Para la Fiscalía no hay duda, un francotirador fue el responsable de disparar contra el esmeraldero Juan Sebastián Aguilar, conocido como Pedro Aguilar o Pedro Pechuga. SEMANA llegó al punto exacto donde se ubicó este asesino, espacio que escogió para tener en la mira al esmeraldero y disparar.
En el sitio, los investigadores del CTI encontraron varios elementos que ayudaron a fortalecer la hipótesis de un asesino experto a distancia. En el piso ubicaron una estera de uso militar y con dirección a la casa del esmeraldero, un mampuesto, una especie de trípode donde se supone el francotirador apoyó su arma.
Se trata de una estructura que, por los materiales, se supone se construyó en el mismo espacio. Con palos y sogas, el francotirador adecuó lo que sería el soporte para su arma, la estructura indispensable para permanecer, por varias horas, mientras llegaba el momento oportuno para disparar.
El mampuesto, como se le conoce entre los expertos en armas a la estructura que apoya al francotirador mientras llega el instante de disparar, quedó en el sitio, armado y abandonado, como si fuera la intención del asesino que las autoridades lo descubrieran en el barrido que hicieron por la zona, luego del crimen que convirtió al esmeraldero en víctima de homicidio.
La estructura fue ubicada justo diagonalmente a la entrada de la vivienda del esmeraldero y desde allí se observa cómo, aparentemente, el francotirador se ubicó por varias horas mientras esperaba la salida de su víctima, que ocurrió después de celebrarse una misa en la que bendecían la nueva vivienda que compartía con su familia.
De acuerdo con los investigadores, el mampuesto estaba de manera lineal a la entrada a la vivienda, lo único que se atravesaba eran algunas hojas y ramas que al tiempo se convirtieron en el camuflaje perfecto para evitar que el personal de seguridad, tanto del conjunto como los escoltas del esmeraldero, se dieron cuenta de su presencia en el lugar.
En el barrido que hicieron los investigadores en el punto donde se habría ubicado el francotirador no se encontraron vaina de disparo u otros elementos diferentes a la estera militar y la estructura que soportó el arma del asesino. La víctima recibió un impacto fulminante que atravesó su cuerpo, pegó en una pared y rebotó en un espejo que se encontraba en la sala de la casa.
Los resultados de balística forense que conoció SEMANA advierten que el calibre del arma usada era un 7-62, un poderoso cartucho que se utiliza en armas de largo alcance y también de asalto militar. El Derecho Internacional Humanitario eliminó el uso de este tipo de calibre en las armas de la fuerza pública, sin embargo, entre los criminales se mueve por el impacto que genera en las víctimas.
Gracias a los resultados de balística y a los análisis que adelantan los investigadores, sumado al dictamen de Medicina Legal, tratan de establecer las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que ocurrió el crimen, por supuesto llegar a los responsables de ordenarlo y ejecutarlo.