. Narró que cuando ella era congresista fue con Carlos Alonso Lucio, también congresista y su entonces pareja, a Bélgica y visitaron a Petro. Agrega que lo encontraron en una situación muy lamentable.

“Él, simplemente, estaba ido, estirado en el suelo. La esposa, apenada, diciendo: ‘Bueno, qué pena con ustedes, los estábamos esperando, pero no ha reaccionado. Vuelvan más tarde’... No sé si son temas depresivos o de adicción. Uno lo único que hace cuando está al frente de una situación de estas es observar un comportamiento. Uno dice, en pleno día, una persona que tiene que ir a trabajar y que no está laborando, que está acostado, tirado en el suelo, en su apartamento en Bruselas, y uno no sabe por qué, simplemente uno dice, esto no es normal. Y de ahí, uno puede especular: ¿qué le pasó? ¿Estaba depresivo? ¿Tomó mucho licor la noche anterior? El problema es que esto es repetitivo”, señaló la excandidata.

Ingrid Betancourt y el presidente Gustavo Petro. | Foto: Semana

La carta de María Jimena volvió a poner el tema sobre la mesa. Como ella misma lo señaló, se trata de una de las periodistas que más hizo público su simpatía por él, no solo en campaña, sino después de elegido.

“Soy una de las colombianas que votó por usted en las elecciones presidenciales, con la convicción de que encarnaba el deseo de cambio de una gran mayoría de colombianos. Su triunfo lo sentí como una bocanada de aire fresco que le devolvió la ilusión a la anquilosada política colombiana. Critiqué a la petrofobia que preconizaba que usted era el anticristo que iba a acabar con la propiedad privada y con el Estado de derecho, y siempre consideré que su llegada al poder era un acto de madurez, porque por primera vez el sistema político le abría las puertas a un proyecto de izquierda, sin matar a su candidato”, escribió en la carta que se publicó en Cambio.

Lo que le escribe al final es demoledor: “A usted se le ve cansado y embolatado con el poder, como si después de haberlo buscado tanto, no supiera qué hacer con él... Nunca me imaginé es que usted fuera a aislarse y a ausentarse cada vez más del poder, en lugar de utilizar estas facultades presidenciales. Es como si a usted, señor presidente, le pesara su destino”.