La construcción de un enorme colegio en homenaje al sanguinario líder de las Farc, Gentil Duarte, levantó una profunda indignación en el país. Colombia conoció el plantel por redes sociales, el pasado 12 de abril, cuando se hizo pública la parranda que se armó por su inauguración. Había orquesta, tarima, micrófonos.
Los discursos dejaban claro el origen del colegio y de su financiación. “Reciban el mejor de los saludos. Hoy es un día que marca la historia. Y para marcar la historia vamos a dar inicio a la inauguración del internado agropecuario y ambiental Gentil Duarte”, dijo el presentador del evento. Y luego dio paso a un momento que llenó de emoción a centenares entre el público: el himno de las Farc.
El hecho de que cientos de niños hicieran sus estudios bajo el nombre de un terrorista era una vergüenza mundial para el país, que registraba atónito cómo el Gobierno Petro guardaba silencio ante el hecho. Por otro lado, no se entendía cómo el colegio podría tener la acreditación del Ministerio y cómo el Gobierno les podría mandar profesores, en el marco de ese homenaje al abatido criminal. La entidad sólo aclaró que hasta ese momento no se habían adelantado esos tramites.
Como se sabe, la Casa de Nariño adelanta negociaciones con las disidencias de las Farc en el marco de la paz total. En ese contexto, nunca rechazó el hecho. Pero sorprendió que este miércoles, un comunicado de la delegación de esos diálogos anunciaba con bombos y platillos que estaba de acuerdo con la formalización del colegio.
“Después de una inspección topográfica por parte de la Agencia Nacional de Tierras, tras invitación de la mesa de diálogos con EMC Farc-EP, en desarrollo del acuerdo para la transformación territorial suscrito en el IV ciclo de diálogos, esa entidad estableció que el predio del colegio y la granja agroecológica no hace parte de la zona de reserva ambiental sino en área de baldíos y, por tanto, los títulos de propiedad pueden ser tramitados”, señala el comunicado de las delegaciones del Gobierno y las disidencias.
Así fue la inauguración del colegio en honor a Gentil Duarte
El pasado viernes 12 de abril marcó el inicio de las operaciones del controvertido colegio en honor a Gentil Duarte, que finalmente abrió sus puertas. La ceremonia de inauguración fue todo un espectáculo, con cientos de personas congregadas frente a una enorme carpa, creando una atmósfera más propia de un concierto masivo que de un evento educativo. El ambiente estaba impregnado de merengue a todo volumen, explosiones con la bandera de Colombia y un júbilo generalizado.
Un hombre, con un entusiasmo desbordante, dio la bienvenida a los presentes, destacando la trascendencia del día. “Reciban el mejor de los saludos. Hoy es un día que marca la historia. Y para marcar la historia vamos a dar inicio a la inauguración del internado agropecuario y ambiental Gentil Duarte”, dijo con entusiasmo.
Acto seguido presentó la ceremonia. Antes de comenzar, anunció todos los himnos. Después del de Colombia, el de las Farc. Luego, dijo quiénes iban a hablar. Personas de veredas que narrarían su experiencia y la historia del lugar. Sobre algunos de ellos, se refirió como “camaradas”.
La institución educativa había desatado una fuerte polémica. En una entrevista con SEMANA, el alcalde de San Vicente del Caguán, Luis Trujillo Osorio, aseguró que, por el olvido estatal, los habitantes tomaron la decisión de recoger dineros en cada una de las parcelas para construir el inmueble que podría albergar hasta 500 alumnos.
Ante la insistencia de si las disidencias de las Farc tendrían una participación directa en la escena, el alcalde reiteró que no tiene información oficial que sostenga que hay presencia de estructuras insurgentes en su municipio. Y se declaró sorprendido por el nombre del colegio.
“Me sorprendió el video que dice que se va a llamar alusivo a un líder guerrillero. Si va a entrar a funcionar, debería concertarse el nombre de la institución con las autoridades. Si va a funcionar legalmente, no se le puede hacer apología al delito”, concluyó el mandatario.