Estaba privado de la libertad en la cárcel La Picota en Bogotá, cuando con la excusa de citas médicas, terminó en diligencias personales y con la asistencia de guardianes del Inpec. La escena de no creer, que incluyó al condenado empresario Carlos Mattos, lo dejó como protagonista de una investigación por el delito de fuga de presos.
Ese “paseo”, asistido por los funcionarios que se supone debían vigilarlo, se convirtió en una investigación que en la Fiscalía asociaron al delito de fuga de presos y que se convertirá en una imputación de cargos, hasta ahora aplazada por diferentes motivos, particularmente porque Mattos no asiste a las diligencias, como ocurrió este miércoles
Sin embargo, la Fiscalía hizo una detallada explicación de los hallazgos en la investigación que surgió por estos hechos y en contra de Carlos Mattos. En esa exposición, la fiscal del caso advirtió que Mattos ostentaba un poder en los centros de reclusión, al punto de que exigía a los guardianes hacer sus desplazamientos con su celular.
“Maneja tanto poder el señor Mattos en los centros penitenciarios, que en las resoluciones médicas, cuando se disponía a sacarlo del patio manifiesta que no salía sin su celular, manifestación que quedó en constancia por parte de los mismos funcionarios y debieron cumplirle su requerimiento para trasladarlo a su cita médica”, señaló la Fiscalía.
En lugar de Mattos, sí asistieron los guardianes que resultaron investigados por los beneficios que recibió el empresario en sus traslados, desde la cárcel La Picota hasta su edificio en el norte de Bogotá. Los funcionarios fueron objeto de imputación de la Fiscalía con un relato detallado de los hechos.
Se trata de Luis Alejandro Rojas Camacho, William Rene Caballero y Jorge Hernán Guerrero. Los funcionarios resultaron vinculados a la investigación por diferentes hechos donde resultó beneficiado Carlos Mattos con los traslados, donde le permitían el uso de celular, así como el contacto con personas y familiares del empresario, actos que no estaban permitidos por el manual de funciones.
“Le permite que se reuna con todas las personas que estaban allí, como particulares y familiares, desarrollando diferentes actividades de índole personal para posteriormente salir de este lugar a las 17:59 horas con rumbo desconocido. Se pudo establecer que, siendo a las 18:10 horas, ni el señor Carlos Mattos y ustedes, como cuerpo de custodia y vigilancia, no habían arribado a las instalaciones de la cárcel La Picota, desconociendo el paradero”, dijo la Fiscalía.
Tras la ausencia de Mattos en la diligencia, la Fiscalía tendrá que definir cuál será el camino para lograr la imputación de cargos contra el corrupto y condenado empresario. Si solicita ante un juez la declaración de contumacia o toma medidas más severas para conseguir la asistencia del investigado.
Los funcionarios del Inpec fueron imputados por los delitos de prevaricato por omisión, peculado por uso, no aceptaron su responsabilidad y ahora la Fiscalía tendrá que radicar el escrito de acusación para llevarlos a un escenario de juicio donde esperan obtener una condena en su contra. Todo mientras continúan ejerciendo su labor en el Inpec, sin ninguna restricción.